𝙴𝚜𝚝𝚊 𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚞𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 [𝚂𝚔𝚣]

[𝟷𝟽]

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Felix logró alcanzar a Hyunjin justó cuando el chico atravesó las puertas del baño.

Antes de que el castaño llegara, Hyunjin tuvo un par de segundos para encerrarse en uno de los cubículos y comenzar a llorar. Sabía que Felix lo perseguía y no le gustaba ser visto tan vulnerable. Intentó contener sus sollozos pero el sentimiento era tan fuerte que lloró sin consuelo.

—¿Hyunjin estás aquí? —el pecoso llamó del otro lado de la puerta. Sin obtener respuesta, volvió a tocar una segunda vez—. Hyunjin, abre la puerta por favor, ¿qué pasó ahí afuera?

—No puedo hablar ahora —dijo como pudo. No quería ser grosero con el chico pero en serio necesitaba estar solo.

O tal vez no, pero no lo admitiría.

—No, no me iré —afirmó—. Me importas, necesito saber qué te puso así.

—Tenemos días sin hablar —ahora él se hizo el indignado—, lo que pase en mi vida ya no es de tu incumbencia.

—Lo será mientras me sigas gustando —confesó en un tono sólo audible para ambos.

La respuesta del castaño tomó por sorpresa a Hyunjin, pues suponía que Felix aún no tenía muy clara su sexualidad, pero al escucharlo decir directamente que gustaba de él, algo en su interior se ablandó. Giró el seguro de la puerta y con algo de timidez salió para encararlo.

Su naríz estaba roja, sus ojos ligeramente hinchados y podía verse el rastro de humedad que sus lagrimas trazaron en sus mejillas. Felix se acercó con cautela y la suavidad de su mano acarició el pómulo de Hyunjin limpiando parte del agua que derramaron sus ojos.

El pelinegro se dejó llevar por sus sentimientos y atrajo a Felix para envolverlo en sus brazos. El chico abrazó su cintura correspondiendo el gesto de la forma más tierna posible.

Lo había extrañado tanto.

Felix no insistió, esperó a que Hyunjin se desahogara por completo y entonces sin pedírselo, el pelinegro comenzó a hablar.

—El chico que acompañaba a Minho —inició aún pegado a su pecho—, es Jisung, mi mejor amigo.

—¿Qué?

—No sé cómo, en verdad no tengo idea pero es él —afirmó con desespero—, ¿recuerdas que te hablé de él? —Felix asintió—. Es él, es su rostro, su voz, su nombre, no sé como mierda está aquí pero lo está y no... no me conoce.

—No tiene sentido —dijo Felix—, ¿qué lo habrá enviado aquí?

—No tengo idea, acaso... ¿habrá muerto también?

—Técnicamente, tú no estás muerto.

—Lo sé pero, me entiendes ¿no?

—Ojalá algo de todo esto fuera fácil de entender —Hyunjin se alejó un poco logrando quedar cara a cara con el castaño.

—Gracias —le dijo el pelinegro—. Te extrañé mucho, lamento lo que pasó aquella vez.

—No fue del todo tu culpa, aún tenemos que hablar pero dejaremos ese tema para otra ocasión.

—¿Esta es la parte donde hay un beso de reconciliación? —Hyunjin bajó las manos hasta tocar la cintura del chico. Felix le regaló una sonrisa asintiendo con complicidad.