Y Llegaste Tú

Capitulo 29. Homeostasis

Cuando vi el cuerpo de esa mujer consumirse en llamas sentía tanta desesperación, todo lo contrario a lo que esperaba al saber que todo terminaría. Había perdido la conciencia por grandes periodos de tiempo por lo que no entendía exactamente como termine así. Con un poco de esfuerzo me arrastre hasta llegar a las escaleras que daban a lo que parecia ser un templo. El mantra en coro de unos monjes me daban esa impresión. Mis energías apenas me mantenían consciente. Levántate mi mano que tenía sobre mi cuerpo, temblorosa deje brotar la sangre de mi vientre. No sentía dolor pero si podía sentir como mi corazón latía con demasiada fuerza, estaba comenzando a entrar en choque.

Me costaba trabajo respirar en la posición en la que estaba, pero no me quedaban más fuerzas para pedir ayuda. A lo lejos las voces animosas de Poy Zhen se hacían presentes acompañadas de un eco que se escuchaba cada vez más lejos. Trate de calmarme en lo que venían auxiliarme, mientras tanto me quedé mirando el cuerpo de esa bruja calcinándose, deseando sentir un poco del calor de ese fuego. Una silueta bloqueo parte de mi vista, por su estatura y cuerpo delgado creo que se trataba de Zhen.

A mi mente llegó la noche en la que murió mi hermano, específicamente cuando vi el automóvil incendiarse. Ese sentimiento de solo dejarte llevar, ¿Tai Lung habrá sentido algo de eso? Porque justo ahora es lo siento. Es extraño pero juraría que pude sentirlo pero por más que intento recordar creo que solo lo imagine. Otra silueta se acercó mucho más grande que la anterior, quiero creer que se trata de Po. Puso sus manos en mi vientre cubriendo mi hemorragia. No debería pero saber que ambos están aquí me tranquiliza, ahora solo voy a dejarme llevar y dormir un poco.

Tan pronto como relaje mi cuerpo uno de ellos me levantó y me agitaba constantemente hasta que pude abrir mis ojos por el fastidioso estimulo. Dirigí mis ojos a la persona que me movía tratando de obtener alguna respuesta al porque este trato tan hostil. Con trabajo logré distinguir a Po con su semblante lleno de angustia, trate de hablar para tranquilizarlo pero de mi boca salió un sangre tibia y cuajada. Trate de tragarla pero la sensación extraña me hizo toser al sentir que me bronco aspiraba. Po llevo sus manos a mi herida para frenar la hemorragia.

Esto último me hizo recordar mis últimos momentos en mi vida pasada. ¿Enserio debía pasar por esto? No tengo la más mínima idea de a quien culpar por tener que volver a vivir está misma situación. Extrañamente no tenía miedo está vez, ahora solo quisiera cerrar los ojos y quedarme dormida, aunque cada vez que lo intentaba Po y Zhen se apresuraban a obligarme a abrir los ojos. Por momentos intentaba quitar sus manos de mi herida. Intentos fallidos, solo ocurrían en mi mente ya que no me quedaban fuerzas más que para seguir respirando y abrir los ojos espontáneamente.

Sentí el Chí de ambos, increíblemente doloroso, preferiría no sentir nada. Concentre mi estado de alerta en el cielo, específicamente la Luna. Su color grisáceo opaco estaba regresando a su brillo intenso que la caracteriza cuando es Luna llena. Aun cuando el cielo comenzaba a iluminarse su resplandor era visible, los primero rayos de sol crearon un arcoíris alrededor de la Luna, lo había visto anteriormente pero con el mismo sol. Si muriera ahora creo que esta vista es perfecta para despedirme de este mundo.

No me dejarían ir tan facil.

Para cuando volví a reaccionar me encontraba en una ambulancia. Po y Shifu estaban a la altura de mis pies mientras el paramédico desgarraba con una tijeras la ropa que llevaba encima para comenzar a atenderme. Ya tenía oxigeno por medio de una mascarilla, sentía que era demasiado porque me asfixiaba como cuando tenía que descender de una gran altura y el aire golpeaba mi cara impidiéndome respirar. Intente quitármela pero me encontraba inmovilizada, lo más probable fuera que estuviera atada a la camilla de traslado.

Por segundos detectaba el fuerte ruido de la sirena y palabras al azar. Había una luz blanca sobre mí que daba justo a la altura de mis ojos. Los cerré para evitarla pero el paramédico me provocaba dolor para volverlos abrir. Maldita forma de comprobar el estado de conciencia de las personas. Estaba bien solo quería cerrar los ojos un momento. Termine parpadeando lo más que podía, no dure mucho así ya que me bajaron de la ambulancia para ingresarme a urgencias. El movimiento tosco con la camilla me revolvió el estomagó, necesitaba sacar los posibles coágulos de sangre. Comencé a sacarlos pero al estar boca arriba me obstruían la vía aérea. Me estaba ahogando con mi misma sangre, de inmediato el personal de salud comenzó a abordarme por todas partes. Un mujer se acercó para aspirar la sangre de mi boca, ojala pudiera usar mi mano para sacar los coágulos de mi boca, se sentían como una gelatina semi derretida.