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Capítulo 47

Guerra en Huan Hua: La princesa Hua llega a vengarse

La maestra Tang había llegado tan a tiempo que incluso hasta el sistema suspiró aliviado. Shen Fu se aferraba a Shen Jiu con tal fuerza, que sus uñitas habían rasguñado su piel incluso por sobre la tela de la túnica. Estaba tan asustado que temblaba incontrolablemente y sollozaba sin parar. Yue Qingyuan se puso frente a ellos para protegerlos, en caso de que alguien más quisiera atacarlos.

La maestra Tang se paró frente al Viejo Maestro de Palacio, su bonita y dulce mirada teñida por la ira. Su pequeña y delicada mano sostenía con tal fuerza la empuñadura de su espada que las venas se le marcaban en el dorso.

—¡Maestro!—gritaron algunos discípulos de Huan Hua, ingresando al gran salón donde estaban.

Pero entonces las ventanas explotaron, y unos quince o veinte cultivadores de túnicas blancas se pusieron frente a ellos. Todos empuñando sus espadas hacia Huan Hua, protegiendo a los maestros de CangQiong.

—Viejo Maestro de Palacio Huan Hua—dijo Tang Huaying, su dulce voz sonaba tan cargada de odio que no parecía la misma mujer que había conocido—, creo que me recordarás, si es que recuerdas a las víctimas de tus crímenes. Al igual que a ellos, a cada uno de ellos, víctimas de tus caprichos e injusticias.

El Viejo Maestro de Palacio la reconoció, claro que lo hizo. Al verla solo sonrió, la sangre cayendo de su nariz y siendo limpiada por su propia manga.

—Ah, sí, te recuerdo bien, Tang Huaying.

Dijo el nombre de la maestra Tang con tal burla, que incluso los hermanos marciales de Shen Jiu sintieron la necesidad de golpearlo.

—Tú...Tú me quitaste al hombre que amaba y me quitaste a mi hijo. ¡Tú cortejaste a la muerte al meterte con mi familia!

El Viejo Maestro de Palacio rio, como si la maestra Tang le estuviera contando un buen chiste.

—¿Y tú serás la que tome mi cabeza? ¿Una mujer como tú, que ni siquiera pudo proteger a su propio hijo?—Tang Huaying apretó los labios, sus nudillos pálidos por apretar demasiado la empuñadura de la espada—Fue lo mejor para él que lo abandonara en SiWu. De seguir a tu lado, solamente hubiera terminado muerto. Aunque teniendo en cuenta que terminó en una aldea llena de esclavistas, no debería extrañarte que haya terminado siendo un esclavo cuyo fin habrá sido la muerte prematura. Después de todo, los esclavos no tienen una vida útil muy larga.

SiWu. Shen Jiu tenía un recuerdo lejano de esa aldea, pero su nombre todavía era algo grabado en piedra en su corazón. Esa aldea fue donde Qi-ge lo encontró, donde vivió los primeros años a su lado, donde creyó que fue abandonado.

Apretó un poco a Shen Fu en su abrazo, el niño se quejó y tuvo que aflojar el agarre. Fu-er se apoyó en su hombro, hipando mientras seguía aferrado a sus túnicas.

—Y los viejos envidiosos como tú, tampoco tienen una vida muy larga—dijo la maestra Tang, la hoja de su espada brillando amenazante.

—¡No te atrevas a dañar a nuestro maestro!—gritó uno de los discípulos de Huan Hua—¡Él no les ha hecho nada!

Uno de los cultivadores de túnica blanca rio haciendo que los discípulos de Huan Hua se sintieran ofendidos.

—¿De qué te ríes? ¿Acaso estás loco?

—¿Loco? No, solo me parece gracioso que creas que tu maestro no nos ha hecho nada cuando es la principal causa de que todos nosotros permanezcamos en las sombras—dijo el cultivador de blanco que había reído—. Tu querido maestro no es más que un fracasado que envidia el talento ajeno. No es más que una rata.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora