Esmerald 𝑫.𝑴. -Traducción

OO7

Me arrojé la capa sobre mí y caminé por los pasillos.

Hubo algunas personas con las que me crucé, pero la mayoría de las personas estaban en sus dormitorios al atardecer. Lentamente abrí la puerta del baño de niñas y me deslicé adentro.

Draco se paró en el centro de la habitación mirando alrededor, asimilando el nuevo paisaje de la habitación que nunca antes había visto.

Estaba de espaldas a mí, no debe haber oído la puerta abrirse. Lentamente me quité la capa. Lo coloqué con cuidado en el suelo.

Rápidamente lo rodeé con mis brazos y tiré a Draco al suelo.

Fue fácil de hacer, porque no lo vio venir, de lo contrario me habría tirado sobre su hombro y se habría puesto de pie y orgulloso. Me senté encima de él y sostuve sus brazos hacia abajo.

— ¿De donde vienes? — Draco me preguntó. Las comisuras de su boca se curvaron en una leve sonrisa.

— Soy astuta ¿no? — Lo miré, una sonrisa apareció en mis labios.

— Pero... soy más fuerte y más rápido. — Draco se había puesto de pie rápidamente. Me levantó por la cintura y me llevó a uno de los lavabos. Me dejó en él.

Draco separó mis piernas y se paró entre ellas. Sostuvo los lados exteriores de mis muslos.

— Entonces, ¿qué estamos haciendo aquí? ¿No crees que alguien va a entrar? — Draco apoyó la barbilla en la parte superior de mi cabeza.

— Nadie entra aquí además de mí y Hermione.

— ¿Por qué? — Draco movió la cabeza y miró abajo sobre mí

Una vez más, sus ojos plateados brillaron. No podía hablar, todo lo que podía hacer era mirarlo a los ojos.

Draco desabotonó su camisa blanca, dejando al descubierto la piel de su abdomen. Sus abdominales alcanzaron su punto máximo a través de la abertura.

Jugar Quidditch en los últimos años tonificó su cuerpo.

Draco movió su mano derecha a la parte de atrás de mi cuello.

Lentamente comenzó a inclinarse.

Justo antes de que sus labios tocaran los míos...

— ¡AHHHHH! — Myrtle gimiendo dejó escapar un chillido penetrante cuando salió de la establos. Draco casi saltó de su piel cuando me tapé los oídos.

— Es por eso que nadie entra aquí. — Suspiré, mientras saltaba del fregadero.

— ¡¿Qué demonios es eso?! — Preguntó Draco abrochándose la camisa frenéticamente.

— ¡Estoy gimiendo Myrtle! — El fantasma voló entre nosotros tan rápido como un rayo. ¿Realmente tenía que ir a arruinar el momento así?

Myrtle, y esa voz chillona.

— Bueno, te veré por allí. — Draco dijo nervioso mientras pateaba el suelo y salía del baño.

— Gracias, Myrtle. — Le gemí. Soltó una carcajada cuando me eché la capa sobre los hombros y salí del baño de chicas.

Draco miró hacia abajo mientras caminaba. Tenía las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Parecía como si estuviera casi desplomado.

— Draco.. — Susurré suavemente.

Draco se dio la vuelta rápidamente. Sus ojos se abrieron como platos y examinó la habitación.

— ¡Infierno sangriento! — Draco dijo, mientras sus ojos se lanzaban de izquierda a derecha. Sus ojos continuaron escanear el pasillo, una y otra vez. Él miró asustado.

— ¡Estoy aquí! — Me reí levantando la capa sobre mi cabeza.

Extendí mi mano y lo jalé debajo de la capa.

— ¿Qué demonios es esta cosa? — Miró hacia arriba, y alrededor mientras ambos estábamos parados allí debajo del paño.

El cuerpo de Draco se presionó contra el mío mientras permanecíamos juntos.

— Una capa de invisibilidad, nadie puede verte si estás debajo de esto. — Me reí. Caminamos por el pasillo.

Estaba fascinado con esto.

Draco parecía realmente asombrado.

— Realmente, podríamos tener algunos problemas con esto. — Draco me habló al oído con una sonrisa.

— Shh, — Lo callé, — todavía pueden escucharte... ¿quieres venir a ver mi habitación?

Draco envolvió sus brazos alrededor de mi cuerpo, haciendo que dejara de caminar.

— Por supuesto, pero qué vamos a hacer allí. — Draco comenzó a besarme suavemente en el cuello.

Los besos que dejó fueron ligeros y delicados.

Con cada beso que encontró en mi piel, dejó una pequeña marca en su lugar.

Cada beso que me dio, hizo que me derritiera en mis zapatos.

— Vamos, — Aparté su cabeza de mí, — estoy, solo te mostraré los alrededores.

Draco hizo un puchero, pero me siguió. Justo antes de los escalones de Gryffindor, salí de la capa.

— Ahora sígueme cerca, pero no demasiado cerca. Guarda silencio. — Dije levantando la capa una vez más. Draco sonrió y asintió con la cabeza.

Me siguió de cerca, mientras lo guiaba por los pasillos de Gryffindor y la sala común. Draco mantuvo algunos mechones de mi cabello, para que no lo perdiera.

Abrí mi puerta, Hermione todavía estaba despierta y leyendo. Me miró, luego volvió a mirar su libro y luego a mí.

— ¿Qué le pasó a tu cuello? — Hermione cerró su libro y se puso de pie.

Draco tiró de mi cabello. — ¿Nada, porque? — Pregunté frotando donde Draco había estado besando.

— Está todo magullado. — Hermione dijo acercándose.

— Oh, me caí en las escaleras volviendo del Baile de Navidad. — Dije rápidamente. Me subí la manga de la camisa para mostrarle el moretón en el antebrazo.

— Bueno, después de que volviste... comenzó. Me desperté temprano en la mañana. Había un abrigo de hombre y zapatos en el suelo...

— Se los pedí prestados a Cedric Salí un rato después de agarrar tus zapatos. Él me vio y me los ofreció también. Los devolví por la mañana por lechuza. — Sonreí.

Ella me dio una mirada confundida.

— Bueno, ¿ya has escuchado algo del escritor de misterio? ¿Alguna idea de quién es? — Hermione me preguntó esto varias veces al día, todos los días.

Draco tiró de mi cabello otra vez.

— No, será mejor que vaya a ver estos moretones... Volveré. — Dije rápidamente, y salí por la puerta.

Draco me siguió de cerca, mientras continuaba tirando de mi cabello.

...

Nota de la traductora: Hasta se le bajó lo caliente al Draco JAJAJAJJAJA.