Capítulo 2.

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Conociendo a Melody.

Cinco semanas. Falte a clases cinco semanas. Mucho ¿no?. La depresión a sido mucha que he comido poco, no he ido al gimnasio, no he visto las carreras de motocicletas, con eso ya es mucho. Mi nena, Har, no ha salido de mi garaje más que para ir a comprar whisky o cervezas, es que no la entiendo, no entiendo por qué me dejo, ibamos bien, la noche antes de la ruptura tuvimos un buen sexo, la pasamos genial y luego me sale con que no debemos estar juntos, con que ya no me ama. Maldita. Mentirosa. Un día la veré y le pediré una explicación lógica, las mujeres son tan malditamente complicadas.

-Debes bañarte e irte a estudiar, ¿no crees que faltar cinco semanas es mucho?, asi que te bañaras, te quitarás esa gran barba e irás a patear culos.- me alienta Valen.
Creo que si debo ir a clases, buscar chicas con quien follar o algo asi.

-¿Lo de partear culos iba en serio?.- pregunte con una pizca de alegría.

Valen me miro con sus ojos azules alegres y aclaró:

-Literalmente, Dy, sé que lo harías.- me hace un guiño.
Mi cara se contrae para evitar que las lágrimas salgan.

-La extraño.- digo con voz ronca.

-Lo sé, nene, pero hombre, eres jodidamente caliente, yo que soy tu hermana te miro sexy, sé que hay muchas chicas que se mueren solo por un hola de tu boca, así que ve y sé un puto ardiente.- sonrió.

-¿Me alientas a que sea un puto ardiente?.- pregunto tratando de ocultar mi sonrisa, quiero lograr que me dé permiso de traer chicas a casa para follar.

-Si eso te hace feliz, si.

-¿Puedo traer chicas a casa para tener sexo?.- y hago una sonrisa "provoca orgasmos".

-Sarah me mataría.- niega.
Bajo mi rostro y fingí limpiar una lágrima falsa que caía por mi mejilla.

-Pero...si.- abro mis brazos y la apreto fuerte a mi, Valen me dio permiso, genial.- ella hará noches extras y bueno, ahí puedes aprovechar.

-Gracias, te amo, Valen.- le beso la frente, soy el menor, pero el más alto.

-Pero hombre, no me vayas a provocar algún trauma, ¿si?.- asiento y siento a mi hoyuelo de mi mejilla aparecer.- ah y también te amo, nene.

Al parquearme en el estacionamiento de la U me despido de Har, y voy al salón.
En el camino choqué con una chica.

-¿Qué no ves, imbécil?.- grita la misma chica que estaba dándole verga a otra, si que es ardiente, muy perra, a esta me la follo en el sofá o cualquier parte de mi casa.

-Disculpa.- le digo y hago mi sonrisa Dylan O'Brien.

-Ah, pero miren, es él cara de culo.- dice, ¿esta chica siempre anda de mal humor?. Me gusta.
Sonrio falsamente.

-Si, ese, quítate.- la empujo fuera de mi camino. Su cara es de disgusto.
En un abrir y cerrar de ojos, estoy en el suelo con ella subida en mi, al principio pienso en levantarme y gritarle un par de mierdas, pero al ver como esta ella, abierta encima de mi, mi miembro se hace presente, sonrío con picardia y la apreto más a mi.

-Si, a mi también me gusta como se siente.- le digo masajeando su muslo derecho. Sus mejillas se ruborizan en segundos y luego deja que su fuerte puño choque con mi mandíbula, esta perra si que pega bien, maldita sea, me excita. Masajeo mi adolorida mandíbula, ella sonríe como una psicópata, acerca su boca a mi oido y me susurra:

-Ya quisieras, cara de culo.- intenta levantarse, pero la detengo.

-Esto no se queda asi, eh.- apreto sus muslos más a mi miembro y la beso. Ella me responde, pero me muerde, fuerte.

-Hija de puta, me mordiste.- le digo molesto.

-Lo sé, cara de culo, y para creerte el más lindo, besas pésimo.- dice levantándose y me tiende la mano, la tomo y me levanta de un tiron.

-Sé que deseabas que te besara, eres como todas estas perra de la U.- me duele la mandíbula y ahora también el labio.
Se detiene frente a mi tan enojada, ella es bipolar. Accidentalmente casi nos damos otro beso.

-A mi no me compares con esas pendejas que abren sus delgadas y frágiles piernas a todo aquel que tenga un pene.- grita. Woow sin duda ella es como yo, pero en femenino, bueno sino fuera poque tiene pechos, vagina y un buen culo. A esta perra me la follo.

-Bien, pero admite que deseabas besarme.- la reto.
Miro en sus ojos grises y ella no ve los míos, sigo su mirada.
Tobby Hayes esta detrás de mi. La chica bipolar agarra mi cara con sus manos y me besa, sigo su juego porque me gusta, besa bien, aprovecho para meter mi lengua en su boca, intenta alejarse, pero la apreto más a mi. Al separarnos Tobby pasa molesto a nuestro lado.

-¿Qué fue eso?.- pregunto, aún saboreando ese beso.

-Es el imbécil de mi ex, ayer terminé con él porque lo vi con Lexie, mi ex mejor amiga.- confiesa y parece que va a vomitar.

-¿A la que golpeaste ayer?.- pregunto gracioso. Casi mata a su mejor amiga, no quisiera saber qué le haría a su peor enemigo.

-Si, esa bastarda nunca me agrado.
Rio como un loco sin control.

-Hemos de ser amigos, no acepto un no por respuesta.- digo sonriente.
Me mira como si quisiera matarme.

-¿Qué?.- pregunto incrédulo.

-¿No haces nada mejor que decir mierdas?.

-¿Y tú siempre tienes esa cara de mierda?.- la desafío.
Su músculos se relajan.

-Acepto.- dice al cabo de unos minutos.

-¿Aceptas?.

-Si, de ser tu amiga.- sonrió, sin ninguna duda absoluta, su sonrisa era perfecta, sus dientes tan blancos y perfectos, en sus mejillas se hacen unos gigantes y encantadores camanances.

-Te vez hermosa cuando sonríes.- su sonrisa se va y la reemplaza la cara de mierda.

-No coquetees conmigo, ¿entendido?.- asiento.- nunca tendremos sexo.

-Nunca digas nunca.- le guiño.
Ella no va para el salón de clase. Va camino al estacionamiento. La sigo.

-¿Melody es tu nombre?.- pregunto curioso.

-Snake, Melody Snake.- confiesa sin mirarme. Puff...¿serpiente es su segundo nombre?. Me burlo.

-¿Qué?, a mamá le gustaban las serpientes.- se encoge de hombros. Dejo de reirme y me siento apenado.

-¿Esta muerta?.

-Desearía, pero no, ella me dejo cuando yo era una bebé.- triste.

-Asi que vives con papá.

-No, el bastardo murió de un infarto al saber que el hijo de su mujer era niña y no un niño, como él deseaba.- sube a su moto.

-Triste.

-Mmm, no para mi.- se pone su casco.

-¿Por qué te vas?, las clases aún no terminan.

-No quiero recibir clases.- su hermosa motocicleta ruge.

-¿Voy contigo?.- pregunto.

Lo piensa y asiente.

-Solo si me alcanzas.- me reta.

-Ah, ¿una carrera?.

-Una carrera.- sonríe.

-Me pondré mi casco y...- ni me dejo terminar solo se fue, una sonrisa estúpida se formo en mis labios y la seguí.

You Are My RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora