Capítulo 12

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—¿Qué está haciendo el capitán Min?— El joven omega está escuchando parte de la conversación que tienen James y Oliver en los pasillos cercanos a la cocina. —Escuché algo de tirar a los esclavos. ¿Eso es cierto?

—Ya has visto esto Javi, pero... no es algo agradable de ver. —Oliver no sabe cómo explicárselo—. Fíjate, los esclavos enfermos o los que están ya inservibles, son puestos en el bote salvavidas y se dejan en alguna corriente que los lleve a la isla más cercana, eso para evitar que nos maten mientras sacamos gran cantidad de ellos. La última vez que fuimos a tierra por provisiones pudimos dejarlos allí, pero no siempre es así.

—Deberían soltarlos a todos y reclutar tripulación de un modo... voluntario. —Javier estaba realmente indignado con las decisiones del capitán Min, a veces dudaba que fuera la misma persona que está con él.

—Javi, todos temen al capitán, incluso nosotros. Eso es algo que no pasará. —James es ignorado por el joven chef que se retira del pasillo cercano a la cocina, dirigiéndose a cubierta para tener una ligera conversación con Min. Si todos le temen, a él no le afecta en lo absoluto.

Hoy la brisa en cubierta es más fuerte que otros días, el tiempo no está de buenas y las nubes grises empiezan a cubrir el cielo. Javier odia las tormentas desde que está en el barco, hay días que siente que la nave se puede hundir o partir por la mitad por culpa de las grandes olas que se forman.

Al salir a tratar de negociar con su alfa tropieza con el otro capitán, Jun, y éste lo ayuda a levantarse y sacude un poco sus ropas.

—¿Te encuentras bien Javier? ¿Qué te trae a cubierta? —Su rostro luce algo preocupado—. ¿Pasó algo con mi Liam?

—No, no... Todo bien, capitán, solo quiero hablar algo con el capitán Min. —Algo nervioso, Javier a veces no sabe cómo nombrarlo, a pesar de que todos saben que eran pareja, por decirlo de alguna manera.

—¡Mmm!, entiendo. Es que Liam estaba extraño anoche. Por favor, vigílalo. —El omega asiente ante la petición del alfa y se aleja buscando a Min por toda la cubierta.

El mar se encuentra algo agitado, lo que provoca mareos de vez en cuando a Javier, aunque bastante controlables. Ya habían perdido la cuenta de los días o meses que pudiera llevar a bordo del Whalien. No existe un calendario como tal dentro del barco y el único reloj se encuentra en el comedor principal, donde todos comparten un agradable momento de vez en cuando.

La vestimenta del capitán Min, como siempre, hace contraste con el fondo oscuro del barco: vestido de blanco, como si de un ángel se tratara, y un abrigo bastante largo de color azul oscuro con botones dorados. No está usando su típico sombrero, pero sí lleva su espada como siempre en la cintura y calza botas de cuero negras hasta la rodilla.

Javier algo temeroso busca acercarse al alfa que le sonríe con total naturalidad. Anhelaban estar siempre cerca el uno del otro, pero las tareas en el barco los hacían ocuparse de vez en cuando. Pero siempre podían verse antes de dormir.

—Pastelito, ¿sucede algo? —No es normal que el omega lo busque a esas horas, normalmente se encuentra ayudando a Liam en la cocina conjuntamente con los otros ayudantes.

—Yohn, necesito hablar con usted. —La formalidad con la que se dirige Javier no es lo usual, pero el capitán asiente y espera lo que tiene que decir el joven omega—. Quisiera pedirle que suelte a todos los esclavos. Sé que es algo repentino de mi parte, pero yo no creo que usted siga siendo un pirata tirano como para seguir haciendo estas cosas.

—¿Consumiste algo extraño en la cocina? Sabes que eso no lo haré. —Min hace un gruñido de molestia: soltar a los esclavos no es algo que él pretendiera hacer. Javier agacha su cabeza en señal de inconformidad, pero parece no surtir algún efecto a pesar de su creciente puchero—. Sin los esclavos no podríamos mover solos el barco, además nadie voluntariamente nos ayudaría. ¿O se te olvida que somos piratas?

Altamar // EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora