Esmerald 𝑫.𝑴. -Traducción

O53

—¿Qué deseas?— Crucé los brazos sobre mi pecho.

—Tenemos una fiesta a la que ir, ¿cómo es que no estás vestida?— Draco levantó su mano hacia mi camiseta.

Comenzó a trazar suavemente la línea del cuello con los dedos.

—No voy a ir, tengo planes con Hermione.— Le escupí.

—¡No, no tenemos planes!— Hermione gritó desde nuestra habitación.

Puse los ojos en blanco.

—Um... tengo planes con Ginny.— Hablé rápidamente.

—No, no lo haces. Me voy a la cama.— Ginny pasó junto a nosotros y entró en su habitación.

—Parece que tu agenda... está abierta.— Draco se lamió lentamente el labio inferior.

Maldita sea.

—Bien,— Suspiré, —pero tengo que prepararme.

—¿Puedo entrar?— Preguntó Draco, mirándome a los ojos.

—Claro, siéntate en una de las sillas de la sala común.— Gemí, entré a mi habitación y cerré la puerta rápidamente detrás de mí.

Me volví hacia Hermione, que estaba sentada en su cama riendo histéricamente.

—Cállate, —no puedo creer que le haya negado con la cabeza. —Tú dijiste eso.

—Es bastante divertido.— Intentó contener la risa.

—El objetivo era ignorarlo, no ir con él a la fiesta de su casa.— Le dije mientras buscaba en mi armario.

Fue entonces cuando vi el vestido negro pequeño y muy corto en la esquina.

Una sonrisa apareció en mis labios.

Iba a putear a Draco.

Iba a hacerle suplicar por ello.

—Ja ja.— Me reí diabólicamente para mis adentros mientras me ponía el vestido. Agarré un par de medias de rejilla y también me las puse.

Mi vestido era tan corto que si me inclinaba demasiado, podía sentir mi trasero salirse por debajo.

Fue perfecto.

—Estoy tomándolos prestados.— Le dije a Hermione. Agarré un par de sus zapatos negros y me los puse rápidamente.

—Siempre y cuando los traigas de vuelta.— Hermione sonrió mientras me miraba de arriba abajo.

—Recuerda Hermione, lo que pase esta noche, es porque me obligaste a ir.— Le guiñé un ojo y agarré uno de mis cigarrillos.

Rápidamente lo metí detrás de mi oreja.

Ella me puso los ojos en blanco mientras salía por la puerta.

Draco se sentó en una de las sillas de la sala común, con las piernas abiertas.

Sus ojos escanearon la habitación, observando las decoraciones de Gryffindor.

—¿Qué está haciendo él aquí?— Ron le dijo a Harry, mientras ambos se detenían en seco.

Draco rápidamente se levantó y caminó hacia mí.

—La llevaré a la casa de Slytherin para divertirme. No te preocupes, Weasley, le haré pasar un buen rato esta noche. No te sorprendas si camina raro camino a clases mañana, Potter.—  Malfoy les siseó, envolviendo su brazo alrededor de mi espalda baja.

¿Caminar gracioso? Oh Dios mío.

Ahí vuelve a latir ese corazoncito.

Mis mejillas se pusieron rojas cuando Draco me guió fuera de la casa de Gryffindor.

—Te ves maravillosa vestida de negro. Hace que tu piel de marfil brille.— Me susurró Draco, mientras me guiaba por los pasillos.

—Por eso lo usé.— Le escupí.

Comencé a balancear mis caderas mientras caminaba.

—Yo um... es bastante corto...— Los ojos de Draco recorrieron mi cuerpo mientras nos acercábamos a la casa de Slytherin.

—Ese es el punto, Malfoy.— Me reí.

—¿Que se supone que significa eso?— Draco besó suavemente mi mejilla.

Me detuve en seco cuando llegamos a la puerta de la casa de Slytherin.

Me volví hacia Draco.

Lentamente lo miré a los ojos, mientras lentamente me acercaba a él.

Una vez que estuve a sólo unos centímetros de Draco, levanté mi mano hasta la punta de su hombro.

Draco tragó saliva mientras yo arrastraba mi mano lentamente por su pecho.

—Eso significa..— Mi mano viajó por la base de sus pantalones, les di un ligero tirón con la presilla del cinturón, —quería usar un vestido corto.

Draco parpadeó rápidamente cuando su pulso comenzó a acelerarse.

Rápidamente me alejé de Draco, mientras juguetonamente lo alejaba de mí.

Draco retrocedió unos pasos.

—Ay...— Draco se llevó la mano al pecho.

Los ojos de Draco se encontraron una vez más con los míos, mientras le lanzaba una mirada malvada.

—En serio, todavía no puedes estar enojada conmigo.— Draco se rascó mientras ponía los ojos en blanco.

—¿Nos dejarás entrar a la fiesta o nos quedaremos mirando la pared por el resto de la noche?— Le lancé otra mirada fulminante.

—Eres ridícula.

—Si soy tan ridículo, entonces debería irme a casa.

—No— Draco me agarró del brazo y me acercó a su cuerpo.

—Entonces, abre la puerta.— Sonreí un poco.

Draco hizo un gesto para abrir la puerta y allí estaba Blaise.

Draco me rodeó con su brazo y sonrió.

—Estoy con Draco.— Le hablé suavemente a Blaise.

—Sí, ella está conmigo.— Draco le dijo.

—Pruébalo.— Blaise me miró fijamente.

Rápidamente me volví hacia Draco y rodeé su cuello con mis brazos.

Lo besé suavemente.

Draco me devolvió el beso con rudeza, mientras me levantaba en el aire.

Envolví mis piernas alrededor de Draco, mientras dejamos de besarnos.

Draco rápidamente dirigió su atención a Blaise.

—Sabes que no debes cuestionarme. La próxima vez, dejaré la prueba en tu cama.— Draco le gruñó a Blaise.

Blaise. miró al suelo.

—Adiós, Blaise.— Le guiñé un ojo mientras Draco me llevaba a la fiesta.