༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎

♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐥:

               ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ

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                       ♔︎|𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞𝐧𝐭:

Han pasado dos semanas desde que llegamos de imprevisto a King's Landing.

Este tiempo lo había pasado guardando reposo, apreciando a Aemond, hablando con Rhaenyra y la Reina Laena. Lo más sorprendente en este tiempo fue ver como Daemon venía casi todos los días a mis aposentos para ver a nuestro hijo.

Sin duda alguna el hombre estaba planeando involucrarse en todo lo que tuviera que ver con el pequeño Targaryen. Alicent no sabía si sentirse aliviada o preocupada. Por un lado, le agradaba la idea de que el platinado apreciara a su hijo y se interesara en él, por el otro estaba la preocupación de que fuera una mala influencia para su hijo.

De una u otra manera nadie podía ser peor influencia que Otto Hightower, además si la pelirroja se percataba de algo malo o desagradable en la crianza de Daemon hacía su hijo, bueno estaría ahí para intervenir.

El padre su hijo y ella habían acordado regresar a RocaDragón dentro de dos días. Gracias a eso se encontraba en el jardín real, disfrutando de un delicioso té en compañía de Rhaenyra y la "madrastra" de esta y por supuesto su Aemond se encontraba presente justo en sus brazos.

—El pequeño Príncipe Aemond es tan lindo y calmado —alago la ex Velaryon.

Alicent sonrió dulcemente ante lo dicho. Su hijo siempre fue así, incluso en su "sueño" lo fue hasta que lo mutilaron. Era un niño que disfrutaba de la calma y la lectura, pero claro como todo Targaryen tenía un lado ardiente y salvaje. Era claro que eso no iba a ser muy diferente ahora.

—Lo es. Las nodrizas están encantadas con él por ello — comenté mientras veía a mi dulce hijo dormido entre mis brazos.

—Espero que mi bebé sea igual —hablo la Reina mientras acariciaba su muy hinchado vientre.

La pelirroja pudo notar como eso, incómodo un poco a Rhaenyra, pero lo disimulo rápidamente. Podía entenderá, la platinada probablemente aún vivía con el miedo de ser desplazada por su padre si ese bebé resultaba ser un varón. Pera la chica estaba muy equivocada, el Rey jamás preferiría a un varón por encima de Rhaenyra, al menos ya no.

—Ha puesto a que así será Laena —la nombrada le había pedido que la llamara por su nombre.

Laena había dicho que ahora que eran familia y dado que eran de la misma edad no había necesidad de formalidades. Alicent no tuvo problema en hacerlo, pues recuerda como en su "sueño" quería tanto que alguien la viera como Alicent y no como: La Reina Consorte, La Esposa del Rey o la Madre de Príncipes.

—¿Cómo va tu cortejo con Sir Harwin? Rhaenyra —cambio de tema la morena en un intento de integrar a la susodicha en la conversación.

—Va muy bien. Sir Harwin es un buen hombre, respetuoso, divertido, atento. Es un caballero en toda la palabra —respondió la heredera.

Según lo que había entendido en estas dos semanas. Rhaenyra y Sir Harwin eran cercanos, la platinada no parecía enamorada del hombre, pero sin duda había aprecio y comodidad. La única razón por la cual no se habían casado aún, es porque el Rey quería darle un poco de tiempo a su querida hija, pero no podía seguir retazándolo más por lo que se había acordado que una vez que la Reina se alivie, se empezaron los preparativos para la boda de Rhaenyra.

Otra cosa de la que se enteró fue que Lord Mano, padre de Sir Harwin, ha acordado con el Rey que todos los hijos o hijas que la Princesa tenga con su hijo llevaran el apellido Targaryen, solo uno de ellos llevara el apellido Strong cuando sea momento de suceder a su padre. Aquí demostraba que Lord Mano estaba más interesado en proveer a la Casa Targaryen que a su propia Casa, así deberían ser todas Las Manos, no como su "padre".