CORREDOR 154

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Dos semanas que no sabia nada de Dalton, ni de Brian, mama me había preguntado mil veces que me pasaba, pero solo le dije que Dalton y yo habíamos terminado, no estaba dispuesta a decir nada más y ella lo entendió, me obligaba a comer algo, pero realmente estaba tan mal que ni ganas tenía.

El colegio se había convertido en un infierno, Ryan no me hablaba después de que le había contado su hermano lo que paso, obvio no divulgo nada, pero no me hablaban.

En el colegio Lola y Connor estaban a mi lado, pero solo me acompañaban no decían nada, el que se había acercado a mí, fue Noah, no en plan conquista, pero si de amigo, no quería molestarlo porque el estaba en una relación y conocía en algún punto de que si se lo pedía estaría incondicionalmente a mi lado, pero ya había hecho suficientes cagadas para seguir con lo mismo.

Mi promedio académico no se había visto afectado, sabía que, si algo de eso pasaba mama me enviara a un psicólogo y no tenia ganas de lidiar con eso, por lo que cuando salía buscaba mi auto y me iba a correr sola, la velocidad limpiaba mis problemas de mi mente y hacían que por un rato me trasladara a otro universo, luego me sentaba en el capot y miraba la ciudad desde el punto mas alto, todos esos días vacíos, luego volvía a la misma rutina esperando que el tiempo aliviara todo.

Una tarde, recibí un mensaje de Brian, me pedía que fuera al taller a sacar lo que quedaba de mi auto, definitivamente había algo más que había perdido, y no lo dudaba era su amigo y seguro le había dado a elegir.
Brian no había tenido la culpa, yo le había pedido que o dijera nada, obvio que mi ingreso a su taller era muy importante y por eso callo, no sé qué haría ahora seguro preparar otros autos, incluso me planteó la necesidad de volver a iniciar y de cambiar de auto, pero solo solo había alguien que podía ayudarme a prepararlo y con eso conllevaba contarle todo y esperar que no dijera nada

Esa noche mi mama y Eric habían salido, le había comentado a Eric que necesitaba iniciar otra vez pero ahora como Mia, necesitaba un nuevo auto, él lo comprendido desde mi lado, la lambo ya había convertido en mi pasado ahora dábamos inicio a un nuevo monstro el Koenigsegg Jesko Absolut, pero necesitaba alguien que lo chequeara y lo preparara y no podía recurrir al otra persona que no sea Noah.

Esa noche sali de casa y fui hasta lo de Noah, sabia que estaba solo por que su familia junto con Mila se había ido el fin de semana a las montañas y él no quería.

Él de seguridad me conocía por lo que me hizo pasar sin anunciarme, hice el recorrido de la inmensa casa hasta llegar a la puerta, allí me abrió una de las amas de llaves y me indico donde podía encontrarlos.
En el ala sur en la piscina techada, esperaba no encontrarlo en paños menores no haciendo algo raro, conociendo a Noah todo podía ser.

Al acercarme lo divisé, estaba sentado en el borde la de piscina y pude ver el enorme tatuaje de un ángel negro que tenia en toda su espalda era imponente, cabe destacar que Noah tenía un físico imponente y muy marcada y que todo su cuerpo estaba cubierto por tatuajes, algunos se dejaban ver detrás de la camia del uniforme, pero otros solo así.