Quince

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El día del amigo había llegado, y con él, la gran fiesta de disfraces que Julián tanto se había esmerado en preparar junto con su novio Enzo. A pesar de que al principio Lisandro no tenía ni la mínima intención de asistir, el cordobés le había insistido tanto (junto con su psicólogo, Emiliano) que finalmente no le quedó otra opción más que aceptar. Además de eso, necesitaba distraerse un poco e intentar volver a divertirse. No le costó demasiado decidir su disfraz: eligió vestirse de diablo, en honor a su equipo favorito de la Premier League.

La fiesta estaba organizada en casa de Enzo, y la consigna era sencilla: quien no se disfraza y no lleva alcohol, no ingresa. Así que Lisandro compró dos botellas de vodka, dispuesto a ponerse bien ebrio y olvidarse un rato de sus problemas. No llevó su auto, sino que se pidió un Uber, así no tendría que preocuparse por mantenerse sobrio para manejar. Ya vería después cómo regresaba a su casa.

Cuando llegó al lugar ya era pasada la medianoche y la gran mayoría de los invitados ya estaban allí. Buscó con la mirada alguna cara conocida, ya que el lugar estaba repleto de gente que no conocía, intentando encontrar a la única persona que esperaba ver.

-¡Viniste al final! -Paulo lo saludó con un abrazo, sobresaltándolo. Estaba tan concentrado buscando a Cristian que ni había notado que se le había acercado -¡Feliz día!

-Igualmente, Paulito -Lisandro le devolvió el abrazo con entusiasmo -estás... fachero.

Sí, no podía negar que Paulo era de los hombres más atractivos que había conocido. Además, había escogido un disfraz de gladiador romano que resaltaba perfectamente su belleza.

-Está hermoso, ¿o no? -Leandro se sumó a la conversación, dándole un ruidoso beso a Paulo.

Lisandro abrió los ojos como platos, pero no con desagrado (como hubiera sido unos meses atrás), sino con genuina sorpresa. No imaginaba que los dos podían estar en pareja, a pesar de la constante química que notaba cuando los veía juntos. El disfraz de Leandro, de emperador romano, dejaba en claro la intención de ir vestidos en conjunto.

-No lo pongas incómodo -Paulo le pegó suavemente a su pareja, en clara referencia a Lisandro.

-Para nada... -el teñido soltó una risita nerviosa -en serio, están muy facheros los dos.

En una esquina había ubicada una mesa repleta de botellas de alcohol de todo tipo y color, donde Lisandro imaginó que debía dejar lo que había traído para que cada uno se sirviera lo que más le gustara tomar. Tomó sus dos botellas y las dejó allí, esperando un tiempo prudencial para comenzar a tomar.

-¡Licha! -escuchó que Julián lo llamaba, eufórico -¡vení! Tengo unos amigos para presentarte.

Junto con el cordobés, que iba vestido de Spiderman, estaba Enzo. Lisandro tardó unos instantes en descifrar el disfraz del chico, quien iba de Carlos Gardel.

-¿Por qué me mirás así? -bromeó Enzo, notando que el teñido lo observaba con el ceño fruncido -¿no soy igual?

-No le hagas caso, ya le hizo efecto el porro -Julián rodó los ojos -bueno, estos son unos amigos de Enzo... ¿te querés quedar con ellos?

Lo introdujo en una ronda compuesta por un hombre lleno de tatuajes vestido de Vikingo, que se presentó como Nicolás; un chico pelirrojo vestido de Batman llamado Alexis, y un hombre que, según él, estaba vestido como cantante de los 2000. Lisandro no comprendió muy bien su disfraz, sólo supo que se llamaba Rodrigo.

Los amigos de Enzo incluyeron al teñido inmediatamente en su grupo, y resultaron ser bastante más divertidos de lo que se imaginó. Al cabo de un rato ya estaban todos bailando, tomando y fumando sin parar, a pesar de que Lisandro no paraba de pensar en dónde estaría Cristian y por qué no habría asistido. Antes de unirse a la tercera ronda de tequilas de la noche, decidió que esa noche se olvidaría de él de una vez y para siempre.

Burning Desire (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora