CORREDOR 154

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A los 3 años de que Mia se marchó llevándose con ella mi vida entera una tragedia nos invadió, mientras estábamos en la escuela y papá en el trabajo ocurrió un incendio en la casa que destruyó completamente nuestro hogar, esa tarde papá nos recogió y en camino a casa nos comentó lo que había pasado la mala noticia, estábamos realmente destrozados todo se había ido en esa casa, ese  tiempo mientras se limpiaba todo dormíamos en el taller de papá la escuela hizo una colecta para ayudarnos a nosotros, vendimos nuestros celulares para poder colaborar y con eso se iba la única posibilidad de poder volver a localizar a Mía.
Esos días fueron muy duros hasta que pudimos cobrar el seguro que era muy importante y junto con papá decidimos que era momento de iniciar una nueva vida en otro lugar, comenzar de cero, era hora de que nosotros según él tuviéramos otro futuro. Al año siguiente en el verano cuando terminamos la escuela decidimos emprender otra vida, el barrio en el que vivíamos era clase media alta, si bien papá nos había dado a elegir dónde queríamos estudiar porque el seguro había sido muy generoso con el dinero y podíamos darnos cualquier gusto no habíamos llegado a ser millonarios pero teníamos un buen pasar, pero ambos preferimos seguir con la educación pública que veníamos teniendo hasta ahora, no me veía haciendo un Friki con uniforme de rico. En este tiempo Ryan había hecho muchos amigos creo que había sido el que mejor se adaptó incluso había conocido a una chica y se lo veía muy contento. Cuando los veía me hacía acordar a lo que tenía con Mia pero en otra dimensión mis sentimientos por ella iban mas allá de cualquier cosa, me había enamorado completamente de esa chica le había entregado todo lo que tenía como ella, jamás olvidaré esa tarde que nos habíamos entregado el uno al otro, había conocido realmente el amor con ella. Si bien había crecido y había tenido otras historias Mia siempre sería esa persona importante en mi vida. Infinidades de veces me pregunté si volvería a verla no lo sabía pero yo siempre formaría parte de su vida y ella es la mía.
El primer año que concurrí a la escuela conocí a Brian, me llamaba la atención de él que siempre se encontraba solo en un rincón dibujando, un día me acerqué y lo vi el loco amaba los autos y en ese momento supe que su destino y el mío estaban unidos, su papá también tenía un taller y tanto él como yo nuestros destinos era hacernos cargos de eso por suerte no competíamos estábamos uno del otro lado de la ciudad por lo que eso no sería un problema. A él le gustaban mucho los autos de carrera y quería estudiar también ingeniería mecánica para poder especializarse en eso tanto fue así que cuando egresamos decidimos ambos concurrir a la misma universidad Brian estaba metido mucho en las carreras clandestinas para mi era un mundo que por ahora no me quería meter sí que me atraía cuando hablaba de eso cómo lo apasionaba y los corredores siempre me decía que había muchos autos increíbles. Una tarde fui hasta su taller tenía un auto increíble una Lambo veneno azul y negra
-Amigo de quién es ese Auto- pregunté
-Cómo estás es de uno de los corredores de las carreras- me dijo
-Corredor 154, tenebroso-
-Sí es un gran corredor y me enorgullece decirle que está todo preparado en este taller e incluso no ha perdido una carrera desde que entró al circuito-
-De verdad, y cómo se llama-
-Eso es un misterio el corredor viene con su auto corre gana se lleva dinero y no se sabe más es completamente un gran misterio-

Lo que me había dicho Brian me había quedado rondando en la cabeza un corredor que llegue a las pistas y nadie sepa quién es era como el corredor fantasma empecé a buscar un poco más sobre el corredor número 154 pero poco se sabía de quién era lo único que me podía hacer conocer realmente era que Brian me incluyera en las carreras.
-Sabes estoy empezando a pensar en correr -
-Por fin ya te habías tardado Y con que quieres correr-
-Con mi Mustang-
-Okay hay que prepararlo un poco dar algunos detalles qué quieres Lo preparas tú o lo preparo yo -
-No amigo yo no puedo poner ese auto en el taller de mi padre porque me mataría si apenas sabe que yo estoy corriendo es el fin de mi vida Eso lo tenés que hacer vos-
-Okay tráemelo esta noche y vemos qué podemos hacer-

Esa noche tal como mencionó Brian lleve mi auto para prepararlo, en esta carrera no podía competir pero fui con el, estaba muy intrigado al respecto.
Ese sábado la carrera se realizaba en una ciudad abandonada al norte, llegar ahí fue tan tenebroso que un callejón de Bronx, con el mayor de los respetos, al llegar se veían las luces de neón que salían de esos majestuosos autos, nos dirijamos cerca de las escaleras donde iniciaba la pista, 10 minutos después autos de todos lados empezaban a correr y rugir motores, miles de dólares iban de mano en mano y caras felices y otras de mucha ira, al rato se escuchó una ovación, un Lamborghini negro y azul se puso en la línea de partida, competía con un BMW, si que era corajudo de ponerse a competir, Brian se acercó a decirle algo y luego se fue, la largada inició y en un segundo lo derrotó completo y sin pestañear, 5 de 5, una bestia, tomó su dinero sin bajar del auto y así se marchó, el misterio emanaba de ese auto, quien sería su conductor, que escondía, y por qué Brian no decía nada, debía aún más meterme en ese mundo, ya la adrenalina recorría mis venas.
-Dalton vamos-
-Si claro-

A las 4 horas ya estábamos montados en el auto de Brian rumbo a casa, no paramos de conversar de esa carrera, me dejó en casa y en silencio entre, tomé una ducha y me acosté pensando en ese conductor que escondía que ocultaba.