Capitulo 11. Dos páginas del mismo libro

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- Debo ir con el Maestro Shifu...

- Po, espera... debemos irnos.

- Tu ve, llévate a mi padre por favor, yo ire a detener a Tai Lung.

Tigresa vio a Po diferente, algo en él había cambiado que le transmitía seguridad y confianza, aun cuando su lógica le decía que debía llevárselo de ahí lo más pronto posible su corazón le decía que tenía que dejarlo ir. Asintió un poco dudosa y antes de que Po se fuera ella lo jalo del brazo.

- Antes de que te vayas quiero pedirte que no lo mates. No mates a Tai Lung. Shifu no podrá hacerlo porque él es su hijo y ambos deben arreglar las cosas, solo dales tiempo de que puedan perdonarse.

Po le prometió que lo dejaría vivir. Se fue corriendo en dirección al palacio mientras Tigresa ayudaba al señor Ping a irse junto a los demás. Mientras tanto en el salón de los guerreros. Tai Lung ya estaba cara a cara frente al hombre alguna vez le dijo padre, maestro.

- He vuelto a casa maestro.

- Está ya no es tu casa y yo ya no soy tu maestro.

- ¿Ah sí? Tienes nuevos estudiantes favoritos y a otra hija... mira que criar a ambos hermanos exactamente igual.

- Ella no es como tú y tampoco son hermanos.

- ¿No lo somos? Nuestra madre es la misma y nos crio el mismo padre. Yo diría que si lo somos.

- ¿Lo sabes? ¿Quién te lo dijo?

- El Maestro Rhino, hace años me lo dijo cuando me propuso nombrarme maestro si me alejaba de tu sombra para obtener la grandeza que tu no me podías dar, debí hacerle caso y en cuanto a ella, me lo dijo cuando recién la trajiste aquí. Mi madre me salvo la vida trayendo me aquí, y le salvo la vida a ella cuando la llevo a ese orfanato para protegerla solo por haber nacido como una mujer.

- ¿Con que motivo el Maestro Rhino te diría esas cosas?

- ¿Sabes que él no mentiría con algo así? Lo hizo porque amo a mi madre, él le dijo que podía traerme aquí y también le dijo que orfanato dejar a mi hermana. El planea casarla con su hijo porque aunque yo no sea el legítimo heredero al imperio de China, mi hermana si lo es. No importa que ahora China sea controlado y guiado por políticos, en su esencia, mi hermana y su descendencia son el alma y espíritu del gran Imperio. De cualquier forma lo que haga ella es su problema, yo he venido solo por lo que me pertenece, al propósito ¿Dónde está ese Po? ¿Lo asuste?

- Esta batalla es entre tú y yo.

- Entonces ¿Así es como será esto?

- Así es como debe ser.

Tai Lung no lo pensó y comenzó a atacar a Shifu, no letal si un golpe lo podría herir de gravedad. Lanzó cada objeto y arma que se encontraba en el salón hacia Shifu que con un poco de dificultad lograba esquivar.

- Mu pudrí en presión por 20 años por culpa de tu debilidad.

- Obedecer a tu maestro no es debilidad.

- Sabias que yo era el Guerrero Dragón, siempre lo supiste pero cuando Oogway dijo lo contrario ¿Qué hiciste? ¡¿Qué hiciste?! ¡Nada!.

- No era tu destino ser el mi Guerrero Dragón, no es mi culpa mía.

- ¿No fue culpa tuya? ¿Quién me lleno de sueños mi cabeza? ¿Quién me hizo entrenar hasta que se me rompieran los huesos? ¿Quién me negó mi destino?

- Esa decisión no me correspondía.

Tai Lung se percató de la sección destinada para el Maestro Oogway, su pintura, un copal con incienso y el bastón que le dejo a Shifu antes de morir. Tai Lung se sorprendió un poco al darse cuenta de ello, el Maestro Oogway nunca fue muy cercano a él, pero lo veía y lo quería como un abuelo. Incluso el rencor que le tenía por negarle el rollo del dragón se apaciguó por unos instantes. Tomo el bastón y se le extendió a Shifu.

Y Llegaste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora