HAY AMISTADES QUE SE VUELVEN FAMILIA....
Soy Carmin
Rebecca acarició el llavero con forma de torre que llevaba en su mano mientras veía a Freen avanzar hacia uno de los ascensores que estaban en el lobby. Rebecca suspiró pensando en lo hermosa que era. Jamás había sido muy dada a admirar los perfiles de nadie, pero frente tenía un perfil precioso que le gustaría poder dibujar alguna vez. Tenía esa mandíbula perfectamente delineada y sus orejitas eran preciosas. Y cuando sonreía... Rebecca no creía que se pudiera ser más gay que en esos momentos.
Freen sonreía muy poco, pero ahora entendía porque. La sonrisa de Freen era tan hermosa que podría matar a cualquier persona de golpe. Y ella era una fiel esclava de esa belleza. Estaba perdida totalmente por esa hermosa mujer. Lo había estado desde que la vio por primera vez. Y ahora que la conocía solo quería pasar con ella todo el tiempo posible con ella, y conocerla más.
Rebecca suspiró cuando sintió la mano de Freen deslizarse en la suya para entrelazar levemente sus dedos. La sorpresa fue grande cuando la vio a los ojos y la mirada que le dio era suave y tierna.
—Alguien puede vernos—susurró Rebecca mientras esperaban el ascensor.
—Pues que nos vean—dijo Freen encogiéndose de hombros y viendo a Rebecca un momento—. Sé que tengo reglas sobre esto—empezó Freen—, y posiblemente existan momentos donde no podemos tratarnos con familiaridad. Sabes que yo no me llevo muy bien con la gente en general. No quiero gente metiéndose en lo que no les importa.
—Entiendo— Rebecca sonrió un poco—. Solo que me parecerá extraño tener que llamarla Señorita Sarocha, su alteza real.
—Yo aún puedo decirte trapitos—dijo Freen sonriéndole divinamente y Rebecca se derritió.
—Claro que si—dijo Rebecca viéndola a los ojos—. Puedes decirme como quieras.
Freen alzó una ceja pensativa y el ascensor abrió sus puertas. Ambas mujeres entraron y Freen pulsó rápidamente los pisos 33 y 34 respectivamente. El hotel era un edificio precioso ubicado en Nihonbashi. Freen lo había elegido porque su ubicación era ideal. Estaba ubicado en el centro de Tokyo muy cerca de Ginza, que era un distrito de compras donde había rentado un lugar para trabajar. Era un hotel precioso y las habitaciones se ubicaban entre los pisos treinta y treinta y ocho del lugar.
Freen suspiró en el momento que sintió unos dulces labios en su mejilla. El beso de Rebecca fue dulce y freen respiró hondo rindiéndose mientras la tomaba en brazos.
—Dame un último beso—pidió Rebecca y Freen suspiró bajando la cabeza y tomando sus labios en un beso suave. Rebecca se derritió contra Freen cuando sintió sus brazos rodearla y pegarla a ella.
Freen sintió la fría pared del ascensor en su espalda y abrazó a Rebecca más fuerte pegando su maravilloso cuerpo contra ella. El beso se profundizo y Freen no pudo evitar soltar un suave gemido al sentir la lengua de Rebecca acariciando su boca.
—Debes parar—susurró Freen contra la boca de Rebecca. La cual la ignoró mientras la seguía besando—. Para por favor...—dijo Freen correspondiendo el beso sintió la sonrisa de Rebecca contra sus labios y ella también sonrió dándole un beso pequeño cuando finalmente se despegaron la una de la otra.
Rebecca juntó su frente con la de Freen y respiró hondo. Si Rebecca la seguía besando no estaba segura de resistirse y que las cosas llegaran a más. Y definitivamente no buscaba eso, y Rebecca tampoco.
—Tus labios son adictivos—susurró Rebecca y Freen le sonrió.
—Toda yo soy adictiva, trapitos— Freen la vio a los ojos—. Tú también eres un poco adictiva y sexy.
ESTÁS LEYENDO
two soulmates in search of the red thread
RomanceHay un mito japonés que se ha popularizado en Internet, ya que muchas personas se encuentran en él un hermoso mensaje que pueden aplicar en su vida. Se trata de la "Leyenda del hilo rojo". "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están llegand...