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Evie saluda con amabilidad a las guardias que custodiaban la entrada del castillo de Bella y de Bestia, la chica camina con seguridad hacia la habitación de su mejor amiga ya que no había podido hablar con ella desde el día anterior.
—Buenos días —saludan varios sirvientes a la chica que les sonrió amablemente.
Evie les responde el saludo con una sonrisa amable, pero ella se da cuenta del semblante abatido que tenían algunos de los sirvientes luego de que la saludaran. La peliazul sigue su camino y frunce el ceño confundida por dicha reacción, algo raro estaba pasando en el castillo como para que estuvieran así.
—Aggie, ¿puedo pasar? —pregunta Evie al momento de tocar la puerta de la habitación de su mejor amiga.
La chica toca por varios segundos más, hasta que comienza a tener un mal presentimiento. Agatha no tardaba tanto en abrir la puerta cuando se trataba de ella. Evie duda un momento antes de decidir abrir la puerta con cuidado, sorprendiéndose al darse cuenta de que la habitación no tenía seguro.
—Agatha, ¿estás bien? —pregunta la peliazul cerrando la puerta detrás de ella y analizando a su alrededor.
La habitación se encontraba perfectamente ordenada, pero Evie se dio cuenta de que la mayoría de las cosas del tocador habían desaparecido y varios libros ya no se encontraban.
—¿Agatha? —pregunta Evie cada vez más alto comenzando a preocuparse ya que no había ningún rastro de la pelirroja—. ¿Te estás bañando? ¿Por qué no me respondes?
Evie pierde su sonrisa al no encontrar a su mejor amiga en el baño, varios productos de belleza igual ya no se encontraban, la peliazul corre hacia el armario de la habitación y la respiración comienza a faltarle tras ver que la ropa de Agatha ya no estaba.
—¡¿Agatha?! —grita Evie saliendo del lugar con velocidad para buscar a la pelirroja.
La chica detiene sus pasos en seco tras divisar algo entre las almohadas de la cama, Evie camina hacia este lugar y toma con cuidado los dos anillos de Agatha junto con el sobre blanco que estaba ahí.
—No, Aggie... —susurra Evie teniendo sus ojos llenos de lágrimas tras darse cuenta de lo que había hecho su amiga.
La peliazul no duda en salir de la habitación con velocidad para ir a buscar a Ben, él tenía que saber lo que Agatha había hecho sin que se dieran cuenta.
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