Gigoló

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Realmente no sé si yo lo aburrí, lo hice enojar o le había detenido el corazón al padre con todo lo que acababa de decirle esta última hora. Porque, desde que comencé a contarla, no ha dicho una sola palabra y ahora que estoy casi por terminar, solo espero que me saque a patadas de su confesionario, de su iglesia y de su vida, también espero que me tire agua bendita o salir y encontrarlo con la mano en el pecho y sin pulso. No sé, la edad y la sorpresa de lo libre que soy en cuanto a pensamiento.

─Entonces... Esto, todo lo que le acabo de contar, realmente me siento perdido, no encuentro un centro de todo esto y siento que me volveré loco. Me pierdo en mis pensamientos desde que esta persona llegó y lo único que puedo pensar es en todo lo que ha pasado entre nosotros, en lo que esto provoca o cambia en mí y en mi vida. No quiero que cambie mi vida o mis pensamientos, creo. ¿Estoy mal? Sé que ustedes no aprueban muchas cosas y realmente lo siento si llegué a molestarlo, solo no sabía a dónde ir...

Callé unos segundos esperando alguna respuesta, un movimiento, un susurro, algo que me indicara que estaba escuchándome y que no había muerto por un paro cardíaco. Esperaba la señal de que estaba siendo escuchado y esperaba que pudiera, al menos, hablar conmigo.

─Entiendo ─dijo por fin ─. Eres un pequeño, más bien, eras un pequeño que no tuvo la oportunidad de tener otra vida y que vio normal el tener este papel. Debo decirte, que los católicos vemos como un pecado, el hacer actos sexuales con otro fin que no sea la reproducción, entonces lamento no entender del todo tu satisfacción. Entiendo tu deseo y el hecho de que este aumente, porque estás cautivado por dicha persona ─continuó, sabiendo que yo no le había dicho que era hombre o mujer. Porque no quería que me sacara a patadas del lugar ─. Hijo mío, creo que esto va más allá de un deseo carnal y si tú no quieres verlo, nadie podrá hacerte entenderlo.

Cuando terminó de hablar, me quedé unos segundos con la vista en mis manos entrelazadas y mis dedos jugando nerviosamente. Asentí, aún sin estar completamente claro conmigo mismo.

─Una vez que tú puedas verlo, todo lo demás, esta cosa de tu deuda, esta cosa de tu pasado, todo eso estará claro como el agua. Podrás saber qué hacer cuando reconozcas todo ─agregó, como un tipo de versículo. Como una ley ─. ¿Algo más que necesites?

Me removí moviendo mis pies sobre el suelo. La curiosidad alimenta muchas cosas, puede ser buena o mala, pero justo ahora, tenía algo que picaba en mi interior y aunque yo estaba completamente seguro de que no era malo, quería saber qué era lo que uno de estos padres católicos pensaba.

─Espero no le moleste mi pregunta, creo que es lo único que me falta por saber. ¿Por qué están en contra de los homosexuales?

─No, no es así. La iglesia católica considera el comportamiento sexual humano dentro del ámbito del matrimonio y destinado de modo natural a la procreación. Sexo anal y homogenital son considerados pecaminosos ya que los actos sexuales, por naturaleza, son desde esta perspectiva unitivos, procreativos y de amor. La Iglesia critica los actos homosexuales, no la condición de homosexualidad misma, por tanto, si bien el acto homosexual es pecado, el hecho de ser homosexual no lo es. La Iglesia también entiende que la complementariedad de los sexos es parte del plan de Dios ─explicó, comenzaba a moverse por la cabina y yo podía ver apenas como alisaba su ropa ─. Al igual que cualquier acto sexual realizado fuera del matrimonio católico, los actos sexuales entre personas del mismo sexo son incompatibles con esas creencias, al no estar destinados a la procreación.

Me moví en la cabina, mis labios juntos en una fina línea, pensando si me había resuelto la duda o no. Me levanté y pasé mi mano por mis cabellos para peinarlos.

─Creo que... eso es todo lo que tenía que decir y eso. ¿Hay alguna cosa que deba hacer?

─Una vez que tú puedas verlo, todo lo demás, esta cosa de tu deuda, esta cosa de tu pasado, todo eso estará claro como el agua. Podrás saber qué hacer cuando reconozcas todo ─repitió.