«Pérdidas»

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»¿Qué...qué ha sido todo eso?

—Sólo te he dado los recuerdos de tu primer vida, ahora sabes quién eres, ¿Podrás dirigir toda tu ira hacia ellos? —apuntó a los soldados que ya estaban más cerca.

Los ojos de Mabelle se inundaron, el corazón le dolía, sus recuerdos dolían. Su familia fue masacrada y ella tuvo que ser aquello que odió, aquello que le arrebató a su familia y exterminaron a toda su especie; una humana.

Apretó con fuerza sus puños y dio dos pasos hacia atrás. Lanati miraba con desconfianza sus movimientos.

—Te perdoné desde hace mucho, desde aquel día que Adira te asesinó, aquel día pagaste por tu error.

Lanati sintió alivio. Pero su mirada hacia la guardiana seguía siendo penosa.

Mabelle vio con odio a los soldados. Caminó pasando por un lado de Lanati, cruzó la línea y cambió su apariencia: se convirtió en una gigante araña negra, con cabeza redonda, y cuatro brazos en su cefalotórax. Tenía ocho patas picudas y alargadas adheridas a los costados de su redondo abdomen, su boca tenía forma de pinzas con filas de diminutos colmillos.

Sus ojos eran en su totalidad de un violeta oscuro, luego algunos ojos más se abrieron. Tenía partes de su espalda que lucían de un color violeta igual que sus ojos.

En su espalda aún pendía su arma, la alcanzó con sus cuatro brazos; recordando cómo usarla correctamente.

Aquella arma había sido suya en su primer vida. El arma se desensambló haciéndose en cuatro espadas de medialuna, el pico de cada una terminaba en curva, que ayudaba a desgarrar la parte que cortaba de sus víctimas.

Los soldados y el resto de su equipo estaban atónitos. Los soldados dudaron en avanzar, pero Bea caminó de prisa y cruzó la línea; un árbol con flores amarillas. Andrew la siguió, sus alas se abrieron con un estruendo, Samuel y Anton fueron los siguientes.

Las medusas salieron de los túneles de agua de un salto y se pusieron en defensa. Una vez más los Henki-dier se unieron a sus espíritus animales.

—Sí que son feos. —soltó Lila. Sin importarle las miradas y gruñidos que le lanzaron los Henki-dier.

Los aguijones de Xules salieron de sus muñecas.

Los Txori comenzaron a atacar por la espalda a los soldados, para acercarlos más...


🌸


Mahan vio a Adira atrapada en una jaula,  voló hasta ella e intentó romper los barrotes.

—No podrás sacarla de ahí.

—Thomas, sácame de aquí ahora.

—¿Quién eres tú? Dime ahora cómo retirar la jaula. —Mahan sonó amenazante.

—Hermano, ayúdame a quitar la flecha. —dijo Adira en un quejido.

—¿Hermano? Nunca dijiste que tenías un hermano —dijo Thomas—. ¿Cuántos secretos más tienes?

Mahan sacó su espada y cortó la cuerda que estaba atada a la flecha; que había sido lanzada desde una balista. Metió las manos por los barrotes y cortó la cola de la flecha. El hierro dejó ondas de sonido que hicieron eco por toda la jaula.

Adira tiró de la flecha hacia enfrente, gritó de dolor y logró sacarla.

—También atravesó mi ala, no sé si podré volar. —La sangre recorría su pecho y espalda.

—Tienes que dejarla ahí —dijo Thomas.

—¿Y tú quién eres ? ¿Crees qué puedes hacer algo contra nosotros?, ¿aún más contra mí? —Mahan comenzó a acercarse hacia Thomas.

Diversos "Especies" La alianza de la flor de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora