«Un encuentro inesperado»

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La mañana era fresca, había neblina por todo el bosque. Lanati Lucía un vestido de dalias blancas, con puntas moradas.

Fue la primera en salir  y se le antojo una bebida caliente al sentir el frío golpeando su piel. Decidió visitar a Valyria para tomar aquel chocolate que siempre preparaba para apaciguar las frías mañanas. Llegó en el momento en que Layla y Tommy tomaban asiento, listos para disfrutar su bebida.

Saludaron con amabilidad y Valyria sirvió un tarro más de chocolate, con una amable sonrisa, al ver llegar a la diosa.

Mutter tomó el tarro, disfrutando el calor que sintió en sus manos. Llevó el tarro humeante a sus labios y bebió.

—¿Sabían que a Anton, le apode "El árbol de la vida"?

—¿Qué? —dijo Tommy casi escupiendo su bebida— ¿por qué? —Volvió a preguntar con una sonrisa divertida.

—Sólo se me ocurrió —contestó con un tono de broma y volvió a beber su chocolate—. Es que él tiene la habilidad de crear cualquier fruto que desee.

—¿Qué? —Tommy no podía contener su risa.

Valyria y Layla comenzaron a reír, no por lo que había dicho Lanati, sino por la incontrolable risa de Tommy que no llegaba a ser una carcajada.

—Pero a él le fascina crear manzanas, son sus favoritas.

—Es un excelente dato —mencionó Layla con una sonrisa. Recordó cuando escapó de la aldea, el único alimento que Anton le ofreció, fue justo una manzana.

—Me adelantaré —dijo Mutter de pronto al terminar su bebida y se levantó de la mesa—, seguro el desayuno para nuestros invitados ya está listo. Tommy, Layla, en cuanto puedan vengan a mí. Valyria, por favor encárgate del banquete de esta noche, si todo sale como espero, todas las especies vendrán.

—Por supuesto, todo será perfecto, déjalo en mis manos.

Lanati salió de la choza. Caminó con pasos lentos, su vestido ondeaba a cada paso que daba, la brisa fresca golpeaba su rostro dejando frías sus mejillas rosadas.

Encontró a todos que ya se habían despertado y caminaban disfrutando la frescura del día. Y los saludó con alegría.

Anton llegó en ese momento, le había tomado toda la noche poder reunirse con las medusas, los Erlea y buscar a los Henki-dier.

—¡Está hecho! —Reportó.

—¿Los encontraste a todos? —preguntó Lanati.

—A todos y aceptaron presentarse, a algunos les tomará tiempo llegar hasta aquí.

—¡Qué emoción! Los Erlea, las damas medusa y los Henki-dier estarán aquí.

—Estoy algo perdida —comentó Samantha—. ¿Quiénes son los Erlea y los Henki-dier?

—Los Erlea son una especie que habita en la pradera de flores y tienen alas de abeja. La diferencia es que sus alas se posan sobre sus cuellos y pecho, a simple vista parece que son algunas líneas, pero son sus alas, y sus dorsos están cubiertos por líneas negras que cubren lo necesario. Por ello, por lo general no usan indumentaria en la zona alta. pero si la usan, el blanco es su distintivo. Los Henki-dier, son una especie que poseen espíritus de animales, así como a las dama medusa, los humanos los cazaban y asesinaban.

—Les llamaban brujos nahual. —dijo Anton.

—Claro, ahora entiendo. Sí, hay muchas historias acerca de los nahuales, pero siempre pensé que era una charlatanería, ancianas que cuentan historias de hombres y mujeres que se convertían en animales. No creí que de verdad existieran —Samantha se sintió asombrada—. Pensé que sólo eran cuentos de terror e historias urbanas.

Diversos "Especies" La alianza de la flor de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora