♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕:

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                  ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ

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                        ♔︎|𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞𝐧𝐭:

Cuando partieron de Desembarco del Rey, Alicent no pudo evitar sentir tristeza.

Había paso casi toda su vida en la Fortaleza Roja y partir de repente la hacía sentir nostálgica. Sin mencionar que le dio tristeza no poder despedirse de Rhaenyra, sabía que muy probablemente la chica no vendría, pero aun así había albergado una pizca de esperanza en su corazón.

La Reina Consorte Laena trato de animarla, diciéndole que simplemente ambas necesitábamos tiempo para aceptar y sanar, Alicent sabía que ese era el caso, pero no puede evitar entristecerse.

Cuando abordo el barco, tuvo el impulso de bajarse corriendo y volver al refugio de sus ahora antiguos aposentos, pero lo reprimió.

Alicent viajaría sola en el barco, bueno, irían algunas sirvientas y caballeros con ella, pero se refería a que su "querido" esposo no iría con ella, era de esperarse claro.

El hombre estaba sobrevolando en su dragón por encima del barco.

Al ver esto no pude evitar pensar en mí "sueño". Cuando habían ido a Dritmark para funeral de Laena, sus hijos había sobrevolado en sus dragones por encima del barco y recuerda como Vhagar había tapado por completo el sol.

En estas últimas semanas había pensado mucho en sus hijos, cree que es por el miedo que le está surgiendo. Alicent fue una pésima madre en su "sueño" y no quería que eso se repitiera. Ella nunca tuvo una figura materna que la guiara o le diera consejos, ella ni siquiera estaba preparada para ser mamá, pero se vio obligada hacerlo.

Aegon, había sido su primogénito, pero no tuvo ese instinto maternal ni gran amor por él, tal vez era porque fue su primer hijo y era inexperta en el tema, además de que él no era suyo, sino de la Corono, de esos buitres al asecho esperando su oportunidad para utilizar a su hijo como mejor les convenga, uno de ellos era el propio padre de Alicent. Tuvo que exigirle a Aegon que fuera el hijo perfecto, que la obedeciera a ella y a su abuelo en todo, prepararlo para que fuera un buen Rey, aunque claramente fracaso en todo eso. Estaba tan desperada por complacer a los hombres a su alrededor que se olvidó de darle amor a su primogénito y lo termino convirtiendo en un mounstro.

Después llego su dulce Helaena, con ella tampoco fue fácil, dio muchos más problemas que Aegon, lloraba todo el tiempo, no le gustaba que la cargaran, parecía odiar traer mucha ropa puesta, ni ella ni las nodrizas sabían que hacer con Helaena y eso no cambio cuando creció. No le gustaba estar rodeada de muchas personas, murmuraba cosas sin sentido, amaba a cualquier tipo de bicho, seguía odiando que la tocaran. La tuvo que educar para que se convirtiera en una digna Reina Consorte, para que creyera en la fe de los Siete ciegamente y al igual que ella para que siguiera las órdenes de los hombres como si se tratase de un edicto de los Dioses, después la caso con su propio hermano, con el hermano que no parecía amar ni siquiera así mismo y la condeno aún matrimonio infeliz.

Al poco tiempo llego Aemond, el niño de sus ojos, con él todo fue más fácil, puesto que era un niño tranquilo y no tenía que prepararlo para nada en específico como Aegon o Helaena, fue al único que le permitieron amara. Pero tampoco fue una buena madre para él, no supo protegerlo y termino perdiendo un ojo, no supo guiarlo y se terminó convirtiendo en un chico lleno de rencor al punto de matar a su propio pariente.

Por último tuvo a Daeron, de él no podía decir mucho pues el niño aún no aprendía ni a caminar cuando se lo arrebataron y lo enviaron Oldwon.

Pero no tenía que ser así esta vez. Sus hijos no tendrían que ser preparados para usurpar un trono o tener que ser enviados a Oldwon, su padre no estaría para envenenarles la cabeza tanto a ella como a sus hijos. Podría disfrutar plenamente de ellos, tendría tiempo para leer sobre la maternidad, preguntarle a las nodrizas o a los maestres sobre el tema. En su "sueño" no pudo hacer eso, estaba ocupada lidiando con ser la Reina Consorte, con complacer a su padre y a los Hightower, al Rey y con tratar de recuperar su amistad con Rhaenyra.

Sería diferente esta vez, ella lucharía para que tanto ella como el hijo o hija que vaya a tener tengan una vida feliz. No importa si Daemon no los quiere, ella tendría suficiente amor para darle.

Salió de sus pensamientos al escuchar el silbido de Caraxes, su esposo se estaba alejando del barco, probablemente llegaría a RocaDragón antes que ella.

Pero eso quedo de lado con las inmensas náuseas que le dieron. Hace años no viajaba en un barco, desde que viajo de Oldwon a Desembarco del Rey, para ser más específicos. El constante meneo del barco la tenía mareada y con náuseas.

Este iba a ser un viaje largo.

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Llevaba una semana en RocaDragón, la vida aquí era tranquila. En cuanto llegue quede sorprendida por la inmensa Fortaleza y por todos los diseños de dragones que había en ella, jamás había estado en ese lugar ni siquiera en su "sueño".

Tan pronto como llegue me puse al corriente con el encargado que había estado administrando RocaDragón hasta entonces. Tal y como lo había predicho Alicent, en realidad no había demasiadas cosas que hacer, así que me pude tomar mi tiempo para explorar un poco la Fortaleza y aprender a manejar los asuntos del sitio.

El único problema que había tenido es que aún seguía teniendo náuseas, sobre todo por las mañanas y había empezado a tener apetito de múltiples cosas. Ella recordaba que fueron síntomas comunes cuando estuvo en espera de sus cuatro hijos en ese "sueño", así que con nervios y un poco de miedo, mando a llamar al maestre a sus aposentos.

—Buenos días, Lady Alicent, ¿en qué puedo servirle? —pregunto el hombre tan pronto como pudo.

—Buenos días maestre, verá me he percatado de algunos síntomas y sospecho que podría estar en cinta, pero me gustaría que usted lo verificara —comente tímidamente.

—Por supuesto, ¿me permite? —hablo el hombre mientras se acercaba a mí y me pedía que le extendiera mi brazo.

Estuve nerviosa en todo el procedimiento. Sería un alivio que estuviera en espera, de esa manera no tendría que volver a tener intimidad con Daemon, pero me provoca miedo tan solo pensar en los largos meses que estaría sufriendo de múltiples incomodidades, pero sobre todo la cama de parto.

El maestre terminó de revisarla, se alejo un poco de ella y con la cabeza un poco gacha hablo.

—Felicitaciones mi Lady, definitivamente esta usted en espera. Deduzco que probablemente tiene dos semanas —afirmo el hombre.

Alicent se asintió aliviada y feliz en el momento, se llevó una de sus manos a su vientre y empezó a acariciarlo lentamente.

—Gracias por sus servicios maestre, puede retirarse —el hombre se fue tal y como se lo pidió, no sin antes hacerle una ligera reverencia.

¡Ella estaba en cinta! Podría ser una buena mamá esta vez, podría amar a su bebé libremente, ¡era tan fantástico!

Su emoción disminuyo un poco cuando se dio cuenta de que tendría que decírselo a Daemon y por ende a la Corona, rezaría a los Dioses para que todo saliera bien.

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Ese mismo día por la tarde Alicent le pido a su esposo que compartieran una comida. Mientras comían podía sentir la impaciencia del platinado, este solo había aceptado venir porque le dijo que tenía que informarle algo, más valía que se apresurara a hablar antes de que el hombre se hartara y se fuera.

—No me estuve sintiendo muy bien desde que llegamos a RocaDragón, así que pedí que el maestre me revisara...—dude por momento en continuar, pero entre más rápido mejor. —Felicidades esposo, serás padre.

La pelirroja solo pudo ver a su esposo dejando caer los cubiertos en su plato, mientras ponía una cara de horror en su rostro.

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♔︎]¡Volvemos! Tengo que ser sincera, este cap no me gusto mucho, pero por más que lo corregía o escribía de otra manera no más no me convencio, así que lo deje así, ¡realmente espero que les guste! :)

♔︎]No se olviden de dejar su voto o comentario, ya saben que me animan a continuar con la historia....♡

༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora