♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐥𝐥𝐥:

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                ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ

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                        ♔︎|𝐕𝐢𝐬𝐞𝐫𝐲𝐬:

Viserys últimamente había estado de lo más contento, como no hacerlo, hace ocho meses se enteró por parte de su hermano que sería tío al fin y tres meses después se enteró por Laena que sería padre por segunda vez.

La noticia del embarazo de Laena lo puso tanto contento como preocupado, por lo tanto, le había pedido que su embarazo no se diera a conocer hasta que estuviese casi a término, no quería volver a pasar por lo mismo por lo que paso con su amada Aemma varías veces, donde anunciaban su embarazo y este no llegaba ni a los tres meses.

Cabe aclarar que también estaba bastante satisfecho por como se estaba llevando la relación entre Rhaenyra y Sir Harwin, el caballero la había estado cortejando como es debido y a pesar de que su Consejo le pidio que empezara a preparar la boda de los susodichos, él no había querido hacerlo. Quería que su querida hija disfrutara un poco más de su libertad antes de atarla a un matrimonio y por ende a la maternidad, era lo mínimo que podía hacer por ella y eso era lo que hubiera querido su amada Aemma.

Por otro lado, su dicha se había visto momentáneamente sacudida cuando se le informó que su hermano y Lord Corlys habían empezado una batalla contra la Tirarquía sin su consentimiento. Él no sabía que hacer, era verdad que tenían que resolver ese problema, pero estaba el riesgo de los barcos y ganancias perdidas si no lograban ganar esa guerra.

Su querida esposa había insinuado varías veces que debería mandar apoyo a su padre y a su cuñado y Rhaenyra no se quedaba atrás, insinuando se debería mandar un jinete de dragón a la batalla, ¿cómo podría enviarla a ella cuando era su heredera? Era un asunto que le estaba causando un dolor de cabeza.

Escucho como las puertas de sus aposentos fueron tocadas así que dio el pase.

—Su majestad, lamento interrumpir, pero me temo a surgido un asunto urgente —dijo tan pronto como entro su Lord Mano, Lyonel Strong.

—¿Qué sucede? —no le gustaba para nada el semblante preocupado del hombre.

—Ha llegado un caballero de RocaDragón que afirma que han raptado a la esposa del Príncipe Daemon, Lady Alicent —al escuchar tal cosa sentí que me caía un balde de agua fría.

—Convoca una reunión de emergencia con el Consejo —pedí e inmediatamente el hombre acoto mis órdenes.

Tan pronto estuvieron todos reunidos en la sala de Consejo, incluyendo al caballero que vino a dar el informe, di inicio a la reunión.

—Me temo que no tengo buenas noticias. Según me informan han raptado a la esposa de mi hermano, Lady Alicent —informe de la noticia viendo específicamente a Otto Hightower.

Como era de esperarse hubo toda una conmoción. El padre de su buena hermana claramente esta atónito por la noticia, si su tez pálida era un indicativo.

—Pero, ¿cómo es que a pasado esto su gracia? —pregunto el Hightower al salir de su conmoción.

—Habla —le ordené al caballero que estaba parado al final de la mesa y frente a mí.

—Su majestad. Lamentablemente, no tenemos conocimiento de quien pudo haber hecho tal acto o como es que entraron a RocaDragón, lo único que sabemos es que ha sucedido por la noche. Lady Alicent había pedido que le prepararan un baño y cuando las sirvientas lo hicieron despido a estas, a la mañana siguiente el guardia que iba a cambiar de turno con el guardia que estaba posado fuera de los aposentos de Lady Alicent, en su camino se encontró con dos guardias muertos incluyendo al que se supone cuidaba de la Dama de RocaDragón, también estaba el cuerpo de una sirvienta, por su forma de morir parece que los tomaron desprevenidos.

Termino el hombre con su relato y solo podía sentir como mi dolor de cabeza aumentaba, ¿quién podría o querría raptar a Lady Alicent?, ¿por qué haría tal cosa? Lo peor de todo y lo más preocupante es que su buen hermana estaba embarazada, necesitaban dar con su paradero lo antes posible.

—¡Que tan poca seguridad hay en RocaDragón como para que su Dama haya sido raptada tan fácilmente! —grito furioso su buen amigo Otto, no podía culparlo su hija embarazada había desaparecido, Viserys en su lugar ya habría entrado en un gran pánico.

—Otto cálmate, no ganarás nada gritando —después de calmar al hombre dejé salir un suspiro cansado y continúe con mis palabras. —Primero que nada hay que enviar a un mensajero a Los Peldaños de Piedra para darle la noticia a mi hermano, claramente tiene derecho a saber que su esposa ha desaparecido.

Todos estuvieron de acuerdo, ahora quedaba lo más difícil, encontrar a Lady Alicent.

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                       ♔︎|𝐃𝐚𝐞𝐦𝐨𝐧:

La marea golpeaba fuertemente las rocas a su alrededor y el sol abrazador golpeaba su rostro con gran intensidad.

Habían pasado ocho largos meses desde que había decidido embarcarse en una batalla contra la Tirarquia junto a Corlys Velaryon. Daemon sinceramente estaba harto, jamás pensó que el maldito del "Benefactor de Cangrejos" sería tan escurridizo, deberían cambiarle el apodo a "Rata Escurridiza".

En todo este tiempo no había tenido noticias de su hermano, su sobrina o incluso su "querida" esposa. Bueno, su hermano si le había enviado un cuervo al inicio de esta batalla, para claramente maldecirlo por haber empezado una "guerra" contra la Tirarquia sin su permiso.

Eso no le afecto en lo más mínimo, estaba acostumbrado a ello. De todas maneras no era algo que le importara en estos momentos, él no único que quería era matar a la "Rata Escurridiza" y regresar a RocaDragón. Por eso mismo habían estado ideando diferentes tipos de planes para ver cuál de todos funcionaba contra esas ratas.

—Necesitamos hacer que el "Benefactor de Cangrejos" salga de su cueva, matándolo a él todos los demás serán más fáciles de matar —escuche hablar al esposo de mi prima.

—Eso está claro, el problema es, ¿cómo haremos tal cosa? No ha salido de su cueva desde que el Príncipe Daemon lo quemo con su dragón—respondió Vemon Velaryon.

—El maldito cobarde...— susurré, pero está claro que escucharon.

Estaban a punto de reanudar su conversación cuando alguien los interrumpió.

—Príncipe Daemon un mensajero de la Capital se acerca —informo uno de los guardias.

Al escuchar eso todos guardaron silencio y observaron como el mensajero se acercaba a mí.

—Príncipe Daemon, tengo un mensaje de Su Majestad el Rey para usted —hablo teniéndome el pergamino que llevaba en una de sus manos.

Tome el pergamino con desinterés y lo empece a leer. Cuanto más iba leyendo más iba sintiendo como la furia comenzaba a esparcirse por todo mi cuerpo, ¡habían raptado a mi jodida esposa embarazada! ¡¿Quién sería el maldito que se atreviera a hacer tal cosa?! Él es el mismísimo Daemon Targaryen y esa mujer es su esposa y sobre todo, ella llevaba a un bebé de su misma sangre en el vientre en este momento, ¡¿acaso quieren morir?!

Me volteo a la mesa donde estaban los planos de los Peldaños de Piedra, tome mi casco y procedí a golpear con este una y otra vez la mesa rocosa, para sacar algo de mi furia.

—¡Daemon, calmante! ¿Qué sucede? —gritaba Corlys tratando de acercarse a mí.

Deje de golpear la mesa, tome un profundo respiro y solo dije:

—Han raptado a mi esposa embarazada.

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♔︎]¡Volvemos! Daemon ya se ha enterado del rapto de Alicent, ¿qué creen que pasara?

♔︎]Espero les guste el capítulo :)

༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora