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Los siguientes tres días Jeongin no salió de su habitación. Se había llevado suficiente agua para no morir de sed y sólo se levantaba de la cama para hacer sus necesidades. Ignoró por completo las llamadas de su familia y amigos el primer día, ya para el segundo apagó su celular.

Quería ignorar también todo lo que estaba pasando pero lamentablemente no podía, tenía conocimiento suficiente para saber que el público no le dejaría pasar esto. Su jefe le había dado suficientes actividades para mantenerse en el ojo público, pero recomponerse de la situación una vez que su trato con Lee Minho terminara, no iba a ser fácil.

Con ésta relación, puede que la gente dejara de escuchar su música, algunos lo odiaran, hasta era probable que lo envolvieran en los mismos escándalos legales que el mayor, pero una vez terminara todo quizás en unos años más podría volver a cantar. Quizás la gente se olvidaría, quizás terminarían pensando "pobrecito era ingenuo y se metió con quién no debía". Si tenía que usar la carta de la lástima lo haría.

En cambio, si publicaban sus videos en ese club, no se recuperaría. Estaba borracho, que no era un delito, pero recuerda bastante lo que hizo esa noche. Lloró y despotricó contra su ex sin reparo, se subió varias veces a la mesa de la cual Minho tuvo que bajarlo, en una de esas hasta se cayó de bruces al suelo y terminó con sus rodillas lastimadas. Sedujo torpemente al mayor, recuerda toquetearlo por encima de la ropa y frotarse contra él, ronronear en su oído y lamer su cuello. De alguna forma quería hacer lo mismo que Choi San y no sentirse tan mal. Recuerda firmar ese contrato con una sonrisa, pensando sólo en su situación amorosa, ni siquiera lo leyó. Sólo creyó con inocencia lo que el contrario le prometía.

Esos vídeos no lo dejarían volver a levantarse una vez se acabara el contrato, porque la gente vería que firmó mientras Minho le decía que si firmaba él le iba a comprar todo e iba a ser su nuevo novio. Y aunque saliera a explicar que eso no fue exactamente lo que firmó, nadie le creería. No después de esas imágenes. Quedaría como alguien que se vendió a un mafioso por algo de dinero.

No le quedaba otra que aceptar lo que pasaba y hacer todo lo posible porque la imágen del señor Lee mejorara. Si eso pasaba quizás la gente no lo vería tan mal.

(...)

La noche que se fue de la casa de Jeongin, Minho preguntó por sus horarios para hacer una cita diaria con él aunque sea de media hora. Estaba desesperado por que los rumores se convirtieran en confirmación, por que Jeongin se sintiera más cómodo a su lado y la mentira tomara veracidad.

No se esperó que el mánager del Idol le dijera que el menor no saldría de su hogar los próximos tres días. Al parecer el jefe le inventó un resfriado para cancelar sus compromisos y así Jeongin pudiese descansar.

"Puedes venir si quieres, Jeongin me pidió que te diera la llave de repuesto ya que sabía que no ibas a querer parar con las citas, sólo no lo despiertes si está en su habitación, necesita descansar".

No podía estar más feliz. Era perfecto. El comunicado con el resfriado del Idol ya había salido a la luz y si lo veían ir los próximos tres días a su departamento creerían que era un buen hombre cuidando a su pequeño novio en su enfermedad.

El primer día fue tranquilo, se encargó de llevar comida para ambos ya que se despertó de muy buen humor, y que los paparazzis le tomaran fotografías ingresando al edificio con algunas compras sólo mejoraba su plan.

Llevó su laptop para trabajar y le sorprendió, otra vez, que Jeongin no apareciera en las cinco horas que pasó en su departamento. Supuso que estaba demasiado cansado y se limitó a contestar correos y dejarle comida en la mesada antes de irse.

El segundo día encontró la comida en el mismo lugar, supuso que Jeongin comió otra cosa y se sentó a trabajar, ese día se quedaría aún más tiempo.

Las primeras horas se concentró y luego simplemente se levantó a recorrer, otra vez, la casa del menor. Encontró aún más cosas, como un teclado que no había visto antes y varios cuadernos llenos de dibujos. Se aburrió demasiado, en ningún momento Jeongin dió señales de salir de su habitación. Estuvo tentado a hablar con su mánager, pero se contuvo cuando escuchó pasos. Quizás el menor simplemente no quería verlo. Lo entendía.

El día tres una rara sensación le recorrió el cuerpo. Había pasado las horas suficientes divisando una y otra vez ese departamento para saber que Jeongin no había salido de su habitación. El secaplatos tenía aún los mismos utensilios que los días anteriores, la heladera estaba exactamente igual, hasta el cepillo que se le cayó el día anterior en el piso del baño seguía ahí.

¿Acaso Jeongin había pasado los tres días encerrado sin comer y sin bañarse?

Muerto no estaba, escuchó pasos apenas llegó. Se quiso concentrar en su trabajo, lo que hiciera o no el menor en su descanso no era su problema.

No llegó a trabajar dos horas, no pudo más. ¿Acaso el chico estaba haciendo una especie de huelga por el contrato que tenían? Si el menor se enfermaba, o peor aún, saliera de su departamento viéndose demacrado, no tardarían en culparlo a él. Jeongin debía mostrarse radiante y contento, sino no funcionaba, ya le había dejado las cosas claras.

—Jeongin— golpeó su puerta ansioso —Hace tres días vengo aquí y por lo que puedo deducir no has comido ni has salido de tu habitación aún ¿Podrías ser menos inmaduro? Mañana retomas tus actividades y si te enfermas sólo empeorarás todo.

No obtuvo respuesta, pero había escuchado ruidos hace unos minutos. Sabía que estaba despierto.

—Escucha, yo tampoco quiero verte la cara pero te recuerdo que tú firmaste esto, por lo menos trata de no morirte. No arruines las cosas.

Trabajó un rato más y se retiró, los sollozos ahogados que oía ya le estaban dando dolor de cabeza.


🐰🦊

you ruined my life  [ jeongho ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora