Diecisiete

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Habían pasado más de tres horas desde que había pulsado "enviar" y todavía no recibía ninguna respuesta. Comenzaba a pensar que había sido una pésima idea y que hubiera sido mejor dejar todo como estaba. Para calmar su impaciencia intentó mirar alguna serie, ponerse a cocinar, fumarse algún cigarrillo... pero nada daba resultado: sólo pensaba en la no-respuesta.

Cuando escuchó el sonido de la notificación de WhatsApp casi pegó un salto de la emoción, sintiendo que el corazón le palpitaba con desesperación. Tomó aire profundo e intentó calmar el temblor nervioso de sus manos, abriendo los mensajes.

-Perdón, recién lo veo

-Había ido a buscar a Gio al aeropuerto

-Qué pasó? Es urgente?

Gio... un pequeño detalle que, aunque quisiera pasar por alto, siempre estaba presente. De pronto sintió una punzada de culpa por pretender meterse en el medio de una relación que ya estaba consolidada.

Demoró unos minutos en decidirse a responder, meditando las palabras que iba a utilizar. Si bien su intención era hablar con Cristian y aclararle sus sentimientos, la realidad es que quería tenerlo presente en su vida como fuera. Si no era posible estar juntos de manera romántica y amorosa, al menos necesitaba recomponer su relación laboral y, por qué no, amistosa.

-No, tranqui...

-Era para decirte que lo pensé bien, y que a mí también me gustaría que volviéramos a trabajar juntos

Esta vez, la respuesta de Cristian no tardó en llegar:

-Buenísimo, el lunes lo hablamos con Lionel entonces

Lisandro bloqueó su celular con una sensación agridulce en el pecho. Por un lado, le dolía saber que Cristian estaba siendo feliz con otra persona que no era él, pero a la vez... saber que volvería a verlo todos los días lo llenaba de ilusión.

...

Su último fin de semana de vacaciones pasó más rápido de lo esperado, a pesar de que intentó exprimir cada segundo de tiempo para hacer planes que le ayudaran a no pensar en Cristian. Ordenó su casa, durmió siestas, paseó por la ciudad, miró series... pero a cada momento la imagen de cierto cordobés aparecía en su mente. Ya se estaba resignando a la idea de que jamás podría arrancárselo de la mente ni del corazón.

Sin embargo, decidió encarar la segunda parte del año con actitud positiva. Después de todo, ¿qué podía ser peor que todo lo que le había ocurrido en ese último tiempo?

Cuando llegó a su oficina se encontró con su compañero Julián, que ya estaba allí tomándose un café. El chico parecía realmente feliz de verlo, algo que hacía unos meses le hubiera parecido imposible.

-¿Así que me vas a cambiar por otro? -Julián le dio un amistoso abrazo, palmeándole la espalda.

Lisandro lo miró, intentando terminar de comprender lo que le decía.

-Ni bien llegué, Lionel me avisó que Cristian iba a volver a ser tu compañerito -le dijo en tono burlón -¿no pensabas contarme nada?

-Es que no había nada confirmado todavía... -Lisandro le respondió con aún más confusión.

-Bueno, parece que Cristian lo llamó desesperado a Lionel el fin de semana para pedirle que lo dejara trabajar con vos -Julián le guiñó un ojo con complicidad -Licha, no te hagas el boludo... ¿pasó algo que yo no sepa?

Lisandro no pudo evitar sonreír con timidez, como si fuera un adolescente enamorado por primera vez. ¿Así que Cristian estaba tan ansioso por volver a trabajar con él?

Le contó con lujo de detalles todo lo que había sucedido después de la fiesta de disfraces, a lo que Julián sólo pudo responder:

-Ustedes dos van a terminar juntos.

-Ojalá... -Lisandro suspiró -pero él está de novio.

-¿Y qué tiene, Lisandro? -Julián le respondió, exasperado -si tiene que ser, va a ser. Ahora o dentro de un tiempo.

Un golpe suave en la puerta de la oficina interrumpió la conversación. Lisandro se acercó a abrir, encontrándose con la persona que más esperaba ver.

-Buen día -Cristian lo saludó con un beso en la mejilla.

Lisandro tuvo que poner toda su fuerza de voluntad para no lanzarse sobre él y besarlo: estaba más lindo que nunca.

-Hola, Juli -saludó al otro, que los miraba con una sonrisa cómplice -dice Lionel que ya te podés pasar a la oficina de Pau.

-Bueno... espero que Paulito no me cambie por otro -Julián bromeó, mientras se levantaba de su silla y se dirigía hacia la puerta -pórtense bien, chiquis. Y sean felices.

Lisandro le lanzó una mirada asesina que Cristian notó inmediatamente.

-¿Por qué nos tendríamos que portar bien? -le preguntó, fingiendo ignorar de lo que estaba hablando.

-Pavadas de Julián -el teñido intentó restarle importancia -¿tu novio no llegó?

Ni bien soltó esas palabras se arrepintió. Uno de los efectos colaterales de estar haciendo terapia era soltar sus pensamientos sin filtro, como si estuviera dentro del consultorio de Emiliano.

-No... -Cristian murmuró -Giovani renunció. Y...

-¿Y? -Lisandro lo invitó a continuar. Notó que Cristian parecía nervioso, algo muy extraño en él.

-No es más mi novio -por fin respondió -nos separamos.





N/A: sé que es cortito, no me odien, pero estoy terminando de rendir los parciales y hacía mucho que no actualizaba. Esto es la introducción a lo bueno que vendrá  

Burning Desire (Cuti x Licha AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora