Capitulo 12. Golpe de Estado

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En el camino hacia la ciudad de Gongmen me sentía diferente, era como si tuviera sentido que yo tuviera la vida que tuve, aunque me parecía extraño que pudiera acceder a los recuerdos de mi vida pasada, ¿Estaba obligada a vivir todo de nuevo? Pero eso no es posible, yo interactúo con personas que toman sus propias decisiones para alcanzar su destino.

Si me destino era ser Maestra de Kung Fu, uno de los cinco legendarios, ya lo era. Aún hay más, en mi visión estuve involucrada con Po y en cierto modo eso me llevo a morir en ese lugar extraño, pero ahí estaba el Maestro Oogway y él ya había muerto... Maldición, son tantas cosas que sucedieron que no les encuentro pies ni cabeza.

En el vagón de tren iba bastante gente que intentaba huir del Valle de la Paz, saber que Tai Lung estaba ahí no los dejaba hacer sus vidas tranquilos y lo entiendo, la verdad es que deseo que él no cometa una tontería y en peligro a los que no pueden irse del Valle. Me baje del tren cerca del aeropuerto para viajar en avión. Después de tantos años teniendo contacto con el mundo exterior fuera del Valle me es impresionante lo rápido que avanza la tecnología y las ciudades.

Con cada misión que teníamos me sentía tonta al no saber ciertas cosas o estar a la defensiva de todos. Incluso Grulla que es el más miedoso de todos me tenía que tranquilizar o explicar cosas que para todo el resto del mundo era cotidiano. Recuerdo lo asombrada que descubrí las escaleras eléctricas, buscaba cualquier pretexto para usarlas y eso que me daba miedo al subir y bajar de ellas, sentía que me caería por no saber en qué momento se formaría el escalón o en qué momento tendría que avanzar sin tropezarme cuando el escalón se escondiera.

A la entrada del aeropuerto me esperaba el Teniente Bar Hiro, nos estrenaba para misiones que implicara compartir fuerzas con el ejercito militar y agentes especiales. Era un cascarrabias, nunca podías bromear con él o terminarías limpiando las calles de una ciudad completa con un cepillo dental. Es por eso que nos llevábamos bien. Muchas veces me sugirió llevar un entrenamiento oficial pero sus ideales chocan con los de Kung Fu y lo peor es que Shang es su soldado más fiel. Sin mucho contacto verbal me entrego mi kit de comunicación.

Él y otros dos fuimos a la aduana, e ingresamos directamente al Jet privado del estado. No sería la primera vez que viajo por aire y es una experiencia sorprendente, excepto cuando todo parece indicar que el avión se estrellara en medio del océano y hay que hacer que Mono deje de gritar como un lechón siendo perseguido.

- Maestra Tigresa.

- Teniente Bar Hiro.

- Me informaron que viajaría junto con el Guerrero Dragón.

- Cambio de planes, él se quedara en el Valle de la Paz custodiando a Tai Lung.

- ¿Qué sabes sobre eso?

- No más que usted, eso es seguro.

- Así que se quedará ahí. Ese despreciable viejo con tal de seguir en el poder...

- ¿A cuál de todos los despreciables viejos te refieres?

- A nuestro señor presiente... Todos lo sabemos ahora, saldrá en las noticias mañana a primera hora.

El Teniente Bar Hiro me extendió los documentos que había firmado hace unas horas. Shifu no perdía el tiempo. El Teniente no estaba conmigo por mí, estaba aquí para hacerle llegar los documentos al presidente y a todo su gabinete. Se los volví a dar y comencé a instalarme todo el equipo de comunicación. Un teléfono móvil, un par de radios, antenas de extensión de señal, GPS, un rastreador y los micrófonos para comunicarme.

- Hoy los entregue y hoy mismo me los llevo de vuelta. Ni siquiera lo pensaste.

- ¿Qué debería pensar?

Y Llegaste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora