capítulo 60 " amaneceres "

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"Los amaneceres marcan la pauta para el inicio de un nuevo día, está en ti si ese día trae consigo una sonrisa o una lágrima".

-Su Escritora

YOKOHAMA, JAPÓN

Los amaneceres siempre han marcado el inicio de un nuevo día. Puede ser un amanecer lleno de metas y sueños por cumplir. Pero por otro lado, también puede ser un amanecer muy triste y melancólico.

Cada inicio del día dependía del humor y de los sentimientos de la persona que recibía ese destello de energía y luz. En Japón, los amaneceres son un espectáculo sin igual. Esos colores cálidos y lindos que se van mezclando en el horizonte mientras el sol ascienden por el Este. Las personas pueden sentirse felices de apreciar ese bello momento donde su vida se llena de un nuevo resplandor y dicha de iniciar algo nuevo, por otra parte, existen esas personas que simplemente desean no observar ese evento porque eso marca el inicio de otro día lleno de llanto y dolor.

En Japón existen más 127.3 millones de personas que tienen distintas formas de ver el amanecer, y otras tantas que visitan ese hermoso país que viven de distinta forma los cuales tienen otra apreciación del amanecer en sí mismo. Entre ese último grupo de personas se encontraban dos mujeres que estaban viviendo un amanecer marcado por besos, caricias y deseo. Por lo que podríamos decir que ese amanecer era recibido con alegría, cariño y dulzura.

—Rebecca...—dijo Freen con la voz entrecortada mientras Rebecca tomaba sus manos entrelazándolas con la de ella y poniéndolas a los lados de la cabeza de Freen mientras se movía lentamente sobre ella haciendo que sus centros húmedos rozaran deliciosamente.

Desnudas las dos recibiendo el día con pasión desbordada y deseo. Las sonrisas de ambas eran envidiables mientras se movían una contra la otra. Sus cuerpos sudados y deseosos. Esos gemidos suaves apagados con besos y el roce de dos lenguas bailando un baile sin fin.

Los ojos verdes de Freen se cerraron llenos de pasión mientras sentía los labios de Rebecca pasar a su cuello. Freen gimió fuertemente al sentir como los senos de ambas rozaban con sus protuberantes pezones como muestra de la pasión que estaban compartiendo. Despertar nunca había sido tan hermoso.

—Podría acostumbrarme a amanecer a tu lado todos los días—le dijo Rebecca al oído mientras Freen con una mano temblorosa que se había soltado del agarre de Rebecca acariciaba la espalda sintiendo esa capa de sudor cubrir el cuerpo de esa mujer que tanto quería.

—Jamás en mi vida había sentido algo tan delicioso—le dijo Freen al oído mordiéndole el lóbulo lentamente haciendo que Rebecca soltara un gemido ronco en su oído.

Rebecca suspiró mientras pegaba su frente a la de Freen y ambas se veían con los ojos nublados de pasión. Azul y verde peleando por no consumirse en el deseo, cerrarse y perderse de la perfección de observar su culminación. Rebecca siguió moviéndose sobre Freen sin dejar de verla a los ojos fijamente. Aquel era un precioso amanecer, era el mejor de todos.

—Te quiero—le dijo Rebecca viéndola a los ojos y Freen sonrió divinamente observando esos ojos azules que no quería dejar de ver jamás conectados a los de ella.

—Yo también te quiero—respondió Freen y está vez fue Rebecca la que sonrió mientras sus movimientos aumentaban. Al final ambas cerrando los ojos cuando sus labios se juntaron en otro beso que fue interrumpido por suaves jadeos.

Aquello era deseo, aquello era pasión. Dos cuerpos rozándose, tocándose y amándose mientras los leves rayos de sol penetraban una habitación que se llenaba de gemidos y jadeos entrecortados mientras dos cuerpos se buscaban en la desesperación del deseo. Ese se amanecer que era tan perfecto y maravilloso que la misma realidad se había antepuesto a los más hermosos sueños. Freen jamás quería volver a dormir si eso significaba perderse algo de eso que estaba viviendo.

two soulmates in search of the red threadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora