╭DESCENDIENTES - BEN FANFIC╮
[🌹]❝La hermosa Agatha era la viva imagen de su madre, su cabello era de un hermoso pelirrojo, algo ondulado aunque tenía sus días rizados, pálida, con ojos azules y con un carácter igual al de Mérida.❞
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—Este es el plan, las dos entraremos juntas y escucharemos a la chiflada de Uma —le susurra Mal a Agatha que la escuchaba con atención—. Muéstrate segura e intenta responderle con sarcasmo a todo lo que ella te diga, es muy fácil de hacer molestar.
—¿No debería de evitar hacerla enojar? —pregunta Agatha confundida—. Si lo hago, estaría arriesgando la vida de Ben
—Aggie, no estás en Auradon y no estás en tu reino —recuerda Mal consiguiendo que la pelirroja dejara de fruncir el ceño—. Aquí no es amabilidad y gentileza, tienes que ser muy mala para poder conseguir lo que quieres.
Agatha cierra los ojos unos segundos para darse valor hasta que mira a Mal para asentir con seguridad, la pelimorada le sonríe y las dos chocan sus puños a manera de complicidad para dirigirse hacia la entrada del restaurante de Úrsula.
El lugar se queda en total silencio al momento en que Agatha entró al restaurante siendo seguida por Mal que le mostró una sonrisa burlona a Uma al ver que esta la miraba.
—¿Me extrañaste? —pregunta Mal con diversión hacia Uma que miró con molestia a la pelimorada.
—Ya entraron dos perdedoras —avisa Uma hacia los piratas que se encontraban mirando a las dos visitas—. Pedí específicamente que solo la pelirroja podía venir.
—Estoy aquí, es lo que importa —responde Agatha en voz alta por Mal mientras bajaba las escaleras de la entrada—. ¿No querías verme? Bueno, ya me viste, así que di lo que quieres y déjate de juegos.
Uma sonríe y analiza con detenimiento el aspecto de la despampanante pelirroja, Agatha se acerca a la morena y detiene con agilidad la silla que esta empujó con sus piernas.
—Buenos reflejos —alaga Uma divertida, pero no consiguió que Agatha sonriera—. Siéntense aquí, por favor.
—No sabía que los piratas tenían modales —comenta Agatha con diversión luego de sentarse junto a Mal que se mantuvo en silencio—. Este lugar apesta.
—Ay, lo lamento majestad, no llegó el mayordomo hoy —responde Uma con el mismo tono de voz que la pelirroja la cual sonrió un poco.
—Creí que tu amigo manco era tu mayordomo, digo, es a quien mandas a hacer tus recados como si fuera un perro —comenta Agatha con falso interés—. ¿Estabas tan cansada luego de trabajar en este basurero que no pudiste pedirme que viniera aquí?
Uma pierde su sonrisa tras escuchar las palabras de la futura reina que se mantuvo sonriendo con diversión en todo momento, Mal se cruza de brazos y se recuerda felicitar a Agatha por conseguir que la morena se molestara.