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Yo sabía que no era bueno decidiendo decoración.

Mi buen gusto no es suficiente para que yo adquiera esa magia inata de saber específicamente cómo debe ir y en dónde debe ir un objeto.

En vez de poder estarme moviendo mientras tomaba y acomodaba cosas, estaba tirado contra la pared detrás del mostrador en la recepción, donde el gran letrero neón que dice 'Lovers' se encuentra.

Jugaba uno de los pocos juegos que tengo en el teléfono celular mientras me aburría por no saber exactamente qué hacer. Fui de ayuda, al menos un poco cuando Anny de repente venía con dos tipos de telas o artículos y extendía la pregunta "¿Cuál quedaría mejor?" en sus labios, obviando la elección que ella tenía al levantar más uno que otro; yo le decía uno y ella debatía mentalmente si hacerme o no caso, a veces lo tomaba y a veces no.

─ ¿Ésta o ésta? ─llegó con dos muestras de imitación de madera ─, son para la pared en la que estás recargado.

Despegué la mirada de mi celular pausando el videojuego para verle, mordí mi labio inferior mientras creaba una imagen mental.

─ ¿Neón sobre madera?

─ ¿Crees que lucirá raro?

Me encogí de hombros, la músiquita de plantas vs zombies seguía escuchándose aún con el ruido de otros lados por las remodelaciones.

─Creo que ese quedaría bien, es un tono oscuro y lucirá más el letro.

─Tienes razón, entonces éste ─tomó la muestra y se fue resonando tacones para dar las indicaciones a las personas que estaban remodelando.

Por obviedad, hoy no hubo servicio en el establecimiento. Eso no detuvo a algunos de mis compañeros en cumplir algunas citas, entendía que no era el único elegido por Giesler para salir, pero ahora yo estaba aquí y ellos afuera cuando perfectamente podría estar recostado en mi cama escuchando música me estaba estresando. Por eso me era tan aburrido estar aquí, a tantas horas de la noche porque mi queridísima única mejor amiga tiene tanto estrés y ansiedad porque la remodelación quede perfecta.

Me levanté de donde estaba y caminé en dirección a Anny, quien le decía a un hombre -el cual deducía que era el jefe de obra- qué color de pintura quería para cada pared.

─ ¿Por qué no está Scar ayudándote con esto? ─pregunté recargándome en la pared mientras la veía revisar planos.

─ Él está sufriendo con algo que le ordenó Giesler. Debería estar aquí revisando estas jaladas, pero Giesler lo tiene de mano derecha y, la mano derecha de él soy yo. ¿Por qué me deja esto?, el tiene mucho más gusto.

Asentí en acuerdo con ella y giré mi mirada al ver a un peligris acercarse a nosotros a paso lento mientras soltaba un bostezo. Aún me encontraba enojado por su chismorreo y, por más que quise cobrarme el gusto de soltarle un puñetazo en el rostro, él salió corriendo en cuanto me vio.

─Por lo que oí, Giesler está ligado con alguien con el que no debería estar ligado ─agregó, acostándose en el sillón del pasillo, había subido como un gato cansado. Eso hizo enojar a Anny, la cual se esforzaba en la remodelación, yo no reaccioné porque prácticamente hacia lo mismo que él. Nada.

─Tú, deberías dejar de escuchar conversaciones ajenas y cotillear ─hablé.

─Es mi segunda actividad favorita ─se estiró y reacomodo. Chiste llamando su atención, pero no se movió, solo llenó su cara de pavor.

─Debiste ser periodista ─Anny murmuró.

De pronto, el periodista de esta tarde regresó a mi cabeza nuevamente. Esas quejas que estaba teniendo y cómo es que se recordaba que no tenía de qué preocuparse, eso de "él, no es nada mío" y el "puedo seguir con mi vida", pero sobre todo el "no está jodiendo mi cabeza".

GigolóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora