Capítulo 27

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El ascensor abre sus puertas para Buck y para mí, ambos entramos y cuando las mismas puertas vuelven a cerrarse los labios de Buck atacan a los míos, mi espalda se pega al frío metal de la cabina, mientras sus manos recorren mi cuerpo sin importar donde estábamos, una de ella toman el muslo donde está la abertura, coloca mi pierna a la altura de su cadera y se presiona contra mí, puedo sentir como su miembro va tomando vida y mis bragas se empiezan a mojar por la cercanía de nuestros cuerpos.

Nuestras aceleradas respiraciones inundan el lugar, su cuerpo se restregaba contra el mío, lo sentía en mi ser, en el centro de mis placeres, mis labios descienden a su cuello y lo escucho gruñir cuando mis dientes se aferran a su piel, la forma en la que sus dedos se hunden en cabello, terminando por destruir aquel elaborado peina y dejando que mis largos bucles cayeran sobre mis hombros, me produce unas descargas eléctricas desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, sus labios vuelven a buscar los míos y la lucha de besos se intensifica, su lengua se abre paso en mi boca y la mía sale al encuentro, ambas se enrollan en un delicioso vals sin planes de separarse. Se escucha el sonido del ascensor, indicando que hemos llegado a nuestro piso, era una fortuna no haber sido interrumpidos o descubiertos.

Buck me toma en brazos y entre risas, acompañadas de besos apasionados, logramos llegar a nuestro apartamento, luego de detenernos cada dos segundos para devorarnos en el pasillo del edificio. La puerta se abre y luego se cierra en un abrir y cerrar de ojos, mis zapatos de tacón desaparecen de mis pies y el saco de Buck cae al suelo, sus manos vuelven a recorrer mi cuerpo con desesperación, la forma en la que sus manos me llevaban al borde del abismo de la excitación y el placer era indescriptible, era una tortura no tenerlo sobre mí, pero más tortura era tenerlo cerca y no poder tocarlo, el jugueteo de toques en el muslo de esta noche, me había excitado, cada vez que ganaba su mano subía y baja por mi entrepierna de una forma lujuriosa.

Las manos de Buck encuentran el borde de mi vestido y lo llevan a subir hasta mis caderas, aprovecha y me toma de los muslos para subirme sobre él, no me toma ni un segundo aprisionar sus caderas y sus pasos se encaminan a nuestra sala, sin darme cuenta, Evan nos deposita en el sofá, yo me encontraba en ahorcada sobre él y su palpitante miembro. Sin perder tiempo, comienzo a moverme sobre su dureza, era delicioso, mi intimidad se hace húmeda cada vez más y sus labios van en busca de mi cuello, el tacto de sus húmedos labios me erizan la piel, una corriente eléctrica recorrer cada parte de mi cuerpo y termina por endurecer mis pezones bajo la tela de mi sujetador.

El sonido de mi vestido cayendo en el suelo, luego de que Buck me lo sacara por completo, resuena en la habitación, a la vez, que con desespero, le arranco su camisa y la arrojo cerca de mi vestido, su lengua entra en mi garganta buscando con deseo la mía, nuestros corazones estaban acelerados y nuestros cuerpos pedían a gritos la piel del otro, su uñas se deslizan por mi espalda y un gemido abandona mis labios, la sonrisa de su rostro llena de lujuria provoca una más grande en mí.

Sus manos buscan el cierre de mi sujetador, batallando por encontrarlo en mi espalda, pero perdiendo, al notar que no se encontraba en ese lado, su rostro se separa de mí y me mira con el ceño fruncido.

-¿Cómo se supone que las debo liberal, si las tienes encadenadas?-su voz ronca y llena de deseo me hace soltar una pequeña risa y llevo mis manos a la parte de enfrente de mi sujetador.

-Así-quito los ganchos que unen las dos parte del sujetar y sus ojos se nublan con lujuria-Ya son libres, ahora aprisiónalas tú.

Mis palabras dibujan una sonrisa en su rostro y sus manos no dudan en tomar mis pechos, la forma en que los masajeaba mientras sus ojos no dejaban de mirarme, me humedecen, la forma en que disfruta mis quejidos ante sus caricias, me llenan de placer, placer que él era el único que podía producir. Mis caderas seguían sus movimientos sobre sus pantalones, ya podía notar como mis fluidos habían traspasado mis bragas y empezaban a mojar los pantalones de Buck.

Burn with you (Evan Buckley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora