Melanie
23:40
Ethan estaba allí, inmóvil, con sus ojos fijos en nosotros. Su rostro no revelaba ninguna emoción clara, pero la intensidad de su mirada hablaba por sí sola. Me quedé paralizada por un instante, mi piel sintiendo de repente la urgencia de cubrirse, como si hubiera sido descubierta en medio de algo prohibido.
Carter, por su parte, se apartó lentamente, su expresión transformándose en una mezcla de superioridad y desafío. Él sabía que Ethan había estado viéndonos, o al menos la posibilidad de que lo hicera. Lo cuando hizo que me hirviera la sangre, aunque no debería de importarme, no le debía nada a Ethan, no éramos nada. Pero en el fondo era obvio que algo había y tendría que aclararlo con él, cuanto ante.
El silencio que siguió resonó con una extraña melodía, como un compás suspendido en el tiempo.
—Ethan... —murmuré, buscando las palabras adecuadas, pero mi voz se quedó atrapada en mi garganta.
Ethan permanecía en silencio, su mirada penetrante sin apartarse de nosotros. El peso de su presencia creó un espacio tenso y denso, cargado de preguntas sin formular y de verdades incómodas. Mis pensamientos se entrelazaban sin saber muy bien por donde ir ni que decir, tratando de encontrar una explicación, una disculpa, cualquier cosa que aliviara la incomodidad del momento.
Pero fue él quien suspiró y elevó la mirada al cielo, dejándome libre de su juicio. Carter me observaba únicamente a mi, como si fuese ajeno a todo lo demás.
―Está bien ―dijo Ethan más para sí mismo que para cualquiera de nosotros dos―, esto se acabó.
Sin decir ni una sola palabra más comenzó a subir por la escalera, sin ni siquiera volver a mirarme una última vez. El eco de sus pasos resonaba en el metal mientras ascendía, creando una distancia tangible entre nosotros. Fue como si cada escalón que subía marcara el distanciamiento entre nosotros, parecía una metáfora en sí misma.
Mis pies, impulsados por un instinto irracional, buscaron seguirlo, pero las manos de Carter aún sostenían mi cintura con firmeza. Incluso cuando Ethan desapareció de nuestra vista, Carter no soltaba su mirada desafiante. En aquellos ojos, ahora desprovistos de cualquier atisbo de deseo, percibí algo más oscuro, algo que me hizo estremecer.
Fue una de las pocas veces que sentí miedo de Carter. Aquella mirada sugería un conocimiento más profundo, como si pudiera ver a través de mí, como si quisiera decirme algo, pero las palabras se negaran a salir. Tan pronto como sentí el escalofrío recorrer mi espalda, vi cómo las facciones de la cara Carter se relajaban, cómo si él también lo hubiera notado y sorprendido.
Sus manos cedieron en su presión sobre mi cintura, y aproveché la oportunidad para zafarme de su agarre. Corrí hacia la escalera, sintiendo la necesidad de seguir a Ethan, de aclarar lo que acababa de suceder. Carter, por su parte, apartó la mirada, como si el breve momento de tensión hubiera quedado atrás.
Las escaleras crujieron bajo mis pies mientras subía con rapidez.
―Melanie.
Paré a mitad de camino para girarme y encontrarme con los ojos de Carter mirándome y cuestionándome qué era lo que haría ahora,
―Carter lo que acaba de... ―comencé.
―Has vuelto a escoger ―se acomodó la ropa y, como si estuviera volviendo a su papel, cambió la expresión de su rostro―, suerte en la siguiente prueba, espero que tenga el mismo desenlace como la primera.
Y ahí estaba, de nuevo. Rechisté y retomé mi camino escaleras arriba, al mismo tiempo que Carter desaparecía entre las sombras del pasillo.
Llegué al piso superior, mis pulmones amenazaban con salírseme del pecho. Casi tanto como a Ethan, recorría de un lado a otro aquella habitación, desprovista de cualquier decoración, en contraste con las demás. Grandes motas de polvo que se dispersaba por todo el ambiente, olía a húmedo y la poca luz que penetraba en la habitación era la de un ventanal que daba al exterior.
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Impulso
Teen FictionEn la noche de Halloween, Melanie se adentra con aires de superioridad en el parque de atracciones TerrorVille, desafiando los límites del miedo. Lo que comienza como un juego pronto se transforma cuando un enigmático empleado enmascarado la enfrent...