Capítulo 31

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Despierto entre los brazos de Buck, nos encontramos en la posición de cucharita pero uno frente al otro, mi respiración golpea su pecho y mi pierna derecha está sobre su muslo izquierdo, una posición bastante cómoda, pero en este caso debía liberarme, las ganas de ir al baño se hacían presentes en la parte baja de mi vientre. Luego de unos cuantos tirones y algunos gruñidos de frustración por parte del rubio, soy libre de los brazos de Evan, camino hacia el baño y luego de lavarme los dientes regreso con el gruñón que se aferra a las sábanas.

-Buenos días, mi amor-le digo cerca del su rostro, pero sus ojos no se abren, en cambio sus labios se frunce en mi dirección-Haré el desayuno, te esperare para desayunar juntos-le dejo un pequeño beso y busco algo para vestirme.

El arreglo que me había dado Buck por la ceremonia aun adornaba nuestro comedor, cada vez que lo veía una sonrisa se hacía presente en mi rostro, era como un recordatorio de lo mucho que me amaba y lo de lo mucho que yo también lo amaba a él. Comienzo sacando lo necesario para preparar algo sencillo, aunque me ofrecí hacer el desayuno, mis ganas de algo "elaborado" nunca despertaban antes de las once de la mañana.

Preparo la cafetera e inicio con mi preparación, pongo algo de música y disfruto del momento. Recojo los desperdicia y cuando abro el basurero, me sorprendo al encontrar las margaritas que me había dado el señor Marcus desechadas, no recordaba haberlas tirado, además las flores aún tenían unos cuantos días de vida.

Luego de hacer el amor con Buck, ese día las había puesto en agua y las tenía para adornar la cocina, no sé porque algo dentro de mí me decía que era obra del rubio, aunque considerando que solo éramos él y yo, no había más sospechosos, a menos que haya un fantasma en casa, algo que espero y sea solo una idea loca. Saco las flores y las llevo bajo el chorro de agua, para luego devolverlas al florero donde estaban, hablaría sobre esto con Evan.

Cuando estoy poniendo el pan a tostar, unas manos toman mis caderas y el olor al jabón líquido del baño invade mi fosas nasales, sin contar el cuerpo húmedo que está en mi espalda, las manos de Buck recorren mi cintura y las siento subir hasta mis pechos, para acunarlos, aprovechando que no llevaba sujetador, solo una playera que le pertenecía a él.

-Buenos días, bebé-sus labios bajan a buscar los míos y le doy la bienvenida.

Termino dando la vuelta y tengo a mí frente al rubio que tiene el pelo húmedo, del cual una que otra gota cae y está impacta en mi rostro. Su boca reclama la mía con deseo y mis pies camina con dirección a la encimera, sin mucho esfuerzo soy elevada y mi trasero pega con el mármol de la cocina, sus manos separan mis muslo para que pueda entrar al hueco de mis piernas e intensificar nuestro besos.

Sus besos bajan a mi cuello y sus manos juegan con el borde de la playera que ocultaba mi cuerpo, era lo único que llevaba puesto, el torso de mi novio estaba desnudo, solo unos short cubrían su desnudez, mis manos comienzan a trazar un camino desde su abdomen a su cuello y lo atraigo más a mí. Sin previo aviso, la tostadora anuncia que el pan ya estaba en su punto.

-Buck, déjame sacar el pan o se harán carbón-le digo, pero sus labios se siguen presionando en la piel de mi cuello.

-Déjalo, si se hace carbón los echo a la basura-su dientes se clavan en mi piel y un chillido se escapa de mis labios.

Como si una bombilla se prendiera sobre mi cabeza como un dibujo animado, recuerdo las flores en la basura y mis manos se posan sobre los pectorales de Buck para alejarlo de mí.

-¿Por qué tiraste las flores que me dio el señor Marcus?-su expresión pasa de estar desconcertado a una de ¿enojo?

-¿Acabas de detener un buen momento para hablar de los flores que te dio otro?-mi ceño se frunce al escuchar la forma en que escupe sus palabras ¿Acaso estaba celoso?

Burn with you (Evan Buckley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora