༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎

♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐥𝐥:

                  ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ

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                         ♔︎|𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞𝐧𝐭:

El día del nombramiento se llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Alicent estaba en los aposentos de Rhaenyra ayudándola a terminar de poner los últimos accesorios en su vestimenta.

—Estoy tan nerviosa —comento Rhaenyra mientras su mejor amiga le colocaba la coronilla.

—Lo sé, pero yo estaré ahí para ti. También estará tu padre, el Príncipe Daemon y ahora hasta la Casa Velaryon —trate de tranquilizarla y pareció funciono, ya que Rhaenyra me sonrió cálidamente para después abrazarme.

—Gracias por todo Alí, te quiero mucho, no sé que haría sin ti.

Alicent sabía muy bien que haría Rhaenyra sin ella. Irse a la ruina al igual que ella. Eso fue lo que sucedió en su "sueño".

—Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase, eres como una hermana para mi Nyra.

Ambas se separaron de su abrazo para dedicarse las sonrisas más sinceras que jamás hayan dado en la vida.

Solo eran ellas dos, mientras se tuvieran la una a la otra, todo estaría bien.

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La Hightower tuvo que adelantarse pues ella no podía hacer la gran entrada triunfal con Rhaenyra.

Al entrar al salón ya todos estaban ahí. Lo que Alicent más odiaba de todo esto es que tendría que ponerse al lado de su padre y su relación no era la mejor desde ya hace un tiempo.

Dejo de serlo desde el día en que Alicent dejo de caer en sus manipulaciones, por ejemplo: Cuando se negó a ir a los aposentos del Rey o cuando no quiso meterle malas ideas a Rhaenyra de Lady Laena.

Su padre estaba furioso con ella y era tan obvio, pues cuando entro a su rango de visión inmediatamente la asesino con la mirada. A la pelirroja poco le importaba, pues no estaba ahí con él por gusto.

La Hightower evito verlo lo más posible así que voto por mirar alrededor. Todos lucían impecables, sobre todo los Velaryon, estos tenían que lucir mejor que nadie, ya que pronto serían aún más cercanos a la Corona.

Al estar viendo a su alrededor volteo a ver aun lado en específico puesto que desde que entro sintió una feroz mirada que venía desde esa dirección. Se encontró con nada más que la mirada del Príncipe Cruel.

A este jamás le gusto la cercanía que tenía con su sobrina Rhaenyra, solamente por ser hija de Otto Hightower y no lo culpaba, ya que todo lo que decía de su padre era cierto.

Al verlo solo pudo recordar la imagen de su única hija destrozada por la muerte de su nieto, quitándose la vida poco después por el dolor y la noticia que le dieron donde le informaban que el Príncipe Daemon había matado a su hijo Aemond.

Alicent no se pondría a odiarlo y culparlo por todo. Todos eran culpables en ese "sueño". Ella hizo cosas terribles, su padre las hizo también, el Príncipe Daemon y la gran mayoría de los que están en esta sala.

Al menos el Príncipe lo hizo por su familia, su padre lo hizo por ambición y ella lo hizo porque creía que era lo mejor para sus hijos, pero sobre todo, lo hizo porque fue una cobarde.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando se anunció la llegada de Rhaenyra, haciéndole darse cuenta de que había estado mirando al Príncipe Daemon todo este tiempo y él a ella. Cosa que sin duda no paso por alto su padre.