Capítulo 33

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El viaje es agitado debido a que la ballena se encuentra nadando justo delante del barco. Como ya es costumbre, no solo se gritan entre ellos, sino que además le gritan al cetáceo para que se aleje del barco.

La madera oscura que cubre toda la cubierta del barco cruje y se mantiene húmeda por el movimiento del mar impactando contra el casco. El viento no es tan fuerte, pero la potente corriente creada por la ballena dificulta el andar de todos por el barco.

Javier y Liam se van con Ethan a la habitación del capitán Jun. Liam no se siente del todo bien, su vientre parece a punto de explotar y un malestar se apodera de él.

—Liam, ya pronto llegaremos a Fuego, aguante un poco más. —Javier está sumamente preocupado, secando la frente del mayor que se nota perlada de sudor.

—Si tan solo el barco no se moviera tan fuerte podría... No sé cómo lo haces, Javi. —El mayor le acaricia la frente mientras Ethan toma el recipiente y como puede sale de la habitación a cambiarlo—. Creo que mi terremoto quiere nacer antes de tiempo.

—Liam... Es muy pronto, es peligroso. —Si nace podría fallecer o estaría en mucho riesgo.

—Tengo calambres muy fuertes, Javi. Llama a Jun, por favor. —Su rostro está inundándose de pánico, aún no tiene los días para dar a luz, faltan bastantes, pero es de suponer que el movimiento del barco y todos los recientes sucesos, hayan podido causar un posible adelanto del parto.

—No quiero dejarte solo, Liam. —El menor se encuentra extremadamente nervioso.

En eso, Ethan vuelve a entrar a la habitación con otro balde de agua.

—Ethan, ¿podría llamar al capitán Jun? Dígale que es urgente.

El nombrado sale de la habitación en busca del capitán, mientras, va pensando que le tomó cariño a la tripulación, no quiere dejar que le suceda algo malo a Liam y a su cachorro. Su instinto omega no se lo permite.

—¡Capitán! ¡Capitán Jun! —Jun suelta el timón dejándoselo al joven Adrián y corre hacia el omega de profundas ojeras—. El chef Liam lo busca urgente en su habitación.

—Dime que todo está bien. —El ojeroso no puede, ni sabe qué responderle al alfa de piel tostada—. ¿Mi cachorro está bien?

El omega se frena en seco, es algo que ni ellos mismos saben, pero quieren creer que está en perfecto estado y que solo es producto del malestar que causa el movimiento del mar.

El segundo capitán desea acabar con todo esto, es esencial. Quisiera regresar años atrás y ser el mismo joven sin preocupaciones, sin un enemigo de tan alto calibre que pueda acabar y pisotear todos sus sueños.

Jun corre hasta finalmente llegar a su habitación, ansioso desde hace mucho, trata de transmitirle calma a su pareja, todos los miedos del omega llegan a él como agua fría, no quiere perder a su cachorro, nadie dentro del Whalien desearía eso.

Finalmente, decide entrar, puede fijar su vista en el pequeño Javier y notar su cabello bicolor, lo que le resulta muy tierno. Nunca había notado en persona aquellos cambios que pueden tener los omegas. Al levantar su mirada se consigue con la de Liam, dibuja una pequeña sonrisa al notar que la calma lo empieza a invadir solo con notar su presencia.

—Javier, el capitán Min te solicita en cubierta —ordena Jun a lo que Javier percibe más como una petición para desalojar el lugar y dejar sola a la pareja.

—Sí, capitán. Me retiro. —La mirada de Javier está llena de tristeza y temor, con miedo de que algo le suceda y no pueda luchar contra eso.

Caminando por los oscuros pasillos del Whalien, con el característico ruido entre cada paso al crujir la madera, tropieza con alguien en plena oscuridad aunque se queda tranquilo al notar su delicioso aroma.

Altamar // EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora