Diversos "Especies" La alianza de la flor de fuego

«Descubriendo»

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Allya se encontraba perdida en sus pensamientos, mantenía una foto en sus manos y sollozaba.

—¿Estás bien? —preguntó Samantha.

—Sí, es sólo que la extraño.

—Lo sé, también yo, entiendo tu dolor, no sé qué haría si tú te fueras. Pero era tiempo de que mi abuela ya descansara. Así que ya seca esas lágrimas, no me gusta verte triste.

—Es una pena que no pudiera conocer a mi nieta. Aún me pregunto ¿Cómo mi preciosa hija dio a luz a una diosa?

—Má, no empieces, sabes bien todo lo que ocurrió, no fue nada lindo. Y lamento tanto que no pudieras conocerla cuando aún era pequeña, pero Anton nos cuidaba demasiado y no dejaba que la sacara del bosque.

—Sé que lo he preguntado ya, y he esperado a que estés lista para contarme, pero no sé cuándo lo estarás y de verdad quiero saberlo. ¿Quién es el padre?

—Má, déjalo, no quiero hablar de ello.

—Necesitas decirlo, debes sacarlo. Desde que volviste tu vida ha sido tan triste, y entiendo que es por alejarte de tu hija, que ahora no es tu hija por qué es una diosa y te rechaza como madre.

—No me rechaza, es sólo que aún no se acostumbra creo. Má... ¿Recuerdas a Tommy? —suspiró decidida a contarle a su madre.

—Sí, él desapareció, sus padres aún siguen buscando, su madre está al borde de la locura, pero no se rinden.

—Es él.

—Sí pobre chico, espera ¿Qué? Dices que él es...

—Sí, él era el padre de mi hija.

—¡Oh por Dios! Cariño lo siento tanto.

—Y también sé que sucedió con él.

—¿De qué hablas?

—Él está muerto. —sorbió su nariz.

—Samantha ¿Cómo dices eso ahora? Sus padres han vivido una tortura, debes decir dónde está.

—Esperaba que ya lo hubieran encontrado junto a todos esos cuerpos que encontraron en el bosque.

—¡Por Dios, Sami! ¿Dices que también fue un experimento de la mujer esa?

—¡Sí y también yo!

—¿Qué? ¿Por qué no lo dijiste antes? Anton tampoco mencionó nada. Cuando apareció en mi puerta sólo dijo que estabas bien, que él te cuidaría y que no preguntará más, pero esto es...

—Estábamos en el bosque aquel día. Ahí le confesé que estaba embaraza y me abrazó tan fuerte que apaciguó mi corazón angustiado. En plena madrugada había hombres y perros buscándonos, subimos al auto para tratar de salir de ahí, pero tuvimos un accidente; chocamos con otro auto. 

»Cuando desperté esa mujer apareció, Tommy y Orlando estaban ahí, pero eran una masa de carne podrida entre ramas. Me asusté mucho, y ella me sedó. Después desperté y ellos ya no estaban, Christell entró nuevamente, y yo estaba aterrada.

—Has pasado por tanto, cariño. —Allya secó las lágrimas de su hija.

—Luego huí y me convertí en un árbol, que estúpido se oye cuando lo digo así ¿no? Tiempo después una bebé nació de mí, Anton me encontró y heme aquí. El resto ya lo sabes. Además ¿Por qué le llamas Anton? ¿qué no es tu abuelo?

—Sí lo es, un abuelo más joven que yo, y más joven que mi madre. Al menos estuvo presente en el funeral de su hija.

—Basta de hablar de estas cosas, la abuela Ra ya descansa. ¡Continuemos ya!