╭DESCENDIENTES - BEN FANFIC╮
[🌹]❝La hermosa Agatha era la viva imagen de su madre, su cabello era de un hermoso pelirrojo, algo ondulado aunque tenía sus días rizados, pálida, con ojos azules y con un carácter igual al de Mérida.❞
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Los días fueron pasando muy lentos para ambos trágicos amantes, la soledad resultaba muy hostigando y bastante abrumadora, sus pensamientos no los dejaban tranquilos en ningún momento, mucho menos todos los deberes que ambos jóvenes tenían.
Agatha se había mantenido encerrada en su habitación sin ver a su abuela en ningún momento, las únicas dos personas que podían entrar eran Mérida y Fergus, ambos se mostraban muy preocupados por la pelirroja menor.
Por otro lado, en Auradon, el joven rey se encontraba casi igual que Agatha. La diferente es que este tenía que seguir con sus deberes por más que no le gustara o no quisiera hacerlo, tenía muchas responsabilidades que ponían en riesgo la seguridad del reino.
Ben había comenzando a alejarse cada vez más de sus amigos, no hablaba con casi nadie ya que permanecía en su oficina o en su habitación tocando el piano hasta altas horas de la noche. Todas sus personas más cercanas se encontraban muy preocupados por él, sus ataques de pánico eran muy recurrentes.
Lo único que consolaba a Ben era el anillo que había sido llevado por Agatha unas cuantas semanas antes de que lo abandonara, pero igual lo consolaba varias de las fotos que compartía que la pelirroja de diversos momentos que pasaron juntos.
El castaño había dejado un retrato con una foto que compartía con Agatha sobre el piano que tocaba cada noche y parte del día, cada una de las melodías iban dedicadas a la pelirroja aunque no lo supiera.
—Mérida, ¿dónde está Agatha? —pregunta la reina Elinor tras encontrar a su hija mayor caminando por uno de los pasillos del castillo.
—En su habitación —responde Mérida, teniendo intenciones de seguir su camino, pero su madre lo evitó—. ¿Algo más, madre?
—Necesito que convenzas a Agatha de que me deje verla —pide Elinor con tranquilidad—. Es muy inmaduro de su parte que solo a ti o a tu padre los deje entrar a su habitación, tenemos que comenzar a planear lo de su ceremonia matrimonial con Callum.
—Mamá, yo no voy a pedirle u obligar a mi hija a que haga algo que no quiere —responde Mérida con una pequeña sonrisa en su rostro—. Primero date cuenta del daño que le estás haciendo con tus malditas decisiones y luego piensa en como ganarte su perdón.
—¿El daño que le estoy haciendo? —pregunta Elinor con sarcasmo mientras negaba—. Lo que yo estoy haciendo es ver por el bienestar y la felicidad de mi nieta, estoy viendo por el futuro de nuestro reino.
Mérida contiene sus impulsos de levantar la voz y de comenzar una discusión con su madre, la pelirroja suelta un largo suspiro antes de fingir una sonrisa.
—Sigue diciéndolo hasta que te lo creas, ahora déjame en paz —pide Mérida siguiendo su camino y dejando a su madre con la palabra en la boca.
