1. Mi Guardián.
-Ya sabes hacerlo, ve, anda.- mire mis pies, sucios y manchados de lodo.
-Papi.- hice un puchero, el cual anunciaba que lloraría pronto.
-¿Qué, mi pequeña?.- dijo con su dulce y encantadora voz, ese hombre, sin duda, era el amor de mi vida, aunque era apenas una bebé, una inocente niña, yo sabía que a él lo amaría eternamente.
-Y si no puedo hacerlo, ¿te enojaras conmigo?.- pregunte en un susurro. Me sonrió y me volví a enamorar. Lo juro.
-Nunca, bebé, tú eres mi hija, lo que significa que puedes hacerlo, y si no, no importa, poco a poco aprenderas, ve.- sonreí, respiré hondo y caminé hasta donde estaba mi bicicleta, le di una última mirada a papá, el sonreía como un papá orgulloso. No iba a decepcionarlo. Me monte y comencé a andar, para mi suerte lo iba haciendo bien, hasta que me empujaron, obviamente caí de la bicicleta y automáticamente lloré.
Papá corrió hasta mi, me cargo en sus brazos y me llevo hasta mi cama.-¿Mami no me quiere?.
-Te ama igual que yo, mi princesa, ella solamente trata de jugar, el problema es que es muy pesadita, ya sabes, no sabe de juegos.- me susurro, y me hizo cosquillas, oh no, las cosquillas eran mi debilidad. Reí.
-Oh no, papi, eso no.- pedí con las lágrimas de la risa en mis mejillas.
-¡Oh por Dios!, cierra esa trompa, niña.- grito ella. En seguida me calle y mire a papá, él me hizo una cara toda rara, pero divertida. Sonreí, y como él lo hacía, agarre sus mejillas con mis manitas y le di un beso en la frente. Él siempre lo hacía, cada noche, cada mañana, siempre. En serio, no juego, no miento, no bromeo, yo lo amaba, aunque no esté, aún lo amo.
-Te amo, Tyler papi.- susurre con mi pequeña y tierna voz. Una lágrima se derramó por su mejilla derecha, la limpié.
-Yo te amo más, Melody hija.- y me abrazo. En ese abrazo me decía todo lo que no podía decirme con palabras. Y cada vez que me abrazaba era como volver a nacer.
-¡Tyler!.- volvió a gritar.
-Mami me necesita, vuelvo pronto, bebé.- se despidió. Asentí.
Me senté en mi pequeña cama, mi cuarto era pequeño, muy pequeño, no había tanto espacio en la casa. Eramos muy pobres, apenas y papá lograba encontrar trabajo y cuando lo hacía lo despedían rápido por cuidar de su hija, de mi. No tenía juguetes, nada.
Se escuchaban gritos de parte de ella. Me asuste. ¿Qué le sucedía últimamente?. Me acerqué más de dónde provenían los gritos.-Sabes que no la quiero.- grito.
-Solo escuchate, por el amor de Dios, Snake, es tu hija.- dijo papi, como siempre, tranquilo.
-No me importa, no la quiero, te quiero a ti.- ya no grito. Miré por la cortina, evitando que ellos me vieran.
-Yo también te quiero.- le respondió abrazandola.
-Entonces déjala, olvidala, matala.- pidió. Mi corazón se aceleró. ¿Me iba a matar? No, papá no haría eso.
La soltó y se alejo de ella.-¿Cómo me pides eso? Es mi hija, mi pequeña, mi bebé, yo la amo más que a ti, más que a mi, más que a todo.- esta vez si grito y se notaba enojado, más bien, furioso.
-Te odio.- le respondió ella. Agarro un cuchillo que estaba en una pequeña mesa de madera y se lo metió en su muñeca. Sin poder evitarlo grite. Entonces me descubrieron. Ella corrió hasta mi con su muñeca sangrando y el cuchillo en su otra mano. Me sujeto del cuello y me aventó al suelo, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en los brazos de papá y quien estaba en el suelo era mamá.-¿Quieres ir al parque a jugar con Tyler papi?.- pregunto sacándome de casa. Mi corazón aún palpitaba a mil por hora. Así que solo asentí, no entendía nada, ni una mierda de lo que pasaba, pero en los brazos de papá me sentía segura.
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You Are My Redemption
RastgeleDylan O'Brien, entendió que amar tanto a algo o alguien puede hacerte daño. Dylan, amo con locura a Dani, su ex novia, ella se fue sin importarle su corazón roto, es por eso que Dylan, el chico apuesto de la Uni, tiene un concepto claro de las mujer...