Capitulo 19. Familia Li

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Una semana después de que al rolar en las guardias a Grulla el progreso de Víbora fue bastante considerable. Aprovechaba cada que venían a realizarle intervenciones para aplicar mi Chi en ella. Me lleve una gran sorpresa cuando la vi respirando por medio de una mascarilla, aun requería apoyo de oxígeno pero al menos ya respiraba por ella misma. Sus pupilas estaban isocóricas, el peligro ya había pasado, ahora solo tenía anemia por la falta de alimentos sólidos, se seguía alimentando por la sonda y eso le ocasionaba frecuentes diarreas. Con ayuda de la enfermera y el camillero la cambiábamos, antes era complicado por las medidas de neuro protección y él tuvo endotraqueal, ahora era un poco más sencillo. Su bebé estaba fuerte, está en su semana 15 y Mantis dice que debe medir 70 gramos, pesa menos que un tazón de arroz.

Grulla, Shifu y yo le hablamos. Solo los tres nos quedamos en los turnos. Mono y Po vienen cinco minutos al día. Mantis suele estar más tiempo pero no puede quedarse. Shifu no habla casi con nadie que no sea Víbora y realmente casi no es una conversación, suele leerle libros y pergaminos con historias de China, algunos poemas y otras cosas que me hizo memorizar y analizar de niña. Si despierta Víbora será para decirle que se calle de una vez.

- Hola Víbora, ahora es mi turno de cuidarte. Po te mando flores, no podemos traer reales así que las hizo con papel, son de colores brillantes y Mono las perfumo con jazmín.

Coloque el jarrón con las flores sobre su cómoda. Me sente a la altura de vientre para poder poner mi mano sobre su pancita. El Doppler seguía ahí, monitoreando las 24 horas del día el latido. Ya ha le habían hecho ecografías pero solo en presencia de Grulla. Me dijeron que ya tiene forma de bebé, antes solo parecía un pequeño camarón.

- Hola a ti también.

El vientre de Víbora parecía tener una pequeña montañita que sobre salía de vientre plano. Era muy extraño, ahí había vida. Las últimas visitas estuve pensando en si realmente yo quiero algo así con Po. En nuestra vida si fue algo que nos tomó por sorpresa aun cuando corriéramos ese riesgo. En ese momento ambos habíamos llevado a cabo lo que se esperaba de nosotros, creo que ya no perdíamos nada importante. Ahora creo que es algo que no es para mí, no sé, creo que no es algo que quiera experimentar.

- "Dicen que siempre hay una sonrisa esperando al otro lado de la tristeza. ¿Qué nos espera cuando llegamos allí? Dicen que la felicidad siempre llega después del dolor. Si pudiera ver el mañana, dejaría de suspirar. Como un barco que lucha contra la corriente, Ahora debo continuar... "

- ¿Tigresa?

Gire lentamente con miedo de haberme imaginado esa voz. Me encontré con los ojos más adormilados que le había visto a Víbora. Ella cerraba sus ojos e intentaba abrirlos sin mucho éxito. Por primera vez en mucho tiempo pude sonreír, la abrace procurando no lastimarla.

- Hola Tigresa.

- ¿Dormiste bien? Dormiste por mucho tiempo. Nos tenías tan preocupados.

- Lo sé. Pude oírlos por ratos pero no podía abrir los ojos ni moverme o hablar.

- Debiste estar asustada.

- No realmente.

Víbora comenzó a llorar, su llanto era débil, casi suspiros y gemidos roncos. Me asuste al verla, apreté el botón para avisar que requería asistencia médica. Mantis no tardo en entrar y actuar de inmediato. Le cambio la mascarilla por una con reservorio, aumento la cantidad de oxígeno que le estaba administrando. Con mucho cuidado le retiro la sonda nasogástrica y le extendió agua en un vasito de plástico. Quise alejarme para que Mantis hiciera sus intervenciones pero el solo me negó con la cabeza.

Víbora no dejaba de llorar y Mantis seguía revisándola, sus reflejos y su condición neurológica. En cuanto termino con ella paso con su bebé. Subió el volumen del Doppler, solo con los latidos de su bebé Víbora se pudo tranquilizar.

Y Llegaste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora