CATORCE HORAS DESPUÉS
7 DE FEBRERO 2016 (10:00 a.m.)
AEROPUERTO INTERNACIONAL DE NARITA (成田国際空港 Narita Kokusai Kūkō)
Tokio, Japón
REBECCA'S POV:
Recuerdo cuando tenía diecisiete años. A mi instituto llegó una maestra nueva la Señorita Sanz. Era una maestra muy linda que nos daba Historia. Tenía esa mente vivaz y soñadora a la hora de narrar las clases que te hacía transportarte a ese lugar del que hablaba y soñar con que podías sentir cada una de las palabras y experimentarlas en carne propia.
Recuerdo una vez que ella nos hablaba de como la tecnología ha cambiado la vida de nosotros los seres humanos de tantas maneras distintas. Nos daba un ejemplo sobre los celulares, por el cual todos reímos. El saber que la tecnología nos absorbía de tal manera que el mundo considerado "real" muchas veces pasa a segundo plano y el mundo "virtual" se puede volver nuestra realidad, era interesante, y lo cual era muy cierto. Yo veía a mis compañeros de clases perdidos en las conversaciones telefónicas mientras el mundo real, las personas reales, se extinguían a su alrededor. Yo, por otra parte no podía darme ese lujo.
No podía perderme de la realidad de mi vida porque necesitaba siempre estar pendiente y alerta de todo. De cómo debía ayudar a mi madre a conseguir dinero para pagar la renta. De cómo debía ayudar a mi hermanita a comprar sus cosas para el colegio. Me preocupaba de cómo podríamos tener un poco más de dinero para poder comprar un poco más de pintura para terminar uno de mis cuadros.
Adoraba pintar. Pintar para mí era ese mundo de escape que los demás encontraban en las redes sociales, otros en escribir, otros en leer. Pintar era poder crear mundos y maravillosos paisajes que muchas veces solo eran reales en mi mente. Pintar para mí, era ese momento donde podía soñar, reír, y sentir como cualquier adolescente soñadora. Pensar que mi vida era perfecta aunque el mundo estuviera cayéndose a mí alrededor.
Pero al parecer no era eso lo que estaba recordando mientras mis ojos viajaban por la hermosa arquitectura mientras mi boca se abría ante la sorpresa. Mi mente estaba recordando a esa maestra de historia que nos decía que Japón era la cuna de la tecnología y la inventiva. En ese momento yo sonreía pensando en conocer un lugar lleno de edificios gigantes, modernos transportes y hermosas estructuras. Vivía en Bangkok, no podía realmente decir que vivía en un país tercer mundista, con poco presupuesto para invertir en cosas que ayudaran al mejoramiento del país. Vivía en un país que era una de las potencias mundiales. Pero en el pequeño barrio de Brooklyn, en mi viejo apartamento, solo era Rebecca Armstrong.
La chica lesbiana de diecisiete años a la que su madre adora y su padre despreciaba. La chica que trabajaba como mesera en el restaurante de su mejor amiga para ayudar a su madre a pagar las facturas. La chica que tenía miedo de hablar de lo que en realidad era por miedo a ser juzgada.
Era la chica que soñaba con la medicina y se perdía entre la belleza de los colores en un paisaje. Era Rebecca Armstrong. La chica hija de padres. La chica que no tenía nada.
Esa chica que se había sentado en esa clase de historia soñando con conocer todos esos lugares tan míticos y maravillosos que su maestra mencionaba. Me sentaba a pensar en lo que se sentiría viajar por el mundo y experimentar la cultura de las personas de primera mano. Ese mundo mágico que solo había inventado en mi cabeza al pintar. Ese mundo mágico donde todo era tan avanzado y maravilloso. Ahora era una mujer de veintiún años que seguía sus sueños, pero seguía sin tener nada. No tenía algo que fuera realmente mío, solo mi arte y mis sueños. Pero iba a tener esa experiencia.
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two soulmates in search of the red thread
RomanceHay un mito japonés que se ha popularizado en Internet, ya que muchas personas se encuentran en él un hermoso mensaje que pueden aplicar en su vida. Se trata de la "Leyenda del hilo rojo". "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están llegand...