CORREDOR 154

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Habían pasado 8 años desde ese accidente del cual solo recordaba que res personas me habían encontrado, no sabía quién era, de donde venia y por qué había terminado en la orilla de una rio.

Habia estado más de 6 meses en el hospital, nadie habia reportado un accidente o personas desaparecidas, nadie sabía quién yo era y yo tampoco lo sabía, una de las enfermeras del lugar me cobijo en su casa, Denis, tenía una casa muy cerca de allí junto a su esposo Charlie, habían perdido hacia tres años a su único hijo en un accidente en la montaña era rescatista y lo habia atrapado una avalancha.
Eran una pareja muy cálida y me ayudaron todo este tiempo mientras la policía trataba de buscar algo que me acercara a mi pasado.
Con los años eso no fue pasando y tampoco venían recuerdos, vea especialistas pero nada ocurría.
Charlie tenía un taller en el cual yo pasaba mucho tiempo, me encantaba, eso creo que era lo que me acercaba a ese pasado, seguramente algo con los autos mi vida pasada debía de tener.

Con la autorización medica me postule en tres universidades donde estudiaría diseño automotriz, en las tres quede admitida, obvio que tuvimos que recurrir a la falsificación dado que nadie sabía a qué lugar habia asistido, así que tuve un certificado que acreditaba mis estudios, y una nueva identidad, era Cloe Parker.

Habia logrado terminar la universidad en tres años, adelante dos años, allí conocí a Emily y a Roma dos amigas increíbles a las cuales les habia contado en parte o lo que sabía de mi vida.

En muchas ocasiones quise ver que era lo que habia ocurrido en mi pasado, si habia alguien que me estuviera buscando, pero desde otro lugar me di cuenta que para eso debía acordarme de algo, y eso no ocurría, ni con medicina, ni con hipnosis, nada venía a mi mente, solo tenia el recuerdo de las cicatrices que con las cirugías se estaban yendo, así que con el tiempo ni eso quedara como recuerdo.

Con mi primer sueldo me alquile un departamento que con el tiempo compre, quedaba muy cerca del trabajo y me encantaba.
Me fui posicionando dentro de la empresa y del departamento tanto que a los dos años ya estaba de responsable del área y al año siguiente era directora de diseño.

Emily y Roma trabajaban conmigo  desde que ingrese en la empresa, rabajabamos muy bien juntas, ahora se incorporaria una nueva persona para sacar la nueva linea que necesitaba la empresa asi que tendriamos un hombre en el equipo.

Ese viernes me desperte temprano tenia un gatito que habia rescatado en un viaje se llamaba Ramses, mis amigas me decian que con el gato ya cumplia la ficha de una solterona. Solo me reia de escucharlas, en mi defensa no podia iniciar algo si ni siquiera sabia quien era, seguro habia dejado mi yo anterior una vida la cual no recordaba, siempre me preguntaba si habria estado enamorada en ese momento del accidente.

Tomé mi café, le puse la máquina de alimento a Ramsés y me fui a la oficina, siempre era la primera en llegar, era una obsesiva me gustaban las cosas en el lugar que correspondía y ya tener previsto como seguir en el día.

-Buenos días jefecita como le va- entro Emily diciendo con un gran tarro de café
-Creo que mejor que vos, se ve que tuviste una noche álgida. Le dije
-Mira solo me divierto tengo 26 años como tu y lo disfruto no me quedo en casa mirando Netflix, y como yo soy tu gran amiga hoy saldremos a divertirnos-
-Claro que no, no me molestes-

El día fue transcurriendo, el lunes nos comentaron que se incorporara la persona nueva, así que estábamos bien organizadas para el nuevo proyecto así que ninguna corría y todas estábamos conformes con los que estaba por venir.

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Hacia dos años me habia mudado para trabajar por aquí, con los chicos nos juntábamos para celebrar esa fecha tan difícil, como trato de vivir con eso aun me lo pregunto cada día al despertar, Mia, habia sido la mujer con la que siempre habia soñado, y pensar que por una estupidez hice que se alejara de mi y no solo eso había provocado su muerte.

Mi vida habia sido un infierno creo que logre seguir por la ayuda de los profesionales que me asistieron y lo hacen aun mas hoy en día, pude hacer las cosas no solo por mi sino pensando en su memoria.

Era bastante solitario, no habia logrado estar con otra persona luego de lo que paso, a veces pensaba que ya no funcionaba como hombre y poco me importaba, me habia volcado completamente al trabajo pece a lo que mis amigos me decían, que debía salir mas y hacer mi vida, quizás en algún momento lo haría pero por ahora era en algo que estaba trabajando.
Con este tiempo habia logrado tener muy buena relación con alguien que nunca hubiera pensado serlo, cuando paso lo de Mia, Dalton, Brian y yo nos acompañamos mucho y con Dalton habíamos hecho muy buena amistad, quizás si no hubiera pasado lo de Mia nunca esto hubiera pasado, pero la entendía a ella por que este tipo era muy buena persona.

Hoy íbamos a salir todos no solo por el aniversario sino por que el lunes comenzaría mi nuevo trabajo ese seria mi consagración o mi desastre profesional.

-Amigo- dijo Dalton al entrar por la puerta
-Hey como va?- le dije mientras entraba y se ponía cómodo en el sillón
-Bien los chicos nos esperan en un bar cuyo nombre sabes que jamás recordare-
-Ok déjame que agarro el saco y vamos-

Salimos de mi departamento al subir al ascensor ambos nos miramos, en perfume que nos recordaba a alguien.

-Mierda nene no puede ser ese perfume- dijo Dalton
-Parece que tengo una vecina que usa su mismo perfume eso no va a estar nada bien-
-Pensé que no se fabricaba mas-
-Parece que es un maldito recordatorio-

El camino hasta el bar fu callado, Dalton parecía que ya habia superado a Mia, seguramente por que ellos ya habían terminado pero mi historia habia quedado trunca, habia querido tanto tenerla que el mundo me la arrebató en un segundo.

Al llegar todos como locos estaban ya gritando en la mesa, nos abrazamos todos y empezamos a tomar no habia nada mas que decir.