╭DESCENDIENTES - BEN FANFIC╮
[🌹]❝La hermosa Agatha era la viva imagen de su madre, su cabello era de un hermoso pelirrojo, algo ondulado aunque tenía sus días rizados, pálida, con ojos azules y con un carácter igual al de Mérida.❞
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El día comenzó en el reino de Auradon, varios trabajadores del castillo comenzaron con sus tareas, mientras que los estudiantes se mantenían durmiendo después del Baile de la noche anterior.
Agatha escucha varios pasos afuera de su habitación, se remueve algo incómoda al momento en que escuchó varios pájaros cantando y al sentir un poco de luz en su rostro.
—No te muevas, pequitas —pide Ben adormilado, aferrándose a la cintura de la pelirroja que no pudo evitar sonreír tontamente.
La pareja se mantuvo en silencio unos cuantos segundos, hasta que Agatha abrió los ojos de golpe tras reaccionar y caer en cuenta de que escuchó la voz de Ben.
Los recuerdos llegan de repente a la cabeza de la princesa, consiguiendo así que sus mejillas comenzaran a sonrojarse considerablemente, las imágenes en su mente sobre lo que sucedió la noche anterior con Ben comenzaron a aparecer poco a poco.
—Por Mor'du —susurra Agatha asustada, sintiendo como su corazón comenzaba a palpitar con velocidad.
La respiración de la pelirroja se detiene de repente al momento en que sintió un delicado beso en su desnudo hombro derecho, sintió una ligera caricia en su cintura hasta que la mano de Ben llegó a su abdomen en donde comenzó a tocar.
—Hey, pequeña bestia —habla Agatha en voz alta al sentir como la misma mano de Ben que tocaba su abdomen comenzaba a bajar para acariciar sus muslos—. Ya no estas dormido, tramposo.
Agatha sonríe al momento en que pudo escuchar la risa de Ben, aunque este hubiera ocultado su rostro en el cuello de su amada.
La pelirroja se da la vuelta para poder mirar fijamente a su pareja, ambos sonrieron tontamente al poder apreciar el rostro del otro, Ben dirigió una de sus manos hacia la mejilla de Agatha para acomodar un mechón de su cabello detrás de su oreja, aunque después decidiera acariciar su mejilla con delicadeza.
—Buenos días, pequitas —saluda Ben en un susurro, inclinándose para comenzar un dulce beso esquimal que hizo sonreír tontamente a la pelirroja.
—Buenos días, majestad —saluda Agatha con el mismo tono de voz.
Agatha también comienza a acariciar la mejilla de Ben, pero en ningún momento dejaron de verse fijamente.
La princesa es quien tomó la iniciativa para inclianrse y dejar un casto beso en los labios del joven rey que sonrió encantado, este dirigió su mano a la cintura de Agatha para poder pegarla a su cuerpo mientras alargaba el beso.
—¿Cómo te sientes? —pregunta Ben tras alejarse de los labios de su amada que se mantuvo admirándolo con una sonrisa en su rostro.
—Agotada —admite Agatha algo avergonzada—. Pero me siento... feliz.