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Agatha se mantiene en silencio en la cocina de la casa de Evie mientras tomaba un vaso de agua, la pelirroja miraba a Celia y a Uma comer con entusiasmo un pedazo de pastel del cumpleaños de Jane.
La pelirroja quiso detenerlas cuando vio que se iban a servir, pero decidió callar al ver las brillantes miradas de las dos ya que estaban emocionadas por probar algo sin insectos o basura.
—Creo que fue una gran idea, revisar el cuarto de Audrey —habla Mal en voz alta tras quedar cerca de Uma que se mantuvo comiendo su rebanada de pastel, hasta que regresó su mirada a la pelimorada—. Vamos por el camino correcto.
—¿Hay algún insulto ahí que me perdí? —pregunta Uma confundida, pero igual luciendo algo divertida.
Agatha casi se atraganta con el trago de agua que estaba dando, pero se recompone rápidamente y aleja su mirada de la escena con una sonrisa burlona en su rostro.
—Solo... te lo agradezco —termina por decir Mal con sinceridad con una sonrisa.
Agatha mira la escena unos cuantos segundos, hasta que la sonrisa en su rostro desapareció tras sentir un escalofrío por todo su cuerpo.
—Agatha... —la pelirroja cierra los ojos fuertemente reconociendo aquella voz masculina, pero se obliga a distraerse.
—Cierra la boca —ordena Agatha por lo bajo, agitando su cabeza ligeramente.
—¿Zanahoria? —pregunta Uma confundida por el comportamiento de la futura reina que regresó a verla inmediatamente.
Uma mira con desconfianza la manera en que los ojos de Agatha brillaban de un color anaranjado, su cabello había comenzado a brillar mucho más, hasta que regresó todo a la normalidad.
—Estoy bien —termina por mentir Agatha, sin estar consciente de que sus ojos volvieron a su color natural.
Celia admira el rostro de Agatha unos cuantos segundos antes de levantarse de la mesa junto con su plato ya que había terminado, la futura reina de Auradon se acerca a la mesa y no resiste a servirse un pedazo de pastel junto a Mal que se sentó enfrente de Uma.
—No sé quién cumple años, pero quiero este pastel —admite Uma emocionada tras servirse otra rebanada.
—Oye, tal vez dije algo que no era verdad —habla Mal nuevamente tras pensar un poco sus palabras—. Te llamé camarón y no te dejé unírtenos.
Agatha escucha la conversación con atención sin dejar de comer en ningún momento, quería pasar desapercibida para las dos villanas que se encontraban conversando.
—Sí, podríamos haber destruido la Isla —termina por confesar Uma con una sonrisa divertida en su rostro.
—Ambas por separado casi lo hacen —las palabras de Agatha salen de su boca mucho antes de que pudiera pensarlo.
