Más Bipolar Que Nunca Y Vivo Nuevamente.Me desperté de un salto al sentir un puñetazo en mi mandíbula.
-¿Qué?.- le dije a Melody, estaba muy enojada, sus manos hechos puños.
-¿Qué mierda dije anoche?.- pregunto con rabia.
La mire incrédulo.
-¿Qué dije anoche?.- volvió a preguntar agarrando mi camiseta con sus puños.
Me acordé de la ebria confesión de ayer.-Muchas cosas, Mel, calmate.- quite sus manos de mi camiseta.
-¿Qué?.- grito, estaba muy cerca del llanto.
-Lo de él, ¿bien?, no diste detalles solo lo dijiste.- le dije con calma. Llevo sus manos hasta su cabeza y luego las paso por su cara.
-Mierda, no.- entro al cuarto.
-Déjame entrar.- toque la puerta.
-Mel, déjame entrar.- le pedí.
-Melody, abre la maldita puerta.- grite ya molesto. La abrio, pero ya iba vestida.
-¿Por qué te vas?.- le pregunte. Me ignoro.
-No seas una inmadura, por Dios, ya, lo dijiste, si, pero me importa una mierda lo que te pase, ahora superalo.- explote.
-No me hables, O'Brien.- respondió subiéndose a su motocicleta.
No entendía ni una mierda de lo que le pasaba, es decir ayer fue una borracha dulce, cariñosa, amable tan amable hasta llegar al punto de dejarme tocar su culo, si se lo tocara sobria pensaría bien si quiero mi mano o no, ella había despertado más bipolar que nunca. Quizás andaba en sus días. Quizás le molesto que me haiga confesado su secreto, pero no sé porqué, yo no podría ni aunque quisiera burlarme de ella. Ella era un misterio.-¿Qué fue eso?.- pregunto Sarah, su cara de angustia ya era bienvenida.
-No lo sé, Sa.- sacudi mi cabeza. Necesitaba hablar con Mel, pero ni siquiera sabía donde vivía.
-Te lo dije.- se incluyo Valentina, con gesto alegre.
-Cierra tu maldita boca, Valentina, ya tienes lo que querías, ahora cierrala.- le grite muy enojado, lo siento por ella, nunca había sido tan agresivo antes, pero era porque antes no era tan metida y estresante.
-Dylan, amor, calmate.- se acerco Sarah, tratando de calmarme. Me aleje.
-No. Ustedes dos...- mire al suelo.- solo pudranse, a veces solo a veces desearía estar completamente solo...sin papá, sin mamá...sin ustedes.- lo dije sabiendo que después me arrepentiría, sabiendo que les haría más daño que nunca, pero mientras tanto se sentía malditamente bien decirlo.
El mes que paso fue una maldita tortura, Melody la maldita serpiente venenosa no llego a ninguna puta clase del todo jodido mes, muy inmaduro de su parte, que le cuesta decirme todo el puto rollo y ya, no tiene que irse todo un mes. Y con las chicas ni hablar, ninguna de las dos me ha hablado, Sarah al día siguiente que fui grosero, decidió volver al trabajo, llega a casa un par de veces a la semana solo a comer y luego se va, Valentina, ella pasa cuatro días de la semana en su consultorio, los otros días encerrada en su cuarto y no me dirigen la palabra, ambas me aplican la ley del hielo, muy malo de su parte.
Y como soy un olgazan de primera, estaba en el sofá viendo las carreras de motocicletas, comiendo palomitas, pero sin mantequilla, sino me hubiera recordado más de la egoísta culebra que tuve como amiga. Y como se lo prometí a esa perra, tenía cervezas para cuando llegara, y pues aprovechando me estaba tomando algunas. Ya iba por la tercera, las chicas tan molestas estaban que ni se habían dado cuenta.
Toc, toc, toc.
Unos golpes en la puerta interrumpieron mi emocionante carrera.
-Mierda, corre rápido, Rocha.- grite a la pantalla plasma.
Toc, toc, toc.
Volvieron a tocar.
-Hey, tocan la puerta.- grite, luego recorde que básicamente estaba solo en casa.
Perezosamente fui a abrir la puerta y...
Mi cerveza cayó al suelo.-Hola, cara de culo.- saludo la Culebra desaparecida.- no inventes, tienes cervezas.- grito y me abrazo. Yo no lo hice, estaba así, congelado, solo admirado, no me la esperaba.
-¿Puedo pasar?.- sonrió.
-No.- su sonrisa se fue.- ¿qué haces aquí?.
-Quiero hablar contigo.- bajo la mirada.
-Yo no.- le grité.- mierda, ¿cómo se te ocurre irte por todo un puto mes?, no tenías que desaparecer así de la nada.
-Bueno...no desaparecí, estuve en casa.
-No sé donde vives así que para mi es lo mismo.- volví a gritar.
-Hey, calmate, vamos a casa.
-¿Qué?.
-Si, a mi casa, la bestia no esta.- me halo.
-No quiero ir.- mentí.- te odio, ¿sabes?.
-No me importa, ahora camina y sube tu culo duro a mi motocicleta.- me alentó. ¿Escuche bien?.
-Espera...¿a TU motocicleta?.- miró a los lados.
-Si a la mía, sube ahora que no pienso rogarte.
Corrí a su motocicleta y me sentí desde hace un mes por primera vez, con vida. Vivo. Nuevamente-Se siente jodidamente bien.- sonreí acariciando su motocicleta por todos lados.
-Lo sé, cara de culo.- también sonrió.- toma esto como una disculpa, ah y también disfrutalo porque no volverá a suceder.- reímos.
-Súbete y guiame.- le dije sonriente.
Se subió y al oído me susurro:-¿Me extrañaste, Dylan?.
-Mucho, Melody.- acaricié sus piernas que estaban a mis costados y la atraje más cerca de mi.
-Yo igual.- puso su cabeza en mi hombro, y pensé en ir rápido y saborear lo que esta Harley tenía para mostrar, pero no, preferi ir lento y disfrutar del recorrido con Melody descansando en mi hombro. Hoy volví a estar vivo y todo gracias a esa imbécil de cara bonita que se había convertido en mi mejor amiga, en mi persona favorita.
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You Are My Redemption
De TodoDylan O'Brien, entendió que amar tanto a algo o alguien puede hacerte daño. Dylan, amo con locura a Dani, su ex novia, ella se fue sin importarle su corazón roto, es por eso que Dylan, el chico apuesto de la Uni, tiene un concepto claro de las mujer...