♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈:

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                 ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ
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                       ♔︎|𝐆𝐰𝐚𝐲𝐧𝐞:

Residir en Antigua es lo más aburrido de la vida, a menos para Gwayne. Aun así le tiene aprecio a este lugar, después de todo nació y se crio aquí, pero lo más importante es que aquí residían los recuerdos que tenía con su madre y su hermana, cuando era pequeño y ellas estaban en su vida fue la única vez que fue feliz.

Cuando su madre murió fue como si todo se hubiera marchitado a su alrededor. Su padre se volvió más frío y calculador de lo que ya era, y le arrebato a su pequeña hermanita de su lado, llevándola a la guarida de los Dragones. Conversaba con Alicent por medio de cartas después de eso y cuando las leía le traían un poco de alegría a su sombría vida, pero esas cartas dejaron de llegar un día. Gwayne estaba demasiado deprimido por ello hasta el punto que se le llegó a cruzar la idea de ir a King's Landing y ver a su hermana, pero su tío se lo impidió y de paso le dio una reprimenda por comportarse tan inmaduramente y estar a punto de hacer tonterías por unas simples cartas. Aún recuerda claramente las palabras crueles de su tío diciéndole que ahora era un hombre y debía comportarse como tal, que debería estar entrenando para convertirse en un gran caballero en vez de estar perdiendo el tiempo y el hecho de que su hermana ahora tenía cosas más importantes que hacer, como atender a la Princesa y ganarse un estatus al ser su compañera.

Después de eso jamás le volvió a escribir a su hermana a menos que fuera extremadamente importante o en sus cumpleaños.

Gracias a eso y muchas otras cosas más que involucraban a su tío y padre, su relación con Alicent se fue deteriorando hasta el punto de que hasta el día de hoy no conoce a sus sobrinos. Ha escuchado los rumores, que son dignos Targaryen por sus rasgos y por la eclosión de sus huevos de dragón, más a ya de eso solamente conoce sus nombres. Gwayne no va a mentir al decir que no rompió en llano al saber que su hermana nombre a una de sus hijas Helaena igual que su madre, desde entonces muere por conocer a la pequeña. Pero siempre tiene cosas que se lo impiden, trabajos impuestos por su tío y padre.

Estos últimamente se han estado reuniendo y enviando cuervos más seguidos de lo normal, algo que sin duda despertó el interés de Gwayne, pero su tío nunca le contaba nada. Hasta que un día se enteró y no estaba para nada contento o satisfecho, al contrario, estaba furioso y aterrado.

El pelirrojo se había metido en secreto a la oficina de su tío para ver si encontraba algo que le ayudara a saber que planeaban los hombres en ese instante escucho pasos acercarse a la oficina. Asustado corrió a esconderse detrás de un estante de pergaminos. Los pasos al fin entraron a la oficina y a pesar de que no podían ver de quienes eras lo supo al reconocer la voz.

—Otto ha enviado la señal. Al fin podemos poner en marcha nuestros planes. El Rey ha muerto y la Princesa Rhaenyra a caído en un profundo sueño del que no despertara al menos que nosotros lo deseemos. Daemon a caído en la trampa de la Tiraquia, nuestro objetivo está libre —informo su tío con quien sea que esté hablando.

Gwayne está sorprendido por lo escuchado, pero no lograba comprender del todo.

—Perfecto. Le enviaré un cuervo a mi señor avisándole que puede poner a sus hombres en marcha para invadir RocaDragón —escucho a un hombre desconocido hablar.

—Excelente, pero dile a tu señor que yo también partiré a RocaDragón. Mis hombres aún no se moverán, únicamente iré yo a ver el trabajo en persona —Gwayne sabía que su hermana era Dama de RocaDragón y que sus hijos también residían ahí, no estaba para nada contento con esas palabras. —Recuerda, necesitamos dos varones y dos niñas.

༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora