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Luego del extraño suceso donde sus pieles parecían querer fundirse, el día transcurrió con normalidad.

Jeongin pudo conocer más a Seungmin y Felix, y los hermanos le cayeron tan bien que intercambiaron números para seguir en contacto luego. Con Soobin pasó lo mismo, era el mayor, por ende se sintió como tener un cuidador más, le recordó a Jaebeom y no pudo evitar extrañarlo.

Cuando estaba cayendo el atardecer, decidieron hacer una fogata. Sólo estarían Seungmin, Felix, Soobin, Yeonjun, Minho y Jeongin, los demás estaban demasiado cansados como para seguir.

Frente al fuego, Yeonjun sacó una guitarra y pudo ver emoción en los ojos de Jeongin.

La sensación de pesadez en su pecho al ver al menor mirar de esa manera a alguien más, desestabilizó a Minho. Y la pesadez fue peor cuando vió la manera en que Yeonjun le sonreía a su -falsa- pareja.

Durante todo el día había aguantado las miradas cargadas de deseo que el nieto Kim le enviaba a Jeongin y una sensación de pertenencia se expandió en su cuerpo.

De nuevo quería monopolizar esa sonrisa. Quería monopolizar sus sonrojos y sus ojos brillantes.

-¿Quieres que cantemos algo?- se dirigió Yeonjun al menor.

-¡Sí! Me encantaría.

Y esa fue la primera vez que Minho escuchó a Jeongin cantar.

La voz del menor era atrayente, con la carga justa de seguridad y sensualidad. Se arrepintió de no haberlo escuchado antes.

Mientras cantaba, Lee Minho no pudo evitar pensar que no había rasgo de Jeongin que no fuese así: carismático, brillante, hipnotizante. Era imposible mirar hacia otro lado cuando el rubio estaba en la habitación.

Le recordó a esos cuentos sobre sirenas que solía leer en su niñez. Así era Jeongin, totalmente hechizante.

No pudo evitar rodear la cintura del menor para atraerlo a su cuerpo y se sorprendió a sí mismo por ese gesto de posesividad que mostró frente a los demás. Y aunque estuvo a punto, no se arrepintió. No después de la mirada cargada de enojo que le lanzó Yeonjun.

-Bueno, creo que nos iremos, ya es tarde- dijo Minho apenas terminó la canción, no dándole oportunidad a Yeonjun de comenzar a tocar otra -fue un día cansador y anoche Innie durmió poco, creo que ya debe estar agotado ¿Verdad amor?- se dirigió ésta vez a Jeongin.

-Oh, claro, es cierto- dijo con un leve sonrojo, mirando con sorpresa a Minho. -¡Nos veremos mañana!- se despidió con una leve reverencia que fue correspondida por los demás.

Mientras se iban del lugar agarrados de la mano, Minho no pudo evitar voltearse para mirar con una vil sonrisa el rostro enojado de Yeonjun.

(...)

-¿Esa fue tu mejor excusa? Podrías haber vuelto sólo si no querías estar ahí- le dijo Jeongin sentándose en la cama mientras se frotaba una toalla en su cabello húmedo.

-Oh, vamos. No creas que no noté lo poco que dormiste anoche. ¿Te puso nervioso tenerme a tu lado en la misma cama?

-¿Qué?- de pronto desapareció el Jeongin retador y en su lugar estaba un Jeongin tímido, sonrojado desde su pequeña nariz hasta sus orejas.

La imágen era simplemente etérea ante los ojos del mayor.

-Pregunto si te puso nervioso tenerme en la cama contigo, tanto que no pudiste dormir.

Los ojos gatunos del mayor lo miraban como una presa a punto de cazar.

-N-no, para nada.

-¿Seguro?- preguntó Minho, acercándose a pasos sigilosos.

you ruined my life  [ jeongho ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora