Narra Melody.Recordando.
Dylan Cara de culo O'Brien, se había convertido jodidamente en mi nuevo y único mejor amigo, ese imbécil de cara perfecta me había demostrado que yo le importaba que aunque fuese el más grande y duro grano en el culo yo seguiría siendo su mejor amiga. No sé porqué y me arrepiento de haber confiado en él. Ese pendejo culo grande hizo de mi una persona débil, frágil, sensible, vulnerable, con sentimientos hacia los humanos...con sentimientos hacía él. Pero como es obvio solo somos y seres amigos. Yo no me veo como novia de Dylan, somos muy iguales y eso es lo que no funcionaría. Además no es que sienta algo por él. Y aquí me encuentro con él en mi casa, en mi cuarto para ser específica, me mira con curiosidad con ese par de ojos azules malditamente sexys, observandome para tratar de imaginar lo que estoy pensando. El muy cabrón se atrevio a besarme...puff, no es que no bese bien, besa jodidamente rico, pero no tiene porque hacer eso, soy su amiga, no una de esas anorexicas estúpidas a las cuales puedes buscar a la hora de querer tener sexo. No.
-Hombre, Mel, habla ya que la espera desespera.
Dude en decir lo que quería que él supiera. Si en contarle iba hacer que él se alejara de mi. Si en contarle iba hacer que me tuviera lastima o peor aún, asco. Me daba miedo, me aterrorizaba lo que Dylan pensaba de mi.
-Mel...- toco mi rodilla.- si no puedes no lo digas, no seas pendeja y no te hagas daño tu misma.- sonreí.
-¿Somos amigos?.- mi voz temblo. Puta madre, solo titubeaba cuando el llanto se aproximaba.
Agarro mi mano y la beso.- Lo puedo jurar.- las lágrimas salieron, mierda, Mel, eres la pendeja más grande, ¿por qué haces ese tipo de preguntas si sabes que la respuesta no te gustará? El "Lo puedo jurar" de Dylan no es lo que quería oir, sin embargo es lo que me esperaba. Quería que él sintiera lo mismo por mi, pero no, él aún amaba a su ex. Daniela.
-No llore marica.- se acerco y me abrazo, quede hundida en su músculo pecho, su aroma varonil y un poco a menta, era mejor que cualquier otra droga que hubiese consumido. Dylan era mi droga. La más mortal.
-Una semana después...fue exactamente una semana después de mis putos malditos y bien culeros xv...que él.- lo pensé.- que él entro a mi cuarto, yo era muy estúpida para ese entonces, si era varonil y no me gustaban las muñecas, pero amaba a ese hombre con mi vida, él era como el padre que de niña en ese orfanato me imagine, era como un ídolo, hasta que esa noche se metio en esta recamara, no grite pues pensé que iba a dar mi beso de buenas noches, ya que era una costumbre, siempre lo hacía, pero no, esa noche fue diferente, no me lo dio en la frente como esperaba, me lo dio en la boca, muy agresivo me agarro del pelo, yo estaba.- las lágrimas corrían por mis ardientes mejillas, recordar era como apuñalarme en la pierna, pero tenía que decírselo a Dylan.- estaba impactada, estaba quieta, no sabía porque me besaba en los labios, sabía que estaba ebrio, su aliento a alcohol salía hasta por sus poros, me desgarro el pijama y cuando iba a bajar mis bragas, grité y me pego en la nariz, como era de esperar, sangre, -No grites niña tonta- me susurro con voz de éxtasis -Prometo que si te portas bien papá no te hará daño, el solo quiere darte un abrazo, mira que estas bien buena- volvió a susurrar, le pedí, le roge, le implore, Dylan, que no lo hiciera, pero lo hizo, cada vez iba más fuerte y rápido, cuando él iba llegar al orgasmo grité y muy fuerte, volvió a pegarme, -¿Sabias que eres una perra? Me provocas y no me das mis orgasmos- dijo en mi cara, su saliva alcoholizada chocaba en mis mejillas...Logan, mi hermano mayor, el que acabas de conocer, entro y al ver el horror de lo que hacía su auténtico padre fue con furia hacia él y una dos y muchas veces le pego, en ese tiempo Logan tenía dieciocho, cubri mi sucio cuerpo con las sábanas sucias, no podía dejar de llorar, segundos después entro Stefany, mi madre adoptiva, no podía ver su rostro y solo escuchaba su llanto y sus gritos, Sebastian tenía diez años, él es mi hermano menor, ver a su padre sangriento en el suelo y suponiendo lo que acaba de hacer corrió nuevamente a su cuarto, ahora Sebastian me odia, dice que yo soy la culpable de que él odie a su padre, que yo fui la que lo provocó, mientras tanto, Logan se ha convertido en mi ángel guardián, no deja que ningún tipo se me acerce cuando estoy con él, la vez anterior golpeo a un hombre solo porque me miro de pies a cabeza.- sonreí entre lágrimas.- a él solo le dieron siete años en la cárcel, pues por estar ebrio e inconsciente.
Levante la vista hacia Dylan, estaba muy callado y eso no me gustaba.
-¿Quieres una cerveza?
Mis hombros cayeron y sentí de nuevo las lágrimas.-Dy...
-Bueno nena, ¿qué quieres que diga?.
-Cualquier mierda que me haga saber que seguimos siendo amigos.- temble y no solo mi voz, también mi cuerpo.
-Mel, tu eres malditamente pendeja, ¿quieres que te diga que te tengo asco o que ya no quiero verte porque fuiste violada? Si eso esperas lamento decepcionarte, pero no quiero ni pienso decirlo, mierda, tu no sabes lo que se siente que todos te miren y admiren por andar con la cabrona más bravucona de la U, es decir ser tu amigo es lo mejor que me ha pasado desde meses, eres una chica fuerte y te importa una mierda lo que los demás piensen y digan, eso, nena, eso lo admiro de verdad.- me sonrió.- y no me gusta verte así, tan llorona, me hace sentir culpable, no quiero decirte nada acerca del tema este de ese maldito bastardo, porque sé que no te gusta que sientan pena o lástima por ti, sé que no te gusta hablar de eso, te conozco y muy bien, por cierto mi six pack es mejor.- me guiño.
Ese pendejo sabía exactamente que decir, sabía como tratarme, me conocía bien, me conocía mejor yo.
Sonreí y me trepe en él, enganche mis manos en su cuello y mis piernas en su cintura.-Gracias, Dylan, te quiero.- se me salio, era la primera vez que le decía te quiero a un chico que no era Logan o Mimi, mi gato.
-Yo más, nena.- masajeo mi espalda y beso mi cabello. Se sentía tan bien, se sentía mejor que partir la madre a cualquier hijo de puta.
-¿Bastante o poquito?.- pregunte curiosamente.
-Bastante es poquito.- sonreí como si hubiera visto a Rocha mi corredor favorito más sexy frente a mi. Dylan, ese cara de culo, se había convertido en el ser que más quería, comenzaba a amarlo y aunque la idea me provocaba escalofríos, iba a quedarme así, siendo solo amigos. Porque yo para él, era como otra hermana. Y él para mi, era él chico que amaba.
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You Are My Redemption
AcakDylan O'Brien, entendió que amar tanto a algo o alguien puede hacerte daño. Dylan, amo con locura a Dani, su ex novia, ella se fue sin importarle su corazón roto, es por eso que Dylan, el chico apuesto de la Uni, tiene un concepto claro de las mujer...