2

186 12 15
                                    

Melanie


18:50

Vimos como el zancudo se daba la vuelta y volvía al parque, su figura se fue difuminando a medida que se adentraba en la niebla teñida por los colores neón de las atracciones. Georgia se agarró a mi brazo mientras los chicos caminaban hacia la gran cola que ya se había formado en torno a la entrada. Teníamos que ir guardando sitio, el recinto estaba lleno de gente y en cuestión de horas el aforo llegaría a su límite.  

—¿Me puedes volver a explicar qué es lo que te llama tanto la atención de este sitio? Porque te juro que no lo veo. 

—No lo sé, simplemente me gusta. ¿No sientes una sola pizca de curiosidad? Todo el mundo en BayWood espera este día y vosotros estáis como si nada.

Georgia me miraba como si no me conociese. Y puede que en verdad no lo hiciese, al menos no del todo, esa parte de mí no se le había enseñado a nadie hasta aquel entonces. ¿Miedo, vergüenza...? Ni yo misma sabría decir el porqué. Creo que cualquier persona estaría de acuerdo conmigo si dijera que el instituto es una de las etapas más duras a las que nos enfrentamos en nuestra vida. Nuestro cuerpo y mente se altera de tal forma que dejamos de ser quienes éramos. Cuando entramos en el último año mi personalidad había cambiado tanto que ya no sabía ni como debía o quería comportarme. Todos cambiamos, ya sea para mejor o para peor, pero lo hacemos. Dejé de lado a la niña que se emocionaba con fantasmas e historias de terror, para dar lugar a una mujer que sabía lo que quería y que para conseguirlo debía dejar atrás aquellas tonterías de niños. Al fin y al cabo nada era real  y pensar en aquello me dejaba completamente fuera del estereotipo atribuido a la chica popular. Pero al menos le daba emoción a mi vida. Y por una noche pensaba volver a ser esa niña.

—No sé que te pasa, no pareces tú.

Dejé de sentir la presión del agarre de Georgia en mi brazo, la seguí con la mirada hasta que llegó a donde estaba Bryce e Ethan. Mientras la veía, a mi supuesta mejor amiga, pensé "no parezco yo porque soy lo que todos queréis que sea". En el momento que escribo esto reflexiono y hago autocrítica de mi misma. Porque... yo estaba segura de que manipulaba a los demás con el objetivo de conseguir lo que quería. Pero en realidad ellos conseguían que me comportase para satisfacer sus necesidades, haciendo que perdiera mi propia personalidad en las idas y venidas del juego de la popularidad. 

Suspiré y eché otro vistazo al cartel, solté una risa floja al leer de nuevo el cartel improvisado para esa noche. Habían pintado con letras rojas, en un vago intento de simular la sangre, sobre las del cartel original "FunVille". En ese momento deseé que el interior del recinto estuviese más trabajado, sino aquella noche no sería la que esperaba.

—¡Mel! ¿Piensas venir o que? —gritó Georgia ya desde la fila. 

Miré por unos segundos a mi alrededor, al menos todo lo lejos que me permitía la niebla. Se suponía que Rory y Leah ya deberían de estar esperándonos, pero no había ni rastro de aquellos dos tortolitos. Busqué el móvil en el interior del bolso para intentar localizarles, aunque sin éxito. Parecía ser que no sólo no funcionaba la radio sino que la cobertura tampoco llegaba a los móviles. Lo cual me pareció preocupante, ¿un parque de atracciones incomunicado? 

No sé si fueron horas, minutos... Solo que me pareció una eternidad. La cola parecía no tener fin y aún por encima se movía a una velocidad que, de ser aquello una película de terror, todos seríamos víctimas del asesino, sin lugar a dudas. Mis ansias no hacían más que incrementarse a cada chillido que se escuchaba del interior. Gritos, sustos, atracciones yendo de un lugar a otro... me parecía una tortura en sí misma estar allí fuera sin poder disfrutar de la diversión teniendo, aún por encima,  que escuchar a los demás.

ImpulsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora