Ep 23

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No sabía qué responder a la anciana, pues no conocía el momento exacto en el que todo se había complicado tanto. Los malignos habían empezado a disfrutar de asesinar, aunque probablemente ya gozaban de ello y por eso, los habían sacado del mismísimo infierno, el lugar al que solo las personas más terribles fuimos enviadas. Yo salí de allí, y sé lo que se siente el poder del que fuimos dotados, es casi imposible negarse a tanta majestuosidad, pero, aun así, ¿Cómo pueden llegar a masacrar de esta manera? No puedo establecer la idea de volverme como ellos, de arrinconar así a tantas personas.

Me alejé de la señora al haber comprendido la información que buscaba, aquella que a pesar de ser contraria a todo lo que yo hubiese hecho, me parecía tener sentido, y no era la única, pues tantas personas imitando a la anciana, me hacía ver con más claridad la cantidad inmensa de gente que había perdido la fe y los deseos de sobrevivir.

Tanta maldad, eso era lo que pensaba. ¿Cómo pudo haberlos creado para un simple juego y haberse esmerado tanto en ello? Les otorgó pensamientos, capacidad de razonar... Recuerdos. Solo quería que sufrieran lo máximo para que los espectadores disfrutaran del mejor acto. Tanto dolor impartido para tan poco significado.

¿Qué sentido tenía todo esto? ¿De verdad íbamos a ser recompensados? Ya no podía creer en nada y menos en aquel que me abandonó cuando supliqué por su ayuda... Él no debía hacer nada, solo debía mostrarme un poco de esperanza, pero, ¿Por qué todo parecía empeorar? ¿Creen que hubiera asesinado si hubiese visto otra salida? Quizá la había, pero estaba tan cegada que... Todo era oscuro e intranquilo, si tan solo hubiese visto una pequeña luz hubiese corrido a ella con todas mis fuerzas, pero aquí estoy luchando por esa esperanza que quise y que ahora carece de sentido, pero se muestra como la mejor opción, igual que antes, es lo mejor que puedo hacer.

Salí del cementerio presa de mis emociones, me sometí a mi propio dolor, y es que, al ver a tantas personas reunidas con sus seres queridos, me vi sola, en una tumba que nadie conocía, y ante tal hecho, acabé derramando lágrimas por mí misma, lloraba por lo injusto que fue y por lo injusto que es ahora. ¿Nací solo para esto? Ahora dudada si solo había sido creada como jugadora, ¿Este era el sentido que tenía mi vida?, ¿Esta era la razón por la que había sufrido tanto?

El camino se hizo gris muy pronto, el sol descendió y las nubes palidecieron hasta desaparecer. Así acabó el día y me di cuenta de que había sobrevivido a un largo tiempo de terror, mucho había sucedido y solo era el inicio, ¿Acaso lograría ganar como quería? Me sentí mal por el cachorro que sacrificó tanto para que una jugadora entrara y se sintiera morir al borde de su debilidad.

— Ven con nosotros — Un hombre me impulsaba a seguirlo

¿Qué más daba retenerme? De igual forma, no estaba segura con los humanos, ni con los malignos. No pertenecía a ninguno de los dos bandos, así que, debía luchar hasta el final, aun cuando estaba cansada y dolorida por mi pasado, quería seguir y dar todo de mí para no arrepentirme cuando los malos momentos llegaran. Seguiría mi propio camino, estaría presente en mi plan.

Caminé con los demás hasta la guarida hecha de escombros, era horrible la situación en la que había quedado la ciudad. Fueron mis hermanos, aquellos quienes murieron injustamente, o al menos eso creía. Esta actitud solo demuestra lo merecido que fue su castigo, solo nacieron para destruir, están haciendo exactamente lo que los dioses esperaban de ellos.

— ¿Te encuentras bien? — Preguntó el mismo hombre que al parecer lideraba a los demás

— Sí... — No me había dado cuenta lo desconcertada que estaba. A pesar de haber decidido seguir adelante, mi estado emocional seguía siendo débil, tanto que los demás lograban notarlo.

— Es muy difícil seguir adelante cuando no sabes si vale la pena. En cualquier momento podríamos morir, pero siempre ha sido así — El hombre parecía querer alentarme y realmente no le veía el sentido, ¿Cómo podía seguir sonriendo cuando todo se estaba derrumbando? — La vida siempre fue un caos, pero al menos ahora no debemos trabajar — Comenzó a reír como si eso calmara sus penas

— Tiene razón, al menos ahora sabemos con certeza quién es el culpable de nuestra desdicha.

— No, chica. Todos tenemos una razón para actuar, te aseguro que Dios no es la excepción

El hombre caminó hacia los demás para continuar su conversación de aliento y en ese estado, estuve pensando en sus palabras. ¿Una razón? ¿Qué razón se necesita para querer masacrar gente inocente? Este juego solo utiliza a las personas como un medio de entretenimiento, y quiere que encuentre una justificación para eso... Lo único que sería válido para mí, es que Dios no tuviera que ver en esto, si aquel ser de amor y paz, no está involucrado en tanta maldad, quizá podría considerar las palabras de aquel lunático, mientras tanto, odiaré todo lo que me recuerde a él y su abandono.

Me senté sobre una roca, observé a los demás mezclando sus emociones, lo positivo con lo negativo, la esperanza con la desilusión, y así, me dormí apoyada en los escombros duros del hogar que alguna vez fue.

Al día siguiente, desperté con el ceño fruncido, la luz se colaba por los agujeros del supuesto refugio y las personas no paraba de gritar y celebrar, hacían tanto ruido que mis nervios se dispararon y me levantaron de un brinco. Caminé curiosa, pues aquella algarabía era distinta a la ocasionada por el temor de hace un día, por no decir, de hace unas pocas horas.

Seguí el ruido hasta salir de la rocosa guarida, encontré al grupo al que me había unido junto con otras personas que juraría y no hacían parte del rebaño que el hombre de ayer había reunido. Todos sonreían y gritaban de alegría, si fuera por ellos, armarían una gran fiesta y bailarían unos con otros, se sentía tanta la felicidad que me acerqué a uno de ellos para obtener información.

Puntos SuspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora