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Hinata saltaba ágilmente en la cancha de vóley, realizando sus característicos movimientos. Su pequeño hisashi lo observaba con ojos brillantes, tratando torpemente de imitar los saltos y movimientos de su padre.
Hina. Haha, ¡buen intento, campeón!
exclamó Hinata con una sonrisa, al ver los esfuerzos del niño.
El niño sonrió, mostrando su determinación, y luego intentó nuevamente saltar, pero tropezó y cayó al suelo.
Hinata se acercó rápidamente y levantó a su hijo en brazos.
Hinta. Eso estuvo muy bien! Todos comenzamos tropezando, pero con práctica y perseverancia, mejorarás cada día más
El niño asintió con entusiasmo, decidido a seguir practicando. Hinata se arrodilló junto a su hijo y le mostró cómo mantener el equilibrio y realizar los movimientos básicos del vóley.
Hina. Primero, mantén los ojos en la pelota y sigue su trayectoria
explicó Hinata, guiando las manos del niño para enseñarle cómo recibir la pelota correctamente.
Hinata. Y cuando estés listo para golpearla, usa tus brazos y piernas juntos para saltar. ¡Vamos, inténtalo otra vez!
El niño siguió las indicaciones de su padre, practicando una y otra vez con determinación. Con el tiempo, comenzó a mejorar, mostrando más coordinación y habilidad en cada intento.
