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El gimnasio resonaba con el sonido de los zapatos chirriantes y los gritos de ánimo mientras Hisashi, el hijo de Hinata, se preparaba para su primer partido de voleibol. Estaba lleno de emoción y nerviosismo, ansioso por mostrar sus habilidades en la cancha como su padre había hecho tantas veces antes.
El partido comenzó con entusiasmo y determinación por parte de ambos equipos. Hisashi, ubicado en la parte trasera de la cancha como defensor, estaba listo para recibir cualquier balón que viniera hacia él. Con los ojos fijos en la pelota, se preparó para su primer pase.
El saque del equipo contrario fue potente y preciso, y la pelota se elevó rápidamente sobre la red. Hisashi calculó la trayectoria y se posicionó para recibir el balón, pero en un giro inesperado, la pelota cambió de dirección y se dirigió directamente hacia su cabeza.
Con un impacto repentino, la pelota golpeó la cabeza de Hisashi con fuerza, derribándolo al suelo. El gimnasio se llenó de silencio mientras todos observaban con preocupación. Hinata, desde las gradas, contuvo el aliento mientras veía a su hijo en el suelo.
Hisashi, con la mano en la cabeza y la sangre brotando de su boca, se levantó lentamente, visiblemente aturdido por el golpe. La pelota había impactado justo en la boca, haciéndole perder un diente en el proceso. A pesar del dolor y la sorpresa, Hisashi se esforzó por mantenerse firme, determinado a continuar jugando.
Hinata, con el corazón en la boca, se levantó de su asiento y corrió hacia la cancha para asegurarse de que su hijo estuviera bien. Aunque preocupado por el accidente, Hinata no pudo evitar sentir un atisbo de orgullo al ver la determinación de Hisashi.
Hinata: ¡Hisashi, estás bien?
Hisashi asintió débilmente, tratando de contener las lágrimas mientras se llevaba la mano a la boca.
Hisashi: S-sí, papá. Solo duele un poco.
Hinata: Estás bien, cariño. Vamos a llevarte al médico para que te revisen.
A pesar del dolor y la confusión, Hisashi se puso de pie con la ayuda de su padre y caminó hacia las gradas. A medida que abandonaban la cancha, Hiroshi, el hermano menor de Hisashi, miró a Hinata con una sonrisa, reconociendo la valentía de su hermano mayor a pesar de la adversidad.
El partido continuó, pero para Hinata, lo único que importaba en ese momento era el bienestar de su hijo. Aunque el accidente había sido doloroso, Hinata sabía que Hisashi había demostrado su valentía y su determinación en la cancha, igual que su padre lo había hecho tantas veces antes.
