Ep 42

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— Esto se ve mal — Comentó el chico — No creo poder contra algo así de grande y menos con tantas heridas — Me observó con detenimiento y no pude decir nada, incluso si sus palabras eran una broma, yo, no podía reírme de lo que había hecho

— ¿Quieres que me disculpe? — Pronuncié cuando alcancé a irritarme de misma

— Bueno, deberías

— No debiste meterte entre ambos. Es lo único que diré

— Vaya, aprendiste a luchar y en el camino encontraste un manual de antipatía

— No es el momento para sus discusiones — Intervino John al ver que la tensión aumentaba — Bien, quizá no es lo que querían, pero en este momento no les queda más que pasar este nivel, así que concéntrese ahora, porque en unos instantes estará demasiado oscuro para pensar

Y en ese momento, el negro más profundo consumió el cielo hasta desaparecer incluso, la existencia misma de nuestras almas. No era posible ver nada, el ambiente pesaba por la masa negra que nos cubría y cuando se intentaba hablar, se volvía extraño, por primera vez desde el fin, se sentía presente la muerte.

Estaba asustada y paralizada, no veía nada, me sentía muy mal y extrañamente, algo pesaba dentro de mí. De pronto, miles de aves aparecieron y nos atacaron, pude escucharlo y sentirlo en carne propia, me rodearon e inmovilizaron, comenzaron a golpearme desde todos los ángulos, sus picos estaban decididos a atravesarme y aunque deseaba protegerme, no lograba ver más que una espesa masa negra, era aterrador, pero cuando todo se tornaba difícil, el chico dio su primer golpe, es decir, desplegó una línea de fuego y quemó las alas de varias aves. Eran negras al igual que el lugar, ¿alguna forma de camuflarse? No había sentido, pues nadie podía ver, solo hacían de la escena algo más escandalosa.

— Buena idea — Comenté luego de ver como Víctor simulaba una antorcha con su mano al utilizar sus habilidades sobrehumanas

Quise copiar su acto y generar mi propia fuente de luz, pero como si eso los hubiese ofendido, ambos hombres se acercaron velozmente hacia mí, e intentaron evitar que yo luchase, pero cómo no hacerlo frente a una bestia de semejante tamaño.

— ¡No digan tonterías! ¡Puedo ayudar! — Busqué la manera de esquivarlos y corrí en dirección al sol oculto.

Intentaba crear una llama del tamaño de un balón de fútbol, suficiente para iluminar mi camino, pero qué difícil era avanzar con tantas aves atacando al mismo tiempo. Entonces, sentí que la ayuda venía en camino y no por referencia a John o Víctor, sino, a aquello que me controlaba desde dentro, me hacía sentir extraña, pero aumentaba mi poder y era justo lo que necesitaba en ese momento, ser más fuerte para poder vencer al rey de las aves.

— Quédate quieta — Pronunció el chico al abrazarme de una manera en la que imposibilitaba mis movimientos

— Suéltame

— ¿Vas a enloquecer de nuevo?

— Es necesario — Respondí al verme descubierta, pues si bien sentía la misma sensación, no me importaba si perdía el control por un instante a cambio de ganar — John está aquí, él me despertará de nuevo — Hablé confiada

— Lo único que él va a hacer, es darnos tiempo para poder escapar

— ¡¿De qué hablas?! — Me zafé enojada y lo miré esperando a que se retractase.

Después de tantas veces en las que la parca celestial nos había ayudado, no podía crecer capaz al chico de simplemente aprovecharse de él y dejarlo por su cuenta, de verdad lo veía de mejor manera.

— Váyanse — Habló John tras de mí, a la vez en que creaba una fina capa que nos cubría a todos, evitando así el ataque de las aves.

Me giré para verlo y con su expresión seria se veía totalmente decidido.

— Estás loco, ¿Qué no lo ves? Ya no soy tan débil, puedo ayudar. ¡Ya no tienes que arriesgarte para salvarme!

— Estaré bien solo, pero ustedes asegúrense de llegar a la final

— ¡No!

— Amanda, ¡Lárgate! No tenemos tiempo

— He dicho que no, voy a quedarme incluso si me convierto en un estorbo de nuevo

— ¡Basta!

— ¡No voy a abandonarte de nuevo! ¡No otra vez!

— ¡Escúchame! — John me tomó de ambos hombros y con ira respondió a mis palabras — Tú no me abandonaste, yo te alejé, así que lárgate, recuerda porque empezaste esto en primer lugar. Te aseguro que saldré de aquí con vida, pero, ¿acaso tú puedes asegurarme que llegarás a la final si actúas de esta manera?

... Y allí, lo entendí todo... Había regresado al juego y debía luchar para regresar al mundo de los vivos, incluso si eso significaba dejar a todos atrás, y eso es lo que pasaría, no solo con él, sino con Víctor, lo leía en su mirada, cuando llegase el momento, ¿Sería capaz de abandonar al chico para reencarnar por mi cuenta? ¿Podría luchar contra él? Quizá me había vuelto más fuerte físicamente, pero mis emociones habían flaqueado, se habían debilitado, a tal punto que acabé por olvidar lo importante, reencarnar como otra persona.

— Te aseguro que ganaré, eso es lo que vine a hacer... Así que... — Mi voz se cortaba por el llanto que luchaba por salir, pero que con todas mis fuerzas logré contener — Cuídate...

— Una decisión sensata — Decía Víctor mientras me acercaba hacia él y se unía a mí en un nuevo, pero más fuerte abrazo

— Chicos — John sonrió — Pásenla mal, sintiéndose bien — y así rompió el escudo y nos lanzó lejos.

Puntos SuspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora