❥ v e i n t i n u e v e.

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San y Wooyoung no habían hablado durante el viaje hacia la casa del pelirrojo, los dos demasiado inmersos en sus pensamientos.

Por suerte, el transporte que tomaron estaba casi vacío. No era la hora pico ya que habían huido de clases prácticamente, pero no pensaron en las consecuencias, no les importaba a ninguno de los dos. Más tarde lidiarían con eso.

Wooyoung estaba entrando a la casa de San. Nunca pensó conocer la casa del chico, pero después de que San le dijo que era mejor hablar en otro lugar, él aceptó sin preguntar nada, solo siguiendo al pelirrojo, tratando de reorganizar sus pensamientos. No pensó que la ocasión sería esta. Se sentía hundido de todas las formas posibles, pero no quería demostrarlo, no frente a San.

La sala era armoniosa, todo se veía demasiado limpio, casi pulcro. Wooyoung tenía miedo de ensuciar algo con su presencia. Dejaron sus zapatillas en la entrada y fueron directamente hacia la habitación de San.

-Mi abuela no está. Visita siempre a su amiga en este horario, vendrá a la hora de salida de nuestras clases. Tenemos tiempo -dijo San mientras abría la puerta de su habitación.

Wooyoung entró con algo de timidez a la habitación. Todo era como se imaginó que sería un lugar que pertenecía a San. Contrastaba mucho con el interior de su casa. Su habitación era todo lo contrario. Los colores pasteles eran los que más le gustaban a San. Tenía una biblioteca demasiado grande, un escritorio donde tenía muchas cosas lindas. Solo San podía tener peluches repartidos por cada lado de su habitación. También tenía casi toda la pared llena de fotografías, algunas enmarcadas y otras pegadas directamente en la pared con cinta adhesiva.

-¿Es Yunho de niño? -señaló Wooyoung mirando una fotografía donde dos pequeños niños de tan solo 3 años estaban sonriendo mientras disfrutaban de un día de piscina.

-Sí, nos conocemos desde bebés. Hubo un tiempo en que nos dejamos de ver, pero en la secundaria retomamos nuestra amistad -respondió San con una sonrisa nostálgica en el rostro mientras se acercaba a su escritorio para recoger algunas cosas.

San se notaba nervioso. No sabía cómo empezar la conversación. En ese momento, se daba cuenta de que Wooyoung siempre había sido el que hablaba primero cuando se encontraban. Le causaba gracia, ya que siempre lo miraba con intensidad y se notaba nervioso de sobremanera. Al principio, pensó que era por la ira que le tenía, pero ahora podía darse cuenta de que Wooyoung sentía algo por él.

-Mi papá Seonghwa también ama los colores pasteles. Él decoró toda nuestra casa así. No estoy en contra. Si fuera por mi padre Hongjoong, todo sería verde y déjame decirte que no tiene buen gusto -comentó Wooyoung, sonriendo a San.

Wooyoung estaba hablando de cualquier cosa. San se lo agradecía, ya que estaba rompiendo el hielo de alguna manera.

-Yo odio los colores neutrales. Me hacen acordar a mi habitación en donde estuve internado muchas veces. Por eso, no me gusta estar mucho afuera de este lugar. Mi casa huele y se parece a un hospital. Mi padre tiene esa loca obsesión con tener todo limpio para mí -respondió San, mirando alrededor de la habitación con una expresión de nostalgia en su rostro.

Wooyoung se sentó al lado de San en la cama, los dos contemplando el gran ventanal que dominaba la habitación.

-¿Fueron muchas veces?

-¿Mis internaciones? Sí, pero siempre logré superarlo.

Wooyoung miró a San con tristeza, sintiendo un dolor punzante en el pecho. No podía imaginar a un niño pasando por eso.

-¿Cuándo fue la última vez? -preguntó Wooyoung con cautela, rezando para que la respuesta no fuera reciente.

-Hace poco estuve ausente algunos días. Tuve una pequeña recaída. Tú viniste a mi casa, creo que te eché. Perdón por eso.

Wooyoung recordó ese día. Estaba preocupado porque San no había venido a clases, y tomó la decisión tonta de buscarlo hasta su casa.

-Es entendible, aparecí sin avisar. Debió parecerte que soy un acosador.

San rió. Era lo que había pensado, pero también se sintió reconfortado. Una persona más, además de su amigo Yunho, había notado su ausencia.

-Un poco, sí -respondió San con algo de burla.

Wooyoung se sonrojó.

-¿Estás bien? -preguntó Wooyoung acercándose más a San y tomando su mano, notando que temblaba. No quería que el pelirrojo se sintiera así. Por alguna razón, le dieron ganas de abrazarlo, se veía demasiado frágil, pero se contuvo.

-Estoy en pleno tratamiento -respondió San, sin saber qué decir.

-Vas a mejorar, eres la persona más fuerte que conozco. -Wooyoung le sonrió a San, y este sintió por primera vez una chispa de esperanza.

Aunque no duró mucho, la culpa en San estaba ganando.

-Podemos olvidarnos del beso, no tenemos que seguir con eso, no puedo. -dijo San alejando su mano del cálido agarre de Wooyoung. -No me enojaría, Wooyoung. Puedes pedir que te integren a otro grupo para el proyecto de música. Podemos decir que yo no puedo por mi situación. La profesora no nos diría que no.

Wooyoung se sintió desanimado. No quería hacer eso, ni por un segundo pensó en alejarse de San.

-No -respondió Wooyoung con firmeza.

-¿Qué?

-No pediremos eso. No lo haré. Es nuestro proyecto, no tienes por qué alejarme. Yo no lo estoy haciendo. No tenemos que fingir demencia. No lo voy a hacer. Me costó mucho poder acercarme a ti, me costó demasiado poder decirte que me gustas. Llevo mucho tiempo enamorado de ti. No lo sabes porque soy un idiota, me comporté como un verdadero patán estos años, pero quería llamar tu atención. Sé que soy extraño, pero pensé que la única manera de poder tener aunque sea una mínima atención tuya era hacerte enojar, ya que una persona tan increíble como tú, nunca se fijaría en mí.

San podía sentir que sus ojos lo traicionaban, las lágrimas empezaban a brotar.

-No quiero que sufras. No quiero que más personas sufran -dijo San acercándose a Wooyoung y abrazándolo con fuerza.

San se echó a llorar. Wooyoung se sentía mal. Nunca lo había visto tan vulnerable, y un poco se culpaba de que estuviera así en ese momento.

-Perdón -susurró San después de un tiempo, su voz sonaba ronca.

-No pidas perdón, San. Es ridículo. Tú no eres culpable.

-Gracias, Wooyoung -dijo San sinceramente.

Sus ojos se encontraron con los de Wooyoung y vio la sinceridad en su mirada. Algo en su corazón se sintió cálido al tenerlo enfrente suyo. Jung Wooyoung le acababa de confesar sus sentimientos, y a pesar de sus contradicciones, San no quería hacer otra cosa más que besarlo.

Y lo hizo, sintiendo que el mundo se acomodaba por primera vez a su favor.















Estoy triste, pero escribir historias de estos dos me hacen sentir la persona más feliz por unos instantes, gracias por leer y votar, Lxs amoooooo 💖🎀

Little ; woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora