♔︎|𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐕𝐥𝐥:

5.8K 709 137
                                    

                  ʜᴏᴜsᴇ ᴏғ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ

—————————♔︎—————————

                       ♔︎|𝐀𝐥𝐢𝐜𝐞𝐧𝐭:

Dos meses habían pasado. La vida en RocaDragón era tranquila y alegre, pero no siempre era de esta manera. Por las noches recientemente Alicent sufría de terribles pesadillas, en donde tenían participación los acontecimientos de su rapto y los escenarios que sucedían en su "sueño".

La pelirroja había tratado de mantener un perfil bajo sobre el asunto, pero las secuelas de las pesadillas empezaban a notarse. Alicent había adelgazado un poco, estaba más pálida, cansada constantemente y los círculos bajos ojos eran tan notorios que ya no podía cubrirlos con nada.

Gracias a eso se encontraba en esta situación. Daemon quien estaba sentado justo frente a ella la miraba con el ceño fruncido.

—¿Qué está sucediendo? —cuestionó el platinado.

—Como te dije antes, no es nada —respondí evitando su mirada.

—¿Crees que soy tonto? Es evidente que algo te sucede, no solo yo lo noto sino todos los sirvientes —reprocho el hombre descontento con mis mentiras.

Ella sabía bien esto, pues muchas veces las sirvientas o los guardias se le había quedo mirando y su sirvienta personal se había tomado el atrevimiento de preguntarle.

Con los ojos intensos del platinado observándola, no tuvo más remedio que confesarse, esperando en su corazón que Daemon no se burlara de ella por ser débil.

—No estado durmiendo bien. Cada que sierro los ojos las pesadillas me inundan...—mi mirada esta puesta en mis manos que descansaban en mi regazo.

De pronto vi como mis manos eran tomadas suavemente por Daemon. Esto no me sorprendió, pues nuestra relación había cambiado un poco. Su esposo cada vez era más amable con ella y más atento, Alicent no se ha querido hacer ilusiones con nada de esto y solo adjuntaba sus acciones a respeto por ser la madre de su hijo.

—¿De qué se tratan esas pesadillas? —pregunto en un suave susurro.

La pelirroja no podía decirle toda la verdad así que voto por hablar a medias.

—Son sobre el rapto de la Tirarquía — susurré mordiéndome los labios tan fuertes que estaba segura de que no tardarían en sangrar.

Daemon paso su pulgar con delicadeza por mis labios y susurro un "no lo hagas".

—Entiendo...—hablo mientras apretaba un poco fuerte mis manos. —A partir de ahora dormiré contigo.

Lo dicho me sorprendió por lo que alce mi cabeza con prisa para mirar al hombre.

—Tal vez mi presencia te haga sentir más segura...—hablo con torpeza esquivando mi mirada.

¿A caso estaba avergonzado? Eso me hizo sonreír ligeramente. Este Daemon me gustaba mucho más.

—————————♔︎—————————

Al caer la anochecer el platinado vino a mis aposentos a dormir, tal y como había dicho.

Aemond dormía cómodamente en su cuna sin percatarse de la presencia de su padre.

—¿De verdad piensas dormir aquí? — pregunté dudosa.

El hombre le había dicho que lo haría, pero no creyó que hablara en serio, después de todo el platinado suele llegar a bromear aun con una cara de hielo.

༆𝐈 𝐚𝐦 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 |ʜᴏᴛᴅ ♔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora