Extra 1

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Extra 1

La travesía de Luo Bingge I

El territorio del sur había empezado una rebelión y Mobei solicitó su ayuda para deshacerse de ellos. Con XinMo a Luo Binghe no le había tomado más de una hora deshacerse de todo el pueblo que se había alzado en rebelión. Mujeres, niños y ancianos incluidos. Arrasó con todo y ordenó llevar nuevos demonios a vivir en esas tierras para que sean productivas.

Cuando regresó y descubrió lo que había pasado, deseó no haber abandonado el palacio.

No se había dado cuenta hasta dos horas después, cuando una de sus concubinas preguntó por Ning Yingying. Por lo que recordaba ambas eran amigas y solían compartir las tardes jugando weiqi en la biblioteca. En esta ocasión, ella no la estaba encontrando y pensó que Luo podría tener la respuesta. Fue cuando escuchó que muchas otras de sus concubinas y esposas no habían visto a Ning Yingying desde hacía varias horas. Eso había sido extraño, así que envió a sus guardias y algunas de las mujeres, que eran amigas de Yingying, a buscarla. Pero nadie logró hallarla en ningún lugar del palacio. No al menos en los lugares que tenían permitido ver.

Luo sospechó dónde podría encontrarla y, por un instante, su mano tembló. Si ella estaba ahí...¿sería que había ido a ayudar a Shen Qingqiu a escapar? ¿Y si ahora estaban lejos?

XinMo hizo un portal directo hacia la prisión de agua y Luo Binghe pasó. La imagen que lo recibió lo dejó helado por varios segundos.

En el suelo sucio, mohoso y húmedo de la prisión de agua estaban dos cuerpos. O un cuerpo y medio, porque a Shen Qingqiu le faltaban partes. Ambos estaban ahí, sus cuerpos inertes en la fría celda. La cabeza de Yingying estaba apoyada contra el pecho de Shen Qingqiu, quien estaba acostado en su regazo, sus ojos cerrados.

Dio un par de pasos hacia ellos, todavía impactado por la escena.

—Yingying—llamó, pero ella no respondió—, Yingying ¿qué hiciste?

Un brillo suave hizo que notara los dos frascos vacíos a un costado de ambos cuerpos. Reconocía los frascos, eran venenos que él había guardado en su almacén personal para usarlo con algún enemigo que lo requiriera. No pensó que Ning Yingying lo usaría para ella y su antiguo maestro.

Acercándose más para levantarla, vio hileras de sangre que habían caído de sus labios, la misma sangre que manchaba el cuerpo de Shen Qingqiu. Un cuerpo que había sangrado por años en esa celda y había sangrado por última vez de la boca para ser liberado.

No se dio cuenta en el momento en que su respiración se volvía cada vez más pesada, solo supo que comenzaba a sentirse mareado. El cuerpo de su esposa estaba frío y su corazón había dejado de latir desde hacía horas.

—¿Qué hiciste?—preguntó apretando su hombro.

El cuerpo de Shen Qingqiu estaba sobre el regazo de Yingying, la sangre había escurrido de su boca y había manchado la túnica costosa de su ex discípula. Se veía tan desnutrido, pálido y desgastado que no podía creer que era él. Solo lo sabía porque esa había sido la celda que le había dado y era el único prisionero de todo el palacio.

Esa... ¿era su apariencia? ¿Siempre se había visto así? Luo Binghe no lo recordaba así, esa no era la imagen que había tenido de su inalcanzable y cruel shizun. Ese no era él, no podía serlo.

Pero ¿cómo esperaba que se viera un prisionero que había sido sometido a torturas, hambre y frío? Ese era el resultado de su tortura, eso él lo hizo. Él dejó así a su shizun, debía estar orgulloso de eso.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora